“El acceso a la innovación en nuestro país está empeorando de forma preocupante. Se tarda entre 10 y 20 meses, una media de 450 días esperando” en comercializar un nuevo medicamento. Estos datos fueron expuestos por el presidente de Farmaindustria, Martín Sellés, para reclamar cambios que posibiliten acelerar el acceso a la innovación terapéutica.
Sellés, que habló de este asunto durante su intervención en el XVI Seminario Farmaindustria – Medios de Comunicación que ha tenido lugar este martes en Chinchón, considera que “todos tenemos que poner de nuestra parte para solucionar esta situación”.
El presidente de la patronal de la industria innovadora explicó que cuesta mucho tiempo y dinero llegar a tener un medicamento innovador y, por tanto, “cuando se tiene, el paciente debe tener acceso a él lo antes posible”.
Farmaindustria está dispuesta a “buscar fórmulas para que los pacientes no tengan que esperar”, si bien no se explicó en qué podrían consistir esas fórmulas. Lo que sí consideraron es que es necesario incrementar la dotación de recursos humanos del Ministerio de Sanidad y que se tenga claro que “hay vida más allá de los CAR-T” en referencia a que hay muchos medicamentos que están esperando a ser autorizados y que prometen cambiar la vida a muchos más pacientes que los que a día de hoy se benefician de estas terapias avanzadas.
Fórmulas para acelerar el acceso
Para el director general de la patronal, Humberto Arnés, “otros países han encontrado fórmulas para acelerar el acceso, al menos en los medicamentos que aportan algo adicional”, por ese motivo reiteró el ofrecimiento realizado al Ejecutivo: “Tenemos que trabajar juntos administración y compañías”.
En relación con la atención que reciben algunos medicamentos como las terapias avanzadas, Arnés señaló que “las excepciones pueden encontrar solución en casos concretos, pero lo que de verdad importa es la generalidad de los tratamientos”.
Además, el director general de Farmaindustria consideró necesario que los Informes de Posicionamiento Terapéutico (IPT) en vez de “tardar 300 días de media” deberían realizarse en un periodo menor. A este respecto, Sellés se preguntó por si es necesario que todos los medicamentos tengan su correspondiente IPT o si cada nueva indicación debe tenerlo también. Ese es uno de los elementos de retraso y por eso indicó que, en caso necesario, los “recursos deben estar adecuados a lo que se exige”.