Un grupo de farmacéuticos, que se comunican a través de las redes sociales, ha puesto en marcha una iniciativa que busca dar solución a los problemas que se encuentran estos profesionales ante la imposibilidad legal de dispensación de medicamentos en caso de falta de prescripción o errores en la misma, pese a la necesidad que tendría el paciente de acceder en el menor tiempo posible a su tratamiento.
Se refieren especialmente a problemas administrativos y burocráticos que acaban perjudicando a los pacientes o poniendo entre la espada y la pared a los farmacéuticos al debatirse entre cumplir con su ética, experiencia y conocimiento profesional o acatar lo recogido en la ley al pie de la letra.
Casos como los de los pacientes que acuden a la farmacia de guardia con un informe de alta de urgencias que señala la necesidad que tiene el paciente de acceder a un determinado medicamento, pero sin la correspondiente receta médica que lo acompañe. Otros casos habituales pueden ser pacientes en tratamiento crónico que acuden a las farmacias con una prescripción pautada finalizada y, por tanto, no disponible en la receta electrónica. A este respecto, este grupo de farmacéuticos señala que “nadie facilita a los pacientes un documento en el que comprobar la fecha de finalización de su prescripción”. Eso hace que se encuentren “de forma repentina e inesperada” con que no pueden retirar sus medicamentos para continuar con su tratamiento habitual y, lo que supondría el abandono de su medicación durante varios días.
Igualmente, entre otros, detallan los casos en los que los pacientes acuden a la farmacia sin recetas oficiales y que suponen para el farmacéutico un dilema ya que no tienen forma de saber comprobar la autenticidad o no de la misma.
Los farmacéuticos denuncian que, en caso de acceder a la dispensación de los medicamentos en estas situaciones, se estarían arriesgando a “importantes sanciones económicas”. Y si se niegan a hacerlo, tienen que afrontar las quejas de los pacientes porque tienen que volver a acudir a su médico para que le entregue la receta correcta.
Por todos estos motivos, consideran que se “vulnera el principio de sanidad centrada en el paciente” con la situación existente según la cual nos farmacéuticos no puedan “bajo ningún concepto, dispensar al paciente el medicamento que necesita por no habérsele entregado una receta oficial”.
Petición de cambios legales
Todas estas razones son expuestas por los farmacéuticos en cartas que están remitiendo a sus respectivos colegios para impulsar cambios legislativos que permitan a los farmacéuticos la dispensación con informes médicos, aunque no haya una receta oficial, de forma transitoria mientras se obliga a los médicos para que, de forma “inexcusable”, adjunten a los informes recetas en el formato oficial.
Por otro lado, también reclaman que los farmacéuticos “como especialistas del medicamento”, puedan cambiar la forma farmacéutica del medicamento prescrito si se considera oportuno bien por necesidad del paciente o bien para facilitar el inicio del tratamiento cuanto antes si no se dispone de la forma farmacéutica prescrita. Igualmente, reclaman disponer de las herramientas necesarias para dispensar tratamientos crónicos cuando la receta electrónica esté caducada y al paciente le sea imposible resolver la situación de forma inmediata.
Todo el que está o ha estado en una oficina de farmacia sabe los problemas que genera una deficiente prescripción y las exigencias de los pacientes al no entender como funciona el sistema de recetas. El farmacéutico y sus trabajadores el que se enfrenta a la situación y al dilema: "lo doy o no lo doy".