La valoración que los españoles hacen de su sistema sanitario baja de una calificación de casi notable que tuvo en tiempos de prepandemia, a un aprobado justo. Así lo atestigua el denominado Barómetro Sanitario que elabora el CIS. Si en la anterior oleada, el 60% de los encuestados tenía una opinión positiva del SNS, en esta última, en la última encuesta publicada este jueves, la cifra se reduce a un 57% con similar valoración. Muy lejos del 6,7 que llegó a tener en el año 2019.
Es probable que este incremento de la insatisfacción pueda estar vinculado al aumento de la espera para recibir cita con el médico de atención primaria. Casi seis de cada diez encuestados (el 58,1%) aseguran que tardan al menos una semana para conseguir ser atendidos por el facultativo. De hecho, el 27,2% asegura que la espera llega a más de 10 días.
Dentro de este contexto no cabe extrañar que el 42% de los encuestados consideren que el sistema necesita cambios. El 27,1% de los ciudadanos entrevistados asegura que el sistema requiere “cambios fundamentales”, aunque algunas cosas funciones y un 15%, considera que el sistema “funciona mal y necesita cambios profundos”.
En la parte positiva, los servicios urgencias y la asistencia hospitalaria a ingresados ganan puntos y se sitúan en el notable alto con una calificación sobre diez de 7,44 y 7,27 puntos respectivamente. La valoración general de la atención hospitalaria en general recibe una calificación de 6,4 puntos.
A pesar de la espera, en el caso de atención primaria, los españoles consideran que la atención recibida es buena o muy buena. Prácticamente el 80% lo reconoce así y destaca como principales méritos la confianza que transmite el personal sanitario.
Otro problema que la encuesta revela que sigue sin solución es el uso adecuado que los ciudadanos hacen del sistema sanitario. Algo más del 10% de las personas que han necesitado una consulta inmediata con su médico, no lo ha podido hacer. De ellos, para más del 50% el problema es que la cita se la dieron para muchos días después. La solución que tomaron en el 32% de los casos fue acudir a los servicios de Urgencias.
Los españoles no descartan el implicarse en las nuevas tecnologías e incluso apostar por los servicios de teleasistencia. De hecho, para una gran mayoría (el 65,5%) algunas consultas podrían ser por teléfono, aunque para otras se siga manteniendo la presencialidad. Para el 15% de los encuestados, todas las consultas se podrían hacer por teléfono. A pesar de ello, uno de cada dos participantes en la entrevista considera que “no es cómodo” expresarse por teléfono y prefiere el cara a cara.
La valoración que los ciudadanos otorgan a los profesionales del primer nivel asistencial se repite, prácticamente de forma idéntica en el caso de la atención especializada. Tanto los profesionales de medicina como de enfermería tienen calificaciones de notable en confianza y competencia.
Finalmente, en el caso de la incorporación a nuevas tecnologías casi de la mitad de los encuestados reconoció tener algún tipo de certificado electrónico para hacer gestiones en el sistema, aunque todavía hay un 6% de personas que no saben para qué sirven.
Nicolas Gonzalez Casares:
¿Casi seis de cada cuatro encuestados (el 58,1%)? Control editorial...
Muchas gracias por el aviso. Corregido.