Terapéutica

La farmacia puede atender ‘por dentro y por fuera’ al paciente oncológico

El abordaje del paciente oncológico en la farmacia fue uno de los ejes que se trataron en la V jornada de dermofarmacia organizada por el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (CGCOF) junto con la Vocalía Nacional de Dermofarmacia
Las presentadoras de la jornada Carmela Llorente y Virginia Ortega, junto a Virginia Barrau, vocal de dermofarmacia del COF de Zaragoza y Carmen Yélamos, responsable de psicooncología de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC).

El abordaje integral del paciente oncológico desde la oficina de farmacia ha sido uno de los asuntos tratados en la V jornada de dermofarmacia organizada por el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (CGCOF) junto con la Vocalía Nacional de Dermofarmacia. Para conocer y profundizar en los cuidados dermatológicos y cómo informar al paciente y cuidador desde el punto de vista psicológico, ha contado con la participación de Virginia Barrau, vocal de dermofarmacia del Colegio Oficial de Farmacéuticos (COF) de Zaragoza y Carmen Yélamos, psicóloga clínica y responsable de psicooncología de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC).

De esta forma, los asistentes pudieron ampliar sus conocimientos técnicos respecto a las recomendaciones y pautas a seguir desde una vertiente clínica, con los consejos de Barrau y por otro lado formarse de cómo deben afrontar la patología desde una vertiente psicológica, tanto para los pacientes como para sus familiares, gracias a Yélamos.

Barrau centró su intervención la importancia de que los farmacéuticos conozcan los efectos de la enfermedad. En este sentido, recalcó que la oficina de farmacia cuenta con productos dermocosméticos que pueden ayudar al paciente. Según ella, “en el ADN del farmacéutico está el conocimiento de los principios activos”. Además, estos profesionales son también “educadores sanitarios”, actividad que no deben abandonar, según la vocal de Dermofarmacia del COF zaragozano. Por ese motivo, resulta imprescindible “formarse sobre hábitos dermosaludables”. 

Mejorar la salud y evitar graves secuelas 

La farmacéutica desgranó los principales efectos secundarios a los que se tiene que enfrentar el paciente oncológico, así como las consecuencias más habituales a causa de los tratamientos. Entre otros, citó que no se presta la suficiente atención a la limpieza de la piel y “esto no es banal”. Esta experta también puso el acento en la necesidad de prevenir el deterioro de la piel ya que será más fácil mantener su funcionalidad a tener que recuperarla tras los daños causados por el tratamiento. “No podemos reparar lo que hemos estropeado”, aseguró, y por ello recordó que es fundamental que el profesional farmacéutico transmita al paciente la importancia de la limpieza, ya que es un acto al que debemos darle más importancia.

Virginia Barrau, vocal de dermofarmacia del COF de Zaragoza

En este sentido, expuso que “esto es un hándicap para los profesionales sanitarios”, ya que como educadores sanitarios “deben ir quitando estos pequeños clichés y formar en hábitos saludables”. Consejos básicos como “el secado después de la ducha, las cremas que debe utilizarse además de para hidratar, para reparar”, fueron expuestos y abordados por la experta en su intervención. 

¿Cuándo comenzar?

Barrau resaltó que en pacientes oncológicos es “muy importante que empiecen con los hábitos dermosaludades y determinados tratamientos una semana antes de empezar con el tratamiento oncológico”. Para la experta “esto no es negociable”. Además, detalló los consejos que deben darse desde la oficina de farmacia para los pacientes oncológicos. Entre ellos, la necesidad de utilizar factor de protección solar a diario, prescindir de uñas postizas o no ingerir alcohol. Además, en el caso de someterse a un tratamiento de radioterapia, la recomendación es de no utilizar cremas en las horas previas al tratamiento. 

Barrau también dedicó especial atención de la alopecia y las recomendaciones que deben darse desde la oficina de farmacia y no olvido, apuntar consejos respecto a la nutrición.

Ayudar a afrontar la situación

Por su parte, Carmen Yélamos señaló que ante un paciente oncológico, o sus cuidadores, no se puede “salvar la situación, pero si podemos ayudar a llevarla” durante una intervención en la que apuntó las recomendaciones que se deben tener en cuenta desde la oficina de farmacia.

Como punto de partida, la experta indicó que en la actualidad esta patología es una de las enfermedades más habituales. En este sentido, recordó que hay un progresivo aumento de supervivencia de pacientes en esta patología ya que actualmente “cáncer no es sinónimo de muerte”. Por ese motivo, queda mucho por trabajar, ya que cada vez hay más pacientes que superan la enfermedad: “Hay mucho trabajo por hacer y no solo los oncólogos”, resaltó. 

Ante esta situación, explicó que es habitual la presencia de pacientes o sus cuidadores en la oficina de farmacia y necesitan de la atención profesional. Una ayuda que debe ir dirigida a que el paciente conviva con la enfermedad de forma más adaptativa y, para ello, “es muy importante la comunicación”. 

Tal y como reconoció, es difícil hablar de cáncer, tanto para los pacientes, sus familiares y también para los propios profesionales ya que “pone en jaque nuestras propias vivencias, todo compartimos miedos y preocupaciones”, recalcó. No obstante, siempre es posible hacerlo y, aunque “no soluciona todos los problemas, sí ayudará a resolver muchos de ellos”, añadió.

Carmen Yélamos, psicóloga clínica y responsable de psicooncología de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC)

A este respecto, Yélamos recalcó que “una buena comunicación favorece la aparición de sentimientos positivos, facilita el desahogo”, y el paciente necesita que le escuchen.

¿Qué no hacer?

La experta centró otra parte de su intervención en recomendar qué es lo que no se debe hacer cuando se está ante un paciente oncológico o su cuidador. 

En primer lugar, no debemos utilizar la frase “no te preocupes, no pasa nada, todo irá bien” ya que es importante saber que “normalizar no es sinónimo de relativizar”. Con esta frase, tal y como explicó la psicóloga, lo que se obtiene es “cortar la comunicación, ya que es un mensaje incómodo” e impide al paciente expresar sus emociones, por lo que puede resultar en sentimiento de incomprensión y aislamiento. 

La experta también indicó que hay que evitar mensajes como “tienes que ser positivo, hay que ser fuertes”. En este sentido, hizo hincapié en que “intentar buscar el lado positivo siempre, no es siempre positivo” ya que “cargamos más responsabilidad al paciente”, puesto que “a la dificultad de convivir con la enfermedad, llevan la carga añadida de aparentar buena cara y forzar la sonrisa”.

Por ello, la experta indicó que “debemos intentar cambiar el lenguaje”. En este aspecto, planteó que “en el cáncer no siempre gana el que más lucha, ni el que más puede” ya que “una actitud positiva es importante para facilitar el proceso de adaptación pero no mejora el diagnóstico”. 

Además, pidió evitar cualquier frase que empiece con “tienes que…”. Provocan deseo de cortar y cerrar para el paciente, señaló. Además, recomendó que la ayuda se ofrezca, no se imponga ya que, a veces, sin darnos cuenta, se impone al paciente qué debe decir, pensar o incluso sentir. Por todo ello, hay que tener en cuenta lo importante de las emociones que tienen estos pacientes y lo que les va a suponer todo aquello que se le diga.

El paciente necesita que alguien le diga “cuéntame cómo te sientes” y que no se le interrumpa. No se debe intentar cambiar, ni negar sus emociones, señaló. Los profesionales desde la farmacia cuando estén con el paciente “no deben suponer ni adivinar”, por lo que tras preguntar, hay que disponer de tiempo para poder escucharle. 

Las comparaciones son odiosas 

Otro de los consejos de Yélamos fue no utilizar los mensajes que comparan la situación que padece con otra persona y su desenlace ya que “ni todos los cánceres son iguales, ni todas las personas”, al final que es consigue es minimizar el problema, y cada persona lo “vive de manera diferente”.

Como conclusión, la psicóloga sintetizó todo en la necesidad de transmitir contacto visual y físico y trasladar que se está a su disposición para que cuente con el farmacéutico teniendo en cuenta que “es importante respetar los tiempos y respetar el silencio”. En este aspecto, apuntó que “se debe observar, escuchar y comprender”, todo ello, “sin prisas” ya que “a veces, tan solo escuchar puede ser el mejor apoyo que les podéis ofrecer”.

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