El Grupo de Trabajo de Reapertura de la Escolarización, de Asociación Española de Pediatría (AEP), ha planteado la retirada progresiva de las mascarillas en los recintos escolares, que comenzará a partir del día 28 de este mes. Igualmente plantean que las cuarentenas de 7 días sean sólo para casos confirmados y que las autoridades sanitarias sigan fomentando la vacunación entre los menores de 12 años.
Los pediatras plantean en un documento de posicionamiento que ya ha sido remitido esta misma semana a las instituciones sanitarias y educativas la retirada progresiva de la obligatoriedad de estas herramientas de prevención en interiores, así como el refuerzo de los protocolos de ventilación.
El calendario propuesto se desarrollaría de la siguiente manera: Primero y segundo de primaria: a partir del lunes 28 de febrero 2022; Tercero y cuarto de primaria: a partir del lunes 14 marzo 2022; Quinto y sexto de primaria: a partir del lunes 28 marzo 2022; Educación Secundaria Obligatoria (ESO): a partir del lunes 25 abril 2022; Bachillerato: a partir del lunes 9 de mayo 2022
Los expertos del Grupo de Trabajo de Reapertura de la Escolarización de la AEP recuerdan en el documento de posicionamiento, “el menor impacto clínico de la variante ómicron de la covid 19 y la elevada cobertura vacunal de la población española han permitido cambiar el paradigma del manejo de la situación pandémica en España. Actualmente, se plantea centrar los esfuerzos en prevenir los casos con mayor impacto clínico y focalizar las energías en proteger a los más vulnerables a través de la vigilancia epidemiológica por parte de una serie de centros centinelas repartidos por el territorio que monitoricen la situación para detectar brotes y cambios en las tendencias epidemiológicas y en el comportamiento del virus o de sus eventuales nuevas variantes”.
Igualmente considera que, a nivel de impacto en el entorno escolar, la vuelta a la escolarización presencial, ininterrumpida desde septiembre 2020 en España, “ha sido un ejemplo a través del que se ha constatado que, siguiendo unas recomendaciones básicas, el riesgo de infección para los alumnos y el personal adulto de las escuelas es mínimo”. Así lo afirma el doctor Quique Bassat, coordinador del Grupo de Trabajo de la AEP para la Reapertura de la Escolarización, quien destaca que los efectos beneficiosos de la escolarización presencial “son claros e importantísimos para el aprendizaje, pero especialmente, para la integración psicosocial y adaptativa de los menores y es fundamental devolver a los niños una experiencia educativa normalizada y sin disrupciones”. Para el experto, “si queremos progresar hacia una eventual ‘normalización’ de la transmisión, debemos ir retirando progresivamente las medidas de prevención en el ámbito escolar, adaptándonos a la situación epidemiológica de cada comunidad, y siempre y cuando se pueda garantizar una monitorización estrecha del impacto de esta desescalada”.
La reciente recomendación de retirar la obligatoriedad de mascarillas en exteriores en todo el país y de la necesidad de mantener una distancia de seguridad de 1,5 metros, salvo en el caso de grandes aglomeraciones, es aplaudida por los pediatras, que consideran “incoherente seguir penalizando a los niños y mantener la obligación del uso de mascarilla en el patio, cuando al salir a la calle ya no tienen que usarlas”.
Respecto al uso de mascarillas en entornos cerrados, donde está demostrado que el riesgo de transmisión es entre 15 a 20 veces superior que en los espacios abiertos, los pediatras señalan las características que hacen del entorno escolar un modelo de monitorización idóneo para la desescalada progresiva de mascarillas en interiores: en los dos últimos años se ha confirmado la menor infecciosidad de los niños y su menor riesgo de enfermar. “Gracias a la monitorización continuada del riesgo de transmisión en las aulas de nuestro país, hemos podido generar datos que sustentan el bajo riesgo de la eliminación de las mascarillas en los niños”, subraya el coordinador del Grupo de Trabajo de Reapertura de la Escolarización.
Por otro lado, la evidencia disponible indica cómo la capacidad de infectar de los niños sigue un patrón edad-dependiente, aumentando progresivamente con la edad. “Esta información nos permite proponer una serie de medidas de desescalada que se adoptarían de forma progresiva, desde los grupos de edades más inferiores a los de mayor edad, y en línea con lo que varias sociedades pediátricas autonómicas han ido reclamando”, concluye el doctor Bassat.