La Consejería de Salud y Consumo extenderá a todos los centros sanitarios (Hospitales, Áreas de Gestión Sanitaria y Distritos de Atención Primaria) el programa de concienciación ‘Benzostopjuntos: Vivir sin tranquilizantes es posible’ que persigue fomentar un buen uso y disminuir la dependencia que generan las benzodiacepinas. Este grupo de fármacos tiene efectos ansiolíticos e hipnóticos y su consumo ha crecido un 4% desde 2019.
La implantación de esta campaña, que se ha pilotado durante nueve meses en 15 centros de Atención Primaria abarcando todas las provincias andaluzas, ha logrado reducir el consumo de las benzodiacepinas en un 2,8% respecto al consumo registrado el año anterior. El programa se dirige a usuarios que presentan un uso crónico de benzodiacepinas para tratar la ansiedad y/o el insomnio y consiste en ofrecerles información y material educativo en las consultas que realicen y en las oficinas de farmacias comunitarias.
De esta forma, los profesionales ofrecen información sobre las benzodiacepinas y los riesgos de su uso continuado, las alternativas a su uso (técnicas de relajación, respiración y autocontrol, cambio de hábitos, ejercicios…) y cómo proceder para la deshabituación con la ayuda de los profesionales. Entre este material educativo se incluye además un auto-test para medir el grado de dependencia a estos fármacos, así como un directorio de las guías de autoayuda para la depresión y los trastornos de ansiedad del Servicio Andaluz de Salud y una sugerencia de pauta de deshabituación. Se trata de una adaptación local de uno ya existente en el ámbito de la salud en Canadá.
La campaña ‘Benzostopjuntos’, que se realiza en colaboración con el Consejo Andaluz de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, cuenta con el apoyo de sociedades científicas, consejos de colegios profesionales y con la implicación directa de profesionales de Atención Primaria y las oficinas de farmacia comunitarias, pretende mejorar el conocimiento sobre las benzodiacepinas y sus alternativas, con el objetivo de minimizar los riesgos derivados del uso continuado de estos fármacos. Está demostrado que estos medicamentos son útiles durante un tiempo determinado cuando las medidas no farmacológicas son insuficientes.
Se aconseja utilizarlas entre 2 y 4 semanas, durante las crisis de ansiedad, cuando sea crucial el control de los síntomas, o en insomnio grave que interfiere con la vida cotidiana. Al inicio del tratamiento las personas que los usan llegan a dormirse entre 8 y 20 minutos más rápido, y aumentan en casi 35 minutos más el tiempo de sueño por las noches. También consiguen disminuir la ansiedad a la mitad en 1 de cada 6 personas. Sin embargo, un uso continuado de benzodiacepinas hace disminuir su efecto beneficioso e incrementa el riesgo de accidentes, caídas y el deterioro cognitivo, por lo que su balance beneficio/riesgo a medio y largo plazo es desfavorable.
Según los datos de la Subdirección de Farmacia del Servicio Andaluz de Salud, más de un millón de andaluces consumen benzodiacepinas, entre las que se incluyen con mayor consumo: lorazepam, lormetazepam bromazepam, alprazolam o zolpidem, entre otros. En la comunidad andaluza, una de cada diez personas es consumidora crónica de estos fármacos y el 50% son personas mayores de 65 años y 7 de cada 10 de estas personas son mujeres.