La farmacia comunitaria está “desarrollando oportunidades para ampliar sus contribuciones y facilitar el apoyo al autocuidado para obtener mejores resultados de salud de los pacientes”. Así lo asegura un informe presentado por la Federación Internacional de Farmacia (FIP), realizado en base a encuestas a 238 profesionales en 55 países, de los cuales, la gran mayoría cree es preciso “apoyar y promover activamente el autocuidado”.
Sin embargo, el informe también destaca “barreras sustanciales para optimizar las actividades de autocuidado y mejorar mejores resultados en esta área”. Fundamentalmente el trabajo de la FIP señala dos: La financiación inadecuada y el acceso limitado a los registros de los pacientes.
“Educar y formar a los farmacéuticos para que apoyen el autocuidado sigue siendo una necesidad para aportar beneficios tangibles a los pacientes. Esto puede mejorar la alfabetización y la conciencia sobre la salud de los pacientes y ayudarlos a cuidarse mejor, mejorando el impacto económico y manteniendo servicios sostenibles y eficientes”, dijo Ian Bates, Director del Observatorio Farmacéutico Mundial de la FIP.
El trabajo además identifica ocho puntos clave sobre desafíos y necesidades de los farmacéuticos, que, según explican “deben abordarse de manera integral promoviendo cambios de políticas y reformando las regulaciones y modelos de remuneración, potenciando el conocimiento y el aprendizaje continuo, y apoyando el trabajo colaborativo para empoderarlos para brindar ayuda de autocuidado más eficaz a los pacientes”.
En relación a una práctica más amplia del autocuidado en las farmacias, el informe señala que “permite mejorar la salud general y la calidad de vida, reducir la dependencia de medicamentos y promover una atención médica rentable”. Por el contrario, descuidar el autocuidado “plantea riesgos, entre ellos un aumento de las enfermedades crónicas, una disminución calidad de vida, uso indebido de medicamentos y daño potencial a la reputación de una farmacia, lo que lleva a la pérdida de clientes”.
Además, “aumenta los costos de atención médica y sobrecarga el sistema, comprometiendo potencialmente la accesibilidad y asequibilidad”, señalan.
Para la superación de estas barreras, el informe señala diversas recomendaciones que se clasifican en necesidades educativas y de formación, legislación y compensación justa, infraestructura y servicios de atención eficaces centrados en el paciente y relacionados con el lugar de trabajo. Todos estos aspectos “son requisitos previos para mejorar el papel del equipo de farmacia para brindar un mejor apoyo a los pacientes en su camino hacia el manejo eficaz de sus condiciones de salud”.