La Asociación Española de Bioempresas (Asebio) ha presentado su Informe de Situación y Tendencias del Sector de la Biotecnología en España 2017, en el que advierten de un ligero "estancamiento", sobre todo en términos de creación de empresas puramente bioetch y aquellas que utilizan la biotecnología para el desempeño de su actividad, y de generación de ingresos, mientras que las compañías siguen demostrando su compromiso con la I+D y la generación de valor añadido. Por eso, se ha acompañado al Informe de algunas recomendaciones con las que revitalizar este sector y ayudar a que éste ahonde en su consolidación.
De los principales datos se extrae, por ejemplo, una reducción en la aportación de las empresas puramente biotecnológicas al PIB en 2016, con un 0,7%. Esto son unos 7.300 millones, una cifra que es un 0,8% inferior a la de 2015. Si se añaden el resto de compañías del sector, aunque no sean puramente biotecnológicas, esa aportación ascendería al 10% aproximadamente.
También se vio mermado el número empresas 100% bioetch, que pasó de las 654 a las 651 (de ellas, 100 pertenecen a la Industria Química y Farmacéutica), aunque este dato, por sí mismo, no tenga por qué ser indicativo de que las cosas le van mal al sector. De hecho, el número de entidades cuya actividad secundaria es la biotecnología creció, desde las 225 a las 304. No así el de las que emplean la biotecnología como herramienta para su actividad, que cayeron de las 2.103 a las 1.812. No obstante, el número total ha pasado de 2.981 a 2.762 en 2016.
Por la parte positiva, cabría destacar la aportación del sector en su conjunto en cuestión de inversión en I+D, la cual creció en 2016 un 6,6%, hasta los 617 millones de euros. El Informe también recoge el impacto en el empleo, con 2.000 empleos directos en el sector biotech, así como la capacidad de generar valor añadido por parte de estas empresas, situándose en una tasa de crecimiento del 17,4% en aquel ejercicio, la más alta de los sectores productivos.
Quizás ésta sea una de las razones por las que se han podido llevar a cabo, en 2017, un total de 27 ampliaciones de capital privado, valoradas en 93,7 millones, lo que contabiliza 30 millones más que en 2016, pese a haberse realizado sólo una operación más; seis ampliaciones por emisión de acciones, por valor de 41 millones, y 31 operaciones de financiación complementaria o préstamos participativos, por 10,8 millones. En la arena internacional se captaron también 68,8 millones en el ejercicio anterior.
Factores facilitadores y dificultadores
En la presentación de los datos, el director general de Asebio, Ion Arocena, destacó también los resultados de la encuesta que anualmente realiza la Asociación, y en la que participan empresas, centros públicos y medios de comunicación, principalmente. De ella se extrae que la cooperación con proveedores y centros de investigación, así como el acceso a financiación privada, como ha sido el caso en 2017, siguen viéndose como los elementos facilitadores de la expansión del sector. Por el lado contrario, se perciben como obstáculo a esa expansión los largos periodos de rentabilidad que caracterizan al sector, el coste elevado de la innovación que se genera, así como la consecución de financiación, principalmente.
Junto a estas cuestiones, cabe destacar algunas recomendaciones que hace Asebio en su informe, y que pasan, fundamentalmente, por un incremento del presupuesto público en I+D, "tanto en volumen como en calidad", lo que se concreta en el aumento de "subvenciones y tramos no reembolsables en contraposición con los préstamos". También se llama a "incrementar la ejecución presupuestaria", lo que exigiría, dicen, relajar las condiciones actuales. Y, dentro de esa aplicación de una mayor flexibilidad, piden un aplazamiento de las deudas contraídas, así como simplificar y reducir el coste y el tiempo para certificar la inversión en I+D, entre otras medidas.
Por la parte de las propias empresas, el presidente de la Asociación, Jordi Martí, ha reconocido la importancia de medir resultado, "sobre todo en un sector, como el biotecnológico, consolidado, pero a la vez emergente", y también sobre la obligación que tienen estas empresas de saber "comunicar el impacto de su actividad en las personas".