La presentación borrador del que se espera que sea el nuevo documento que rija la política farmacéutica en la Unión Europea, prevista para el 29 de marzo, ha vuelto a sufrir un nuevo retraso. En esta ocasión son los problemas de agenda de la propia Comisión Europea las que justifican este nuevo aplazamiento, cuya fecha concreta aún no se ha dado a conocer.
La noticia ha saltado desde el Parlamento Europeo, donde varios diputados han mostrado su descontento ante un nuevo aplazamiento que califican con términos que van desde “injustificado” hasta “vergonzoso”. Lo cierto es que la propia normativa de la Comisión establece que las fechas de presentación pueden cambiar en cualquier momento, especialmente en casos, como el de la reforma farmacéutica y de otras normas de carácter tan complejo y donde aún las posturas de los diferentes actores del sector no están consensuadas.
La diputada Veronique Trillet-Lenoir, del grupo Renew Europe ha remitido una carta a la presidenta de la Comisión Ursula von der Leyen, en el que además de calificar de “vergonzoso” este retraso, ha exigido a la presidenta una actuación responsable mediante la promulgación “inmediata” de la legislación.
El borrador de la nueva legislación, cuyo primer compromiso de presentación estaba fijado para finales de 2022 queda nuevamente sin fecha de publicación, si bien se insta, al menos por la diputada anteriormente citada a que sea durante el actual semestre. De demorarse más podría darse el caso de que la norma viera la luz durante el turno español de la presidencia de Europa.
La nueva legislación se asienta sobre cuatro pilares: la accesibilidad al medicamento, fomento de la innovación, garantizar las cadenas de suministros y finalmente dotar a la Unión Europea de un peso farmacéutico de liderato a nivel mundial.
Los pilares son aceptados por todos los agentes implicados. Igualmente también se han saludado las intenciones de rebajar la burocracia, incentivar la innovación, mayor control de la autoridad europea y otros. Sin embargo, su aplicación y las medidas que los fundamenta siguen siendo fuente de conflictos, como recientemente indicó la Efpia al calificar de “herramientas equivocadas”, algunos de los resortes que la Comisión quiere aplicar para hacer de esta nueva política farmacéutica una realidad.