Desde su inicio en 1994, el programa Vacunas para niños (VFC) de Estados Unidos ha desempeñado un papel crucial en la prevención de enfermedades infantiles al cubrir el coste de las vacunas para aquellos menores en situación de vulnerabilidad. Un informe reciente de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) revela que las inmunizaciones infantiles rutinarias entre 1994 y 2023 han prevenido aproximadamente 508 millones de casos de enfermedad, 32 millones de hospitalizaciones y 1,12 millones de muertes. Estas cifras se pueden trasladar a un ahorro neto de 540 mil millones de dólares en costes directos y 2,7 billones en costes sociales. Así se concluye en el informe Beneficios sanitarios y económicos de las inmunizaciones infantiles de rutina en la era del Programa de Vacunas para Niños — Estados Unidos, 1994-2023, que destaca que la inversión en vacunación supone una estrategia de salud pública importante que genera importantes ahorros económicos y en salud.
Con el apoyo del programa VFC, la inmunización ha sido una herramienta sumamente eficaz para mejorar la salud de los niños estadounidenses. Este análisis demuestra los beneficios continuos y sustanciales para la salud asociados con la vacunación de los niños pequeños, lo que convierte la inversión en vacunas y servicios de inmunización en una estrategia de salud pública importante y que permite ahorrar costos.
El informe analiza las enfermedades y fallecimientos evitados con sus correspondientes costes a lo largo de 30 cohortes anuales de niños nacidos en ese intervalo. Además, se estimaron mediante modelos económicos el ahorro neto calculado desde una perspectiva social y la del pagador. Desde la perspectiva del pagador y de la sociedad, las vacunaciones rutinarias en los niños nacidos entre esos años han dado como resultado un ahorro sustancial (2,7 billones de dólares). La vacunación infantil continua, además de proporcionar sustanciales beneficios económicos y en salud, promueve la equidad en salud.
Vacunas incluidas en el análisis
El análisis incluyó una variedad de vacunas administradas de forma rutinaria durante las tres décadas estudiadas, que abordan múltiples enfermedades prevenibles: Difteria, tétanos y tos ferina (DTP/DTaP), Haemophilus influenzae tipo b (Hib), poliomielitis (oral e inyectable), sarampión, paperas y rubéola (MMR), hepatitis B, varicela, neumococo, hepatitis A y rotavirus. Las vacunas contra la gripe, covid-19 y el virus respiratorio sincitial (VRS) no se incluyeron en el análisis debido a diferencias en la metodología de evaluación de costes y efectos, y a la implementación tardía o limitada de algunas de ellas en 2023.
El estudio destaca que, gracias a las inmunizaciones, las cohortes de niños nacidos entre 1994 y 2023 evitaron una carga significativa de enfermedad. En concreto, en relación al sarampión y varicela más de 105 y 106 millones de casos prevenidos, respectivamente; difteria: cerca de 7,5 millones de casos prevenidos y más de 752.000 muertes evitadas; tos ferina aproximadamente 80,7 millones de enfermedades y 28.400 muertes evitadas y en neumococo: cerca de 47,8 millones de casos de enfermedades prevenidas, incluyendo neumonía y otitis media, con más de 123.000 muertes evitadas. De este modo, solo con la prevención de 14 enfermedades mediante la vacunación, se han evitado, de acuerdo con este estudio, casi 1,3 millones de muertes en solo 30 años.
En términos económicos, el informe resalta un beneficio neto de 540 mil millones de dólares en costes directos y 2,7 billones en costes sociales, con una tasa de coste-beneficio de 3,3 para el pagador y de 10,9 desde la perspectiva social. Esto significa que, por cada dólar invertido en vacunas infantiles, se generaron ahorros de 11 dólares en la sociedad, subrayando la eficiencia económica de las estrategias de inmunización.
Los costes del programa de inmunización son cubiertos conjuntamente por los padres y los sectores público y privado y se estimaron utilizando datos en cuanto a los precios de las vacunas de los CDC y de un análisis previo. Estos costes comprenden las vacunas, la administración, el coste del transporte de los padres y el tiempo de trabajo perdido, así como los eventos adversos asociados con la recepción de estas vacunas.
Implicaciones para la Salud Pública
El informe pone de manifiesto que el VFC ha sido esencial para garantizar la cobertura vacunal entre los niños de familias de bajos recursos o con acceso limitado al sistema de salud. En 2023, se estimó que alrededor del 54% de los niños menores de 18 años eran candidatos para recibir vacunas a través del programa, lo que refuerza la equidad sanitaria y reduce las barreras económicas y logísticas al acceso.
A pesar de los desafíos que representó la pandemia de covid-19, que incluyó un descenso en las tasas de vacunación debido a la menor disponibilidad de servicios y al aumento de la vacilación vacunal, el VFC ha mantenido su papel como pilar de la prevención de enfermedades. Este programa sigue siendo fundamental para la preparación ante brotes de enfermedades y la mitigación de su impacto, destacando la importancia de la inversión continua en infraestructuras de vacunación y en campañas de información para combatir la desinformación.
Limitaciones y Futuras Direcciones
Aunque el informe es sólido, reconoce limitaciones como la exclusión de ciertos costes de gestión de programas y algunos impuestos, así como la influencia de factores externos como mejoras en la higiene y el distanciamiento social. Sin embargo, incluso en escenarios adversos, los análisis de sensibilidad anteriores confirman que la vacunación infantil sigue siendo una inversión rentable.
Este análisis evidencia la necesidad de continuar fortaleciendo programas como el VFC, no solo como medida de salud pública, sino como un ejemplo de cómo las políticas enfocadas en la equidad y la prevención pueden transformar la salud de generaciones y generar ahorros económicos sustanciales para la sociedad.