La Federación Internacional de Farmacéuticos (FIP) ha publicado un artículo especial en la revista Farmacia Hospitalaria en el que revela la consolidación del farmacéutico hospitalario en la integración de equipos multidisciplinares durante la pandemia y avanza los retos de transformación tendrán los sistemas sanitarios.
El artículo ‘Cómo ha impactado la COVID-19 a nivel mundial en el papel del farmacéutico’ redactado por Dominique Jordan (Presidente de la Federación Internacional de Farmacéuticos (FIP), Josep M. Guiu (Vicepresidente por Europa, Sección de Farmacia Hospitalaria, FIP), Gonçalo Sousa (Director de Desarrollo y Transformación de la Práctica Hospitalaria, FIP) y Lin-Nam Wang (Director de Comunicación y Sensibilización, FIP).
Guiu asegura que, “la gestión de la pandemia ha permitido no solo consolidar el papel clínico del farmacéutico de hospital, también plantea la necesidad ejercer nuevos roles profesionales”. En su valoración, el impacto de la pandemia ha puesto de relieve “no sólo la necesidad de abordar los retos inmediatos de una pandemia, sino también los retos de transformación tendrán los sistemas sanitarios”.
El vicepresidente por Europa de la Sección de Farmacia Hospitalaria de la Federación Internacional Farmacéutica (FIP) ha destacado que, “el alcance de la pandemia ha sido global, pero en algunos aspectos como el acceso a medicamentos y ahora lo estamos viendo con las vacunas, se ha puesto de manifiesto un tema como la inequidad problema en el acceso a medicamentos”. Según Sousa, “la pandemia ha demostrado que los farmacéuticos son parte crucial e integral de los sistemas sanitarios, y contribuyen en gran medida a hacerlos eficientes y sostenibles”.
Visión internacional de la telefarmacia
El artículo evidencia también la implicación de los farmacéuticos durante la crisis, proporcionando ejemplos procedentes de varios países.
En este sentido se citan ejemplos como el de Australia cuyo gobierno federal en abril de 2020 autorizó a los farmacéuticos a ofrecer el servicio de revisión de medicamentos a través de telefarmacia para garantizar que los pacientes más vulnerables pudieran seguir beneficiándose de este importante servicio. También se explican casos como el del hospital Doctor Gray de Elgin (Reino Unido), que prestó servicios a pacientes oncológicos durante el confinamiento a través de un modelo basado en las tecnologías de la información que permitía que un farmacéutico pudiese de forma remota realizar la revisión y validación de fármacos para quimioterapia.
Además, los farmacéuticos también analizaron el efecto de la disminución de consultas presenciales en el resultado de sus intervenciones, como en el caso del Kantonsspital de Baden, Suiza13, donde, al inicio de la pandemia, los farmacéuticos dejaron de pasar visita en planta para proteger a los pacientes, trabajando desde casa en la medida de lo posible detectando que las tasas de aceptación se habían reducido significativamente (a un 40% frente al 90% habitual cuando la intervención era presencial). Su conclusión fue que las soluciones digitales tienen sus ventajas y pueden ahorrar tiempo, pero ‘nunca sustituirán’ al contacto personal. Sin duda, las actividades de farmacia clínica son mejores cuando se proporcionan presencialmente.