En 2019 el servicio de Farmacia Hospitalaria del Hospital de La Línea, junto con el resto de hospitales de la zona de Cádiz, puso en marcha Farmastock, un sistema de intercambio de medicamentos entre centros para evitar su caducidad y aprovechar al máximo su uso. Hoy, tres años después, y una pandemia mediante, el sistema ya es usado por 23 hospitales del Servicio Andaluz de Salud y es capaz de lograr ahorros de 800.000 euros en seis meses. Es el principio; el próximo paso será hacer el sistema más eficiente; implicar la inteligencia artificial el proceso, para lograr su automatización y que deje de ser ‘manual’.
Myriam Gallego, del servicio de Farmacia Hospitalaria del Hospital de La Línea explica que el proyecto nació con la idea de dar salida a medicamentos de muy alto coste y de bajo consumo, poniéndolos a disposición de otros hospitales donde hubiese pacientes que los pudieran necesitar.
“Empezamos primeramente en la provincia de Cádiz, creando una base de datos que estaba disponible para todos los centros que participaban en el proyecto; los hospitales de Jerez, Cádiz, Puerto Real, Algeciras y La Línea.”, explica la farmacéutica.
A través de esa base se podía ver aquellos medicamentos que a los hospitales implicados “nos interesaba poner a disposición de otros centros para que no se perdieran, para que no llegaran a caducar”.
Después a través de una red de distribución adecuada, para medicamentos que son muy frágiles, muy caros “y sobre los que tenemos que garantizar su conservación durante el transporte”, indica Gallego, una empresa de mensajería se encarga de su distribución.
La iniciativa comenzó en julio de 2019. “Le dimos mucho potencial al proyecto, porque vimos que este problema lo tenemos todos los hospitales”, indica Gallego. El proyecto fue presentado a una convocatoria pública competitiva de la Consejería de Salud y Familias, que lo aceptó y dio un presupuesto para desarrollar el proyecto a mayor escala.
“El problema que tuvimos es que cuando llegó la financiación, en diciembre de 2019, y teníamos planteado abordar varias cuestiones, entre ellas contratar a un informático para hacer un desarrollo de un programa corporativo; y que ya no fuera una base de datos de elaboración ‘casera’, sino algo mucho más elaborado, con posibilidades de que se pudiera extender a todo Andalucía, llegó la pandemia”, explica.
Durante los dos años largos de pandemia el proyecto se siguió aplicando a nivel provincial, logrando ahorros de casi 800.000 euros, si bien “el ‘boom ‘lo hemos dado cuando ya la pandemia ha ido remitiendo”. En abril de 2022 se hizo la presentación del proyecto en la SAFH (Sociedad Andaluza de Farmacia Hospitalaria), y a partir de ese momento comenzaron a adherirse otros hospitales de Andalucía. Actualmente trabajamos 23 hospitales, una parte considerable de la red pública andaluza.
Al participar todos estos hospitales, lógicamente hay muchos más medicamentos disponibles en esta base de datos y, sobretodo hay muchos más pacientes activos para recibir tratamientos, que si no fuera por esta red, se quedaría en desuso.
“Muchas veces lo que ocurre es que aparecen nuevas opciones terapéuticas que sustituyen a las que teníamos; sin embargo los pacientes con buena respuesta de eficacia y estabilidad clínica con el tratamiento anterior, se les mantiene hasta que aparecen motivos que justifiquen un cambio de tratamiento o incluso su supensión”, asegura Myriam Gallego.
“En los últimos seis meses hemos duplicado los datos. Si en dos años y medio logramos 800.000 euros de ahorro en Cádiz, ahora, con la participación de todos los hospitales hemos logrado una cantidad similar, en sólo esos seis meses”; es decir que el ahorro que ha provocado el proyecto en total asciende a prácticamente 1,6 millones de euros.
El paso siguiente, según explica la farmacéutica “es desarrollar una aplicación que nos permita detectar los medicamentos que prevemos que cada cierto tiempo vayan a caducar. El objetivo es que no se escape nada”.
Hasta el momento todo el operativo se desarrolla de una forma visual, “lo detectas cuando ves que los pacientes suspenden tratamientos, pero no tenemos ninguna herramienta informática que nos aplique un algoritmo de detección de probabilidad de caducidad”, explica.
Según indica Gallego, estamos trabajando en una aplicación de inteligencia artificial, basada en un algoritmo, que según los consumos, el coste y la fecha de caducidad, “calcule cuando lo debes poner a disposición de otro hospital, para evitar que tus medicamentos lleguen a caducar”. Ya no será algo ‘manual’, sino que directamente la aplicación “te informará sobre si este medicamento se te ha quedado parado y va a caducar en seis meses”.
Desde otros servicios autonómicos de salud se ha mostrado interés, por desarrollar herramientas similares. Actualmente en Castilla La Mancha están trabajando en un proyecto similar que ha merecido un reconocimiento por el Gobierno manchego. El proyecto se llama Farmatrueque y lo lidera Beatriz Proy, según explica Gallego “ya están consiguiendo resultados interesantes”.
“Nuestro objetivo de cara al futuro es conseguir la automatización. Si tienes que estar pendiente de que un fármaco se queda inmovilizado en nuestro centro sanitario, depende mucho del tiempo de que dispongas y si es propio de tu área asistencial para que conozca las posibilidades de consumo”, asegura la farmacéutica, quién indica también este proceso realizado de forma manual "no puede garantizar el 100% de su rendimiento”.
Hasta ahora, en total “hemos logrado un ahorro de casi 1,6 millones de euros, "fruto de un trabajo colaborativo de todos los farmacéuticos hospitalarios en Andalucía a los que nos preocupa mejorar la gestión de estos medicamentos de alto impacto económico”
“Es un buen trabajo, tanto por la eficiencia, como por la sostenibilidad del sistema público”, concluye la farmacéutica.
Nicolas Gonzalez Casares: