La ley para la mejora de la protección de los donantes en vivo ha culminado su viaje de ida y vuelta entre el Congreso y el Senado, tras ser ratificada por la Cámara Baja este jueves, sin incluir la enmienda presentada por el Partido Popular en el Senado. El PP pedía en su añadido que, la norma incluyera una evaluación de sus efectos para que, tras dos años de aplicación, y si estos resultaban positivos fuera ampliado su ámbito de actuación a otros colectivos. La enmienda ha quedado descartada por 136 votos a favor, 177 en contra y 33 abstenciones.
En el Congreso no se ha tenido en cuenta esta intención y se ha dado luz verde a la norma en los mismos términos que se aprobó en su debate inicial. La norma está dirigida a reconocer a las personas que de forma altruista realizan una donación de órganos o tejidos, les sea reconocida una situación especial de incapacidad laboral por contingencias comunes y se les conceda los permisos retribuidos por el tiempo indispensable durante todo el procedimiento de donación.
A través de esta norma se facilitará el acceso a la donación a los trabajadores, reconociendo derechos que hasta ahora no estaban fijados. Así, la denominada baja laboral por donación será considerada situación especial de incapacidad temporal por contingencias comunes, por lo que la prestación económica se percibirá desde el primer día y será equivalente al 100% de la base reguladora reconocida.
Además se modifica el Estatuto Básico de los Trabajadores para que el permiso retribuido para la asistencia a las sesiones de información y exámenes clínicos.
Pese a que el contenido, en términos generales de la norma, era asumido por las dos principales formaciones políticas, PP y PSOE (de hecho, contó con unanimidad en su toma de consideración), la aprobación no ha estado exenta de trifulca. La diputada socialista María Mercè Perea ha criticado al PP diciendo que “prefieren bloquear la acción gubernamental para mejorar la vida de la gente, todo por un rédito mezquino”. Desde el PP, Antonio Cavacasilla ha lamentado que la ley se “ha convertido en un instrumento de carga ideológica sin sentido”. Desde el resto de formaciones políticas el grueso de las intervenciones, sin distinción de colores se han dirigido a ensalzar la figura del donante y de la propia Organización Nacional de Trasplantes.