Martín Sellés, presidente de Farmaindustria, ha inaugurado el XV Seminario Industria Farmacéutica & Medios de Comunicación, y ha hecho referencia a la irrupción de "la medicina personalizada, de precisión, que incluye nuevos tratamientos como las terapias celulares, terapias avanzadas", que hasta hace poco eran solo una ilusión futura, pero que, dijo, "ya están ya aquí, y nos van a permitir ser capaces de entrenar en nuestro sistema inmunológico, identificar a las células cancerosas y destruirlas", en clara referencia a las CAR-T. De ellas, destacó que van a hacer que se deje de hablar "de medicamentos, tal y como lo entendemos hoy, para comenzar a hablar de intervenciones terapéuticas". "Además, aunque aún son pocas las enfermedades a las que van dirigidas, éstas van a ampliarse en los próximos años", pronosticó.
Pero una cosa es la oportunidad que supone la irrupción de estas terapias para algunos pacientes, y otra los retos que se abren para la industria de cara a la fijación de precio y financiación de estos tratamientos, una vez que el Ministerio de Sanidad ha mostrado abiertamente su intención de incorporar a las negociaciones el ensayo clínico en marcha con una CAR-T académica en el Hospital Clínic, surgida de la investigación pública.
Sellés opinó que, de cara a garantizar el acceso a estas innnovaciones disruptivas, va a ser importante "la correcta coordinación de las administraciones, los profesionales y la industria promotora de la innovación disruptiva", que es la fórmula que ha servido en ocasiones anteriores para compatibilizar dicho acceso con la sostenibilidad del sistema.
El director del Departamento Técnico de Farmaindustria, Emili Esteve, fue un poco más allá y opinó que las CAR-T académicas son "innovaciones que se están desarrollando en el marco de un ensayo clínico, con el objetivo de encontrar evidencias", pero que para poder competir con las terapias industriales tendrían que "hacer luego un escalado industrial". Se refirió, no obstante, a la figura de la autorización de uso que existe en España para este tipo de terapias, que podría permitir la utilización de las CAR-T académicas mediante una solicitud presentada por un hospital a título individual.
Admitida la existencia de esta vía, mostró la creencia de que "el destino de estas innovaciones es que se siga con ellas la evolución que se ha seguido hasta ahora, con la industria farmacéutica desarrollando los ensayos clínicos y liderando la comercialización de productos industriales".
En los albores
Sobre los retos que plantean las CAR-T en este terreno habló también el director general de Farmaindustria, Humberto Arnés, quien lanzó un mensaje de prudencia a la hora de analizar esta cuestión, porque, dijo, "estamos en los albores de estas nuevas terapias".
Opinó, además, sobre el Plan que ha puesto en marcha el Ministerio de Sanidad para la introducción coordinada de las terapias avanzadas, subrayando que el sector ve "bien que la Administración empiece a ver cómo incorporar estas terapias", y que dicha incorporación "requiere una reflexión", que, dijo, "cuanto antes se produzca, mucho mejor". De cara a la utilización de las CAR-T se requiere, culminó, "una estrecha colaboración entre las compañías y los centros públicos", y mostró la buena disposición de la industria para "participar en estos planes para conseguir que España pueda ser pionera en la implantación de estas terapias".