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Un sistema para optimizar el tratamiento antibiótico en pacientes hospitalizados en sus domicilios

Los servicios de Farmacia y de Urgencias del Hospital Infanta Leonor de Madrid pusieron en marcha, hace ahora dos años, un proyecto para optimizar el tratamiento con antibióticos en pacientes hospitalizados a domicilio aplicando un programa de bombas elastoméricas.

Los servicios de Farmacia y de Urgencias del Hospital Infanta Leonor de Madrid pusieron en marcha, hace ahora dos años, un proyecto para optimizar el tratamiento con antibióticos de uso habitual en pacientes hospitalizados a domicilio. ¿Cómo? Mediante la aplicación de un programa de bombas elastoméricas que mejora la seguridad y brinda al enfermo una mayor autonomía, como indica la farmacéutica especialista Elsa Izquierdo, implicada en el proyecto.

Su jefe directo, Ismael Escobar, que dirige el Servicio de Farmacia, explica que la iniciativa, que se puso en marcha hace un par de años, ha sido "fruto de la integración en el equipo Urgencias". Ese contacto diario entre médicos, personal de Enfermería y especialistas en Farmacia Hospitalaria habría permitido identificar la necesidad de cambiar de sistema.

El proceso es el siguiente: el médico prescribe, según patología y situación clínica, el antibiótico y el elastómero (dispositivo de administración), y el farmacéutico los valida, de acuerdo con los protocolos consensuados. Tras la validación, el técnico de Farmacia se encarga de la preparación en cabinas de flujo laminar horizontal ubicadas en salas blancas del Farmacia, siguiendo guías de buenas prácticas.

El FH supervisa el proceso, antes de que el producto sea enviado a Hospitalización a Domicilio y, de ahí, al hogar del paciente, donde el personal de Enfermería realiza una labor explicativa sobre cómo utilizarlo.

Entre las ventajas del programa, destaca el hecho de que todos los procedimientos estén protocolizados aumenta también la seguridad, evitando errores de medicación. Izquierdo pone en valor, también, que "el trabajo en un ambiente controlado favorece la estabilidad" a nivel microbiológico.

También hay beneficios en términos de logísticos y de comodidad para el paciente. "Hasta la implantación de este procedimiento, no se podía almacenar ni mantener el fármaco en el domicilio, por la imposibilidad de garantizar su estabilidad. Ahora el paciente puede conservarlos, una vez que se evalúa la adecuación de las instalaciones", indica Izquierdo, que prosigue recordando que "las bombas de infusión son complejas de manejar", mientras que estos dispositivos son "sencillos y funcionan con velocidad fija, en un proceso que abarca unos 30-60 minutos". De esta forma, subraya, el paciente "puede hacer vida normal", dentro de las limitaciones que le imponga su propio proceso de enfermedad. El tratamiento, al menos, deja de ser un obstáculo, como lo es con las bombas de infusión tradicionales.

Eficiencia en la gestión de recursos

El sistema aporta también eficiencia a la gestión de recursos. Y es que la mayoría de los antibióticos se administran en pautas de varias dosis diarias, lo que requería, con el sistema de infusión, tantas visitas. Con este sistema, que favorece la autonomía del paciente, se evita la necesidad de que el personal de Enfermería vaya al domicilio más de una vez al día. "Reduciendo esta frecuentación de visitas aportamos valor, liberando recursos para pacientes que realmente necesitan esa atención", apunta Escobar.

Hasta ahora, y después de estos dos primeros años desde su implantación, todo son buenas noticias. Izquierdo hace referencia a las encuestas de evaluación realizadas en el área de Hospitalización a Domicilio, que mostrarían la satisfacción con el nuevo procedimiento de trabajo. "Hemos tenido escasas incidencias, por situaciones como la obstrucción de una vía, por ejemplo. Pero de forma muy puntual", aclara.

En cuanto a la posibilidad de transferir el procedimiento a otros hospitales, considera que sería extrapolable a todos los que cuenten con Unidad de Hospitalización a Domicilio. "Lo único que necesitan son recursos, personales y materiales, pero al reducir el número de visitas, compensa económicamente", concluye.

De cara a esa posible exportación, Escobar resalta la importancia de la colaboración estrecha entre los distintos profesionales y avanza que en el Infanta Leonor ya se están planteando incorporar nuevos antibióticos al programa.

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