Investigadores del Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras han resumido todo el conocimiento previo en inmunoterapia para facilitar su incorporación en la clínica. Los avances recientes abren la puerta a nuevas aproximaciones en la lucha contra el càncer.
La inmunoterapia ha cambiado la forma de tratar a los pacientes oncológicos. Los enfoques de inmunoterapia, incluido el uso de agentes inmunomoduladores para mejorar las respuestas contra el cáncer y el reciente desarrollo de la terapia celular adoptiva, han mejorado las tasas de supervivencia de los pacientes y han reducido el riesgo de recurrencia de muchos tipos de cáncer.
Sin embargo, “muchos pacientes presentan una carencia de respuesta al tratamiento, recaída y/o desarrollo de resistencia, o toxicidades asociadas a la terapia que amenazan la vida”. Si para los compuestos farmacológicos se han propuesto biomarcadores de respuesta a la inmunoterapia, “existe una necesidad médica insatisfecha” de éstos en inmunoterapias celulares, como las células T que expresan el receptor de antígeno quimérico (CAR-T), el receptor de células T modificadas (TCR) y los linfocitos infiltrados de tumores (TIL).
El grupo de Manel Esteller, director del Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras (IJC), profesor de investigación ICREA y Catedrático de Genética de la Universidad de Barcelona, ofrece esta semana en The Journal of the National Cancer Institute (JNCI) una perspectiva de los conocimientos actuales en esta área y hacia dónde se dirige el campo, con el objetivo de mejorar el beneficio clínico en pacientes tratados con estos nuevos enfoques emergentes.