Terapéutica

¿Vacunas y embarazo? La AEP aclara dudas y realiza recomendaciones

La Asociación Española de Pediatría (AEP) ha realizado un análisis de la vacunación antes, durante y después del embarazo para resolver dudas y hacer recomendaciones al respecto.

La idoneidad de la vacunación durante la gestación es causa de preocupación entre las mujeres y es fuente de muchas dudas. Por ese motivo, desde la Asociación Española de Pediatría (AEP) se indica que esta incertidumbre hace que se desaprovechen oportunidades para mejorar la protección de las gestantes y los recién nacidos. 

Con el objetivo de resolver todas las dudas que puedan surgir, el Comité Asesor de Vacunas de la AEP (CAV-AEP) ha realizado una recopilación de las pautas a seguir, en todo lo referente a vacunación, antes, durante y después del embarazo

El Comité señala que el enfoque del tema se debe contemplar desde distintas perspectivas. En primer lugar indica que la seguridad de las vacunaciones en la gestación, para la propia gestante y para el feto en desarrollo “es un elemento clave de cualquier intervención en este periodo de tiempo”.

Asimismo, tal y como explican, la propia gestación conlleva “una mayor vulnerabilidad de la mujer ante ciertas infecciones, como es el caso de la gripe”. Y, debe tenerse en cuenta que la vacunación de la gestante tiene la capacidad de “proteger también al recién nacido en sus primeros meses de vida”.

De este modo, para los pediatras, una visión global de la salud de la mujer en edad fértil debe incluir la “evaluación de las vacunaciones de la mujer en edad fértil con intención de buscar una gestación en el futuro y evitar las oportunidades perdidas para vacunar, cuando, tras el parto, la madre está lactando a su bebé”.

Planeando un embarazo y en la gestación

El CAV señala que cuando se está planeando quedarse embarazada, la mujer debe evaluar en primer lugar las vacunaciones que ha recibido hasta el momento, para garantizar el nivel de inmunización óptimo correspondiente a su edad y circunstancias clínicas, en especial frente a: sarampión, rubéola y parotiditis, y la hepatitis B.

Además, es importante tener en cuenta que todas las vacunas que estén indicadas pueden administrarse, con la única precaución de que si se trata de vacunas vivas atenuadas, deberá evitarse la concepción durante, al menos, cuatro semanas después.

Durante el periodo de gestación, el Comité indica las vacunas especialmente recomendadas en todos los embarazos de cada mujer: en concreto, la gripe, con vacuna inactivada, en temporada gripal y en cualquier momento del embarazo y la Tosferina, con vacuna Tdpa, entre las semanas 27 y 36, siendo preferible en las semanas 28-32.

Vacunas no recomendadas

Además, debe tenerse en cuenta que existen algunas vacunas no recomendadas rutinariamente, pero que pueden administrarse si están indicadas por un riesgo de exposición elevado y susceptibilidad materna. En este apartado se hace referencia a “solo vacunas inactivadas, ya que se cuenta con escasos estudios de seguridad, debe evaluarse el  riesgo/beneficio. Además se pòdrían administrar en caso de riesgo individual las vacunaciones de calendario, como hepatitis B, meningococos, neumococo, poliomielitis, tétanos y difteria y las vacunas para viajeros y situaciones especiales: cólera, encefalitis centroeuropea y japonesa, fiebre tifoidea parenteral, hepatitis A y rabia.

Vacunas contraindicadas durante la gestación

La asociación apunta como vacunas no recomendadas durante el embarazo la vacunación frente al virus del papiloma humano (VPH) y detalla como contraindicadas todas las vacunas vivas atenuadas, como fiebre amarilla, fiebre tifoidea oral, gripe intranasal, triple vírica (sarampión, rubéola y parotiditis) y varicela-zóster.

Por otro lado, se indican una serie de pautas a tener en cuenta respecto a la vacunación de las personas que conviven con la gestante.

Casos especiales

Además, la AEP recuerda que existen algunas inmunoglobulinas que se pueden utilizar en la profilaxis postexposición. A este respecto señala las profilaxis postexposición en los casos de sarampión, varicela, tétanos, hepatitis A y B, y la rabia. Eso sí, recuerda que se debe valorar el balance riesgo-beneficio de cada caso.

En lo que se refiere a las mujeres embarazadas en tratamiento con inmunosupresores, pueden recibir las vacunas inactivadas que estén indicadas, “aunque la respuesta inmunitaria puede ser subóptima”. Además, Los recién nacidos de madres que recibieron tratamiento inmunosupresor con productos biológicos no deben recibir vacunas atenuadas en el primer año de vida (BCG, al menos, hasta cumplir los 6 meses de edad).

Después de la gestión y durante la lactancia materna 

Por último, se indica que la lactancia materna no contraindica ninguna vacuna de la madre lactante y de su bebé o demás convivientes. Pero deben tener en cuenta determinadas precauciones. 

En concreto señalan que la  vacunación de la madre frente a la fiebre amarilla, en caso de bebé lactado al pecho menor de nueve meses de edad, se debe suspender la lactancia materna, extraer y desechar la leche durante dos semanas, reanudándose después de forma normal.

En cuanto a la vacunación de la madre u otro conviviente frente a la varicela-zóster, en el caso de haya erupción cutánea, se debe evitar el contacto con el lactante, cubriendo la zona afectada.

Y por último, un lactante de madre portadora de HBsAg que recibió la profilaxis correcta inmediatamente tras el parto (vacuna e inmunoglobulina) puede seguir con la lactancia materna.

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