Terapéutica

La desprescripción, estrategia óptima para gestionar la polifarmacia asociada a la cronificación del VIH

La SEFH ha celebrado una jornada junto a Gesida, titulada ‘Desprescripción de tratamiento no antirretroviral en pacientes VIH+’, en la que se ha abordado la patología con un enfoque multidisciplinar con el triple reto del envejecimiento, la polifarmacia y la desprescripción.
Imagen de la jornada de la SEFH y Gesida sobre desprescripción en pacientes con VIH.

La Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH) ha celebrado una jornada junto al Grupo de Estudio de SIDA de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Gesida), titulada ‘Desprescripción de tratamiento no antirretroviral en pacientes VIH+’, en la que se ha abordado la patología con un enfoque multidisciplinar con el triple reto del envejecimiento, la polifarmacia y la desprescripción. La reunión, patrocinada por Gilead, ha contado con ponencias de especialistas en Farmacia Hospitalaria, Enfermedades Infecciosas, Geriatría y Medicina Interna.

Ramón Morillo, farmacéutico especialista del Hospital Virgen de Valme de Sevilla y coordinador de la jornada, ha opinado que se está "a las puertas de la ‘era de la optimización de la farmacoterapia’", lo que obliga a los sanitarios "a incorporar nuevos conceptos en la práctica asistencial, incluyendo el de desprescripción, que requiere de un proceso multidisciplinar, metódico y consensuado entre profesionales y también con el paciente".

"En los próximos años", ha proseguido, "tenemos la obligación de individualizar la asistencia a este tipo de población y balancear permanentemente el beneficio-riesgo de la medicación prescrita. Tal vez uno de los grandes avances puede ser el cambiar el concepto de polifarmacia, más cuantitativo, por el de complejidad farmacoterapéutica, más cualitativo y diferenciador y que ya se ha relacionado con resultados en salud en esta población".

Durante la jornada se ha hecho referencia a la mejora del pronóstico por la infección por VIH en los últimos años, hasta convertirse en una infección crónica, lo que ha motivado el aumento de la esperanza de vida de las personas infectadas hasta ser similar a la de la población general, y se ha estimado que, para el año 2020, más de la mitad de la población infectada por VIH a nivel mundial tenga más de 50 años.

No obstante, como ha señalado José Ramón Blanco, especialista en Medicina Interna del Hospital San Pedro-Logroño y miembro de Gesida, "de forma paralela al envejecimiento de estas personas se ha incrementado, de un modo considerable, la aparición de comorbilidades (hipertensión arterial, diabetes mellitus, osteoporosis…)", lo que está motivando "un aumento de la prescripción crónica de fármacos no antirretrovirales, que conlleva un riesgo creciente de polifarmacia", definida como el uso concomitante de seis o más medicamentos al mismo tiempo.

Estas situaciones pueden conllevar riesgos añadidos como son las interacciones medicamentosas, efectos secundarios, o los problemas de adherencia, lo que podría agravar la morbi-mortalidad de estas personas. En este sentido, el Javier Sánchez-Rubio, farmacéutico especialista y miembro del Grupo de Atención Farmacéutica al Paciente de VIH de la SEFH, ha declarado que, "con el fin de mejorar su calidad de vida se hace preciso revisar, de forma periódica, toda la medicación prescrita", así como "establecer estrategias que reduzcan la complejidad farmacoterapéutica de estas personas".

Ahí es donde se insertan las estrategias de desprescripción, cuyo objetivo, apuntó Sánchez-Rubio, "es disminuir la carga de medicación y los posibles daños asociados, a la vez que se mantiene o aumenta la calidad de vida del paciente". "Es una intervención positiva, multidisciplinar y centrada en el paciente que requiere de una toma de decisiones compartida, información al paciente y seguimiento de los efectos", ha concluido.

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