Profesión

En la farmacia no se ve la brecha salarial, pero sí el reparto desigual de los cuidados en el hogar

Varias asesorías confirman que en el sector no se percibe brecha salarial, es decir, diferencia de sueldo entre hombres y mujeres que desarrollan el mismo trabajo, pero sí un reparto desigual de las cargas en el hogar, que merma los ingresos de ellas.
Sesión de coaching con el equipo de la farmacia
Sesión de coaching con el equipo de la farmacia

Tanto el Colegio Oficial de Farmacéuticos (COF) de Madrid como Asefarma, asesoría especializada en oficinas de farmacia, han destacado estos días el alto índice de empleo femenino en el sector (en torno al 70%, en línea con la proporción de egresados), y han asegurado que en él "no hay brecha salarial", es decir, no existe diferencia de salario entre hombres y mujeres cuando ocupan el mismo puesto de trabajo. Asefarma lo explicaba con el hecho de que los contratos laborales se rigen por el Convenio de Farmacia, lo cual, no obstante, no es óbice para que farmacéuticos y farmacéuticas, así como el resto de perfiles profesionales, puedan negociar con sus titulares una mejora de las condiciones que éste establece.

No obstante, las tres asesorías laborales consultadas, Asefarma, Gómez-Córdoba Abogados y Orbaneja Abogados, familiarizadas todas ellas con la gestión de las nóminas de los trabajadores de las oficinas de farmacia, coinciden en que esto es así. Concretamente, Nuria Bartolomé, asesora laboral de Gómez-Córdoba, y Eugenio Fernández, responsables del mismo ramo en Obaneja, argumentan "que es cierto que hay contratos con salarios por encima de convenio, pero no se notan diferencias por cuestión de género en ese sentido".

Dicho esto, cabe recordar que las quejas de los colectivos feministas en este ámbito no se reducen a una cuestión salarial, sino que van más allá y denuncian habitualmente cómo el reparto desigual de los cuidados en el hogar puede servir de freno para la carrera profesional y también puede condicionar el nivel de ingresos. Sobre esto habla Bartolomé, que se refiere a la brecha salarial no ajustada como la que se deriva de las reducciones de jornada o la solicitud de excedencias. "Podemos afirmar que casi el 100% de las reducciones de jornada para atender a los cuidados las solicitan mujeres, y eso implica, de facto, una disminución de los ingresos", afirma. Fernández constata esta realidad y asegura que "es rarísimo" que haya hombres que hacen esto, y dice recordar un único caso de los que tiene actualmente en cartera. Eva Illera, asesora laboral de Asefarma, confirma que esto se da, pero dice no ver que tenga que ver con la diferencia de género.

Lo mismo le ocurre con las excedencias. Fernández afirma, con respecto a éstas, que son pocas las personas que solicitan excedencias en las oficinas de farmacia, "por el mero hecho de que suponen la pérdida total de los ingresos". Bartolomé no tiene tan en cuenta el número, y señala la relación directa entre el hecho de que la mayoría de las solicitudes para cuidar a niños y mayores sean de mujeres y el reparto desigual de las cargas en los hogares, una realidad que ha sido puesta de manifiesto por la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología y el Consejo Superior de Investigaciones científicas (CSIC), que indican que, a día de hoy, el 89% de los cuidadores en España son mujeres, la mayoría cónyuges e hijas, con edades comprendidas entre los 45 y los 65 años.

Este hecho condiciona también a muchas mujeres, opina Bartolomé, a poder optar a determinados incentivos, como los pluses por nocturnidad. Illera reconoce, aunque insiste en que ella no ve discriminación de género, "que es cierto que las mujeres suelen apartarse de los turnos de noche". Fernández dice que también de los de los fines de semana. Bartolomé considera que esa renuncia suele tener que ver con el hecho de que sean ellas las que asuman los cuidados y que esto también les influye a la hora de poder incrementar sus ingresos.

Las bajas de maternidad

Finalmente, los expertos consultados abordan la cuestión de las bajas de maternidad, y cómo éstas pueden condicionar, o no, el desarrollo profesional de las farmacéuticas y auxiliares. Bartolomé asegura que el tema genera cierta conflictividad, como demuestra el hecho de que la gran mayoría de las consultas que reciben a través del blog estén relacionadas con bajas de maternidad y lactancia. En este sentido, confirma "que el conflicto durante el embarazo no se da porque están protegidas ante esta situación". "Los conflictos suelen venir más por posibles bajas previas al periodo habitual. Sin embargo, Fernández recuerda que "los titulares tienen bonificado el pago de la seguridad de social de la embarazada y la persona que la sustituye", una medida que ha servido para extinguir los problemas.

El responsable laboral de Orbaneja señala, con respecto a la baja por maternidad, que siguen siendo consumidas por la mujer hasta el último día, pese a que existe la posibilidad de transferirla al hombre desde la semana sexta. Lo que sí es ya un hecho que éstos están disfrutando ya regularmente del permiso ampliado. Bartolomé solicita, a este respecto, una equiparación de los permisos, para que la situación de embarazo no penalice laboralmente de ninguna manera a la mujer.

Para eso, opina, a lo mejor haría falta una mayor proporción de mujeres en los cargos de representación de la profesión, y llama la atención sobre el hecho de que, en la negociación del XXV Convenio de Farmacia, hubiera un reparto de 5 a 1 a favor de los hombres en el proceso. También llama la atención sobre el hecho de que sólo 13 de 52 colegios oficiales de farmacéuticos cuenten con una presidenta mujer. Opina que así es más difícil que se atiendan las necesidades específicas de este colectivo.

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