Terapéutica

Del autismo al mercurio: La OMS fulmina 10 mitos sobre la vacunación

La inmunización mediante vacunas previene cada año entre 2 y 3 millones de defunciones por difteria, tétanos, tos ferina y sarampión, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). La cobertura vacunal mundial se ha mantenido estable en los últimos años, no obstante, se estima que 21,8 millones de lactantes de todo el mundo aún no reciben las vacunas básicas. En España, 1 de cada 30.

La mayor parte de esa falta de vacunación se debe a problemas de acceso y económicos, pero hay una proporción que se debe a falsas creencias que la OMS trata de combatir. El máximo organismo sanitario mundial ha publicado un documento en el que rebate diez de los principales mitos existentes con respecto a la vacunación y que han sido alentados por los colectivos antivacunas en los últimos años.

Según este documento, elaborado el pasado mes de marzo, no es cierto que las mejores condiciones de higiene hagan desaparecer, por si mismas, las enfermedades. Si se dejara de vacunar, la OMS es tajante al afirmar que estas enfermedades “volverían a aparecer”. Además, la higiene en sí, no es garantía de protección. En este mismo sentido, la OMS alerta sobre la decisión de no vacunar de enfermedades casi erradicadas en un país. “En un mundo sumamente interconectado, esos agentes pueden atravesar las fronteras geográficas e infectar a cualquier persona no protegida”, recuerda. En este sentido, pone los ejemplos de brotes de sarampión en varios países occidentales, entre ellos España, que se han sucedido desde 2005.

Los efectos secundarios de las vacunas a largo plazo es otro de los asuntos que desmonta la OMS, que asegura que “las vacunas son muy seguras” y que la mayoría de las reacciones son “generalmente leves y temporales”, siendo extremadamente raros los trastornos graves. Además, señala que es mucho más probable un trastorno grave por una enfermedad prevenible mediante vacunación que por una vacuna. Por ello, explica que los beneficios de la vacunación compensan con creces el riesgo, dado que sin las vacunas se producirían muchos trastornos y defunciones.

El síndrome de muerte súbita del lactante también se ha relacionado en alguna ocasión con algunas vacunas, como la vacuna combinada contra la difteria, el tétanos y la tos ferina, así como la vacuna antipoliomielítica, pero el máximo organismo sanitario lo achaca a una coincidencia temporal de ambas situaciones.

La OMS también lucha contra la creencia de que sufrir enfermedades en la infancia es algo inevitable. De este modo, recuerda que enfermedades tales como el sarampión, la parotiditis y la rubéola son graves y pueden acarrear importantes complicaciones tanto en niños como en adultos, por ejemplo, neumonía, encefalitis, ceguera, diarrea, infecciones del oído, síndrome de rubéola congénita (si una mujer contrae rubéola al principio del embarazo) y defunción. La inmunización natural versus la inducida por vacunas es otra de las razones que se esgrimen para no vacunar. Pero en este caso, la OMS vuelve a reiterar los riesgos de padecer algunas enfermedades.

Otro de los mitos es el miedo a la administración simultánea de varias vacunas en un niño. La OMS recuerda que esta práctica no conlleva ningún riesgo sobre el sistema inmunitario del menor, al tiempo que recuerda las principales ventajas de la administración simultánea de varias vacunas: Requiere menos consultas ambulatorias, lo que permite ahorrar tiempo y dinero y aumenta las probabilidades de que los niños completen el calendario de vacunación recomendado.

La vacunación contra enfermedades que se pueden considerar banales es muy importante. En este sentido, la OMS recuerda que la gripe “es mucho más que una molestia” y que provoca al año entre 300.000 y 500.000 defunciones en todo el mundo, que se podrían reducir con una correcta inmunización.

La OMS rechaza que el contenido de mercurio, incluido en el tiomersal que actúa como conservante en algunas vacunas, entrañe riesgo para la salud. Según explica, no hay pruebas científicas que sugieran que la cantidad de tiomersal utilizada pueda provocar daños.

Otro de los mitos más extendidos es el riesgo de causar autismo que tendrían algunas vacunas. La OMS reitera que se debe a un estudio con graves irregularidades que fue retirado de su publicación. Este organismo es tajante al asegurar que “no existen pruebas científicas de una relación entre esa vacuna y el autismo o trastornos autistas”.

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