La Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó en octubre de 2020 el documento ‘Derrotar a la meningitis para 2030: una hoja de ruta global´’ en el que pedía a todos los estados miembros que se comprometieran a poner en marcha todas las medidas necesarias para derrotar a la meningitis antes de 2030. Estas medidas incluyen el cuidado de las personas supervivientes de meningitis y sus secuelas, la prevención de la enfermedad mediante la inclusión de vacunas y la sensibilización de la atención primaria además de la de los padres y madres, entre otras cuestiones. Para lograr que España se sume a esta hoja de ruta marcada por la OMS y derrotar a la meningitis antes del 2030, la Asociación Española de Pediatría (AEP) ha firmado junto a otras instituciones un manifiesto de respuesta contra la enfermedad titulado “Objetivo derrotar a la meningitis 2030”.
Desde la AEP se señala que los pediatras llevan años intentando configurar criterios de gravedad para predecir cómo evolucionará la enfermedad en cada niño. Puede suceder a cualquier edad, pero se ceba con especial crudeza en lactantes menores de un año, niños menores de cinco años y jóvenes entre los 15 y 24 que comienzan a moverse en ambientes grupales. Suena a dolencia del pasado, pero en pleno siglo XXI, la sepsis meningocócica en España es la primera causa de muerte por infección en niños y adolescentes. Por eso, en la línea de la hoja de ruta de la OMS, la Asociación Española de Pediatría reivindica en un informe reciente de recomendaciones para el calendario vacunal de 2021 la necesaria inclusión de la vacuna contra la meningitis B como el instrumento más eficaz en la prevención y vencimiento de la meningitis en España. Sin embargo, solo algunas CCAA como Andalucía, Castilla y León y Canarias incluyen esta vacuna en el calendario vacunal financiado por la seguridad social lo que genera una desigualdad territorial latente en el acceso de los menores a esta vacuna que previene la enfermedad.
Los firmantes del documento entienden que es de vital importancia y de urgente necesidad impulsar este manifiesto en el que se reivindica el fin de la desigualdad en el calendario vacunal y criterios de homogeneización en el nacional de cara a incluir la vacuna contra la meningitis B en el calendario vacunal de nuestro país, además de trabajar en la sensibilización y visibilización respecto a esta enfermedad que no forma parte del pasado, para de este modo sumar a España a la hoja de ruta de la OMS para derrotar la meningitis antes de 2030 y seguir luchando contra una enfermedad prevenible que hoy día sigue costando vidas y sueños de familias enteras.
Es un hecho que el meningococo B es una de las bacterias que más preocupa a los padres y madres, destacan desde la AEP. Además, para proteger a sus hijos, el 70% de las familias se ven obligadas a adquirir la vacuna y asumir su coste, muy elevado, de forma privada. Sin embargo, el resto, un 30%, no pueden acceder a la misma, al no tener recursos para ello, dejar a los menores expuestos a una dolencia que puede causar la muerte o efectos para toda la vida como sordera, alteraciones neurológicas, deficiencias intelectuales o de comunicación o amputaciones severas de los cuatro miembros.
Según el “Estudio de evaluación de la carga de la enfermedad meningocócica frente a la no vacunación” encargado por la Asociación Española de Meningitis (AEM) y realizado por el Instituto de investigación sanitaria Valdecilla (IDIVAL) refleja que el 55% de quienes lo padecen sufren consecuencias físicas y que el 60% requiere apoyo emocional continuo. La gravedad de las secuelas demanda cuidados y terapias muy costosas. Se estima que el coste anual de los cuidados de un afectado por meningitis asciende a 11.050 euros. Esa cantidad puede alcanzar hasta los 921.901 euros durante toda la vida del paciente. La meningitis arrasa con todo el ámbito familiar y muchos necesitan ayuda para reconstruir su nueva normalidad desde cero, señala la asociación de pediatras.
Por todo ello, la AEP resalta que es imperativo actuar contra esta desigualdad, territorial y social, que genera una grave brecha impropia de un Estado social como el nuestro. Se trata, por lo tanto, de dar un paso al frente y asumir un compromiso de salud pública y de equidad social, en apoyo a las familias, a la crianza ya la natalidad.
Partidaria de este compromiso es también la Asociación Española de Vacunología (AEV) quien ha defendido la necesidad de invertir en vacunas porque suponen un gasto a corto plazo pero un ahorro a largo plazo. Las cifras hablan por sí solas. El cuidado de las secuelas de un superviviente rondan el millón de euros para la seguridad social.La Asociación Española contra la Meningitis (AEM), la Asociación Española de Pediatría, la Asociación Española de Enfermería y Vacunas (Anenvac) y la Asociación Española de Enfermería Pediátrica (AEEP). han sido las primeras organizaciones que han firmado el manifiesto junto a la OMS.