“Teniendo en cuenta que el profesional farmacéutico es el primer sanitario al que el paciente acude, se convierte en el primer observador de que algo, quizá, no esté yendo bien en un determinado paciente al que ve de forma relativamente habitual”. Por ello es imprescindible realizar esa labor asistencial aconsejándole y ayudándole a que se recupere o, bien, derivándole a que su caso sea examinado por un especialista”, ha explicado Isabel Morales, farmacéutica y consultora en el departamento de Consultoría de Asefarma, que ha sido la encargada de desarrollar la formación especializada en el abordaje de la salud mental desde la farmacia que se ha celebrado este miércoles.
Los trastornos de salud mental aún siguen teniendo cierto estigma, por lo que muchas personas que sienten ansiedad, tristeza, insomnio o depresión no se animan a dar el paso y consultar su dolencia a un especialista. Quizá por ello, “el papel, que tiene el farmacéutico es tan importante”, aseguran desde Asefarma.
Los problemas de salud mental nos pueden afectar a todos y la velocidad con que transcurre el día a día, las nuevas tecnologías o el trabajo hacen que las cifras aumenten cada vez más. De hecho, “en 2030, las enfermedades relacionadas con la salud mental serán la principal causa de discapacidad”, ha puntualizado la ponente. Debemos tener en cuenta que, “el 25% de aquellos que pueden notar que tienen un problema de salud mental se plantea acudir a un profesional y sólo un 12.5 % lo hace. Nos cuesta mucho dar ese paso.”
Isabel Morales, a lo largo de la formación, ha ido explicando qué es salud mental, qué son los trastornos mentales y cómo abordar la situación desde la farmacia. Debemos pensar que un trastorno mental puede ser “cualquier cambio que se produce en el pensamiento, sentimiento o comportamiento. Suele provocar sensación de angustia y por ello es importante trabajarlo”. De hecho, ha insistido en que “mens sana in corpore sano, debe ser más que una máxima y además de llevar hábitos saludables a nivel de ejercicio o alimentación, viene muy bien aprovechar también para tener buenos hábitos en torno a la relajación mental o la higiene del sueño, por ejemplo. De hecho, todo ello, está muy vinculado con el autocuidado”.
Desde la farmacia es importante que el farmacéutico observe. Hay muchos clientes que ya llegan a ser conocidos por el tiempo que llevan acudiendo al mismo espacio. “Al conocerlos, podemos observar que llevan tiempo comportándose de manera distinta, que puede que estén más apagados, más serios, menos habladores… Y es entonces cuando podemos acercarnos a ellos preguntándoles qué les ocurre para poder ofrecerles una recomendación y ayudarles”, ha explicado Morales.
Además, también hay que hacer caso a otro tipo de señales más allá del estado de ánimo: si se les cae el pelo, si tienen muchas contracturas, si tienen frecuentemente dermatitis por estrés… No solamente pueden alertar al farmacéutico de que el paciente pueda estar pasando por un mal momento, sino que también pueden ayudarle a recomendar productos que puedan ayudar a tratar “estos efectos secundarios”.
Desde la farmacia se puede ayudar al paciente y lo primero que debe hacer el profesional farmacéutico es “desterrar ‘lo que es normal’ porque la normalidad es subjetiva. Además, en la farmacia es necesario vincular el consejo a la cercanía que, en estos casos, será nuestro pilar fundamental”, ha explicado Morales.
Existen además muchos programas orientados a abordar la salud mental de los pacientes. Y desde la farmacia se debe orientar el trabajo en este campo con otros servicios que se ofrecen tras el mostrador como, por ejemplo, la puesta en marcha de servicios para potenciar la adherencia al tratamiento. “El 60% de los pacientes presenta problemas de adherencia al tratamiento para su salud mental y un 15% de ellos se debe a la falta de comprensión de aquello que se les ha prescrito”. Es en ello en lo que el farmacéutico puede trabajar para tratar de acompañar al paciente y que éste pueda cumplir correctamente ese tratamiento”. Desde la farmacia se puede ofrecer un servicio asistencial de calidad.
También desde las redes sociales se puede dar ese apoyo que necesitan los pacientes. “Ha habido iniciativas en las que a través de un hashtag como #depresión o #ansiedad la propia red indicaba al usuario: si quizá tiene problemas, es conveniente que acuda a un profesional”, añade Morales.
Desde la farmacia se pueden poner en marcha muchas acciones, el farmacéutico se puede adherir a campañas, pero es necesario que todo el equipo sepa cuál será la hoja de ruta. Isabel Morales ha explicado que “podemos adaptar una zona personalizada en la farmacia, incluso si es una farmacia pequeña, para poder dar un trato más cercano a nuestro paciente”. En este sentido “será importante tener un “rincón relax” en el que dediquemos un pequeño hueco a productos de relajación, podemos tener también hilo musical con música relajante, esencias…”. Además, otros elementos como stoppers en los lineales o cartelería específica que muestren que tenemos en marcha alguna campaña o que nos hemos adherido a alguna existente, mostrarán al paciente que podemos ofrecer un consejo específico en este sentido y podemos ayudarle. Sin olvidar, evidentemente, que “lo que ocurre en la farmacia offline debe trasladarse igual a la farmacia online”.