Como cierre al I Congreso Nacional Covid-19, un grupo de 55 sociedades científicas han firmado un manifiesto demandando a las administraciones una respuesta "coordinada, equitativa y basada en la evidencia científica" frente a la pandemia.
En primer lugar, han pedido que "todas las personas e instituciones que tienen responsabilidades políticas en la gestión de la pandemia se guíen, tanto en la expresión pública de su posicionamiento, como en la toma de decisiones, por criterios estrictamente sanitarios, basados en la mejor evidencia disponible, y desligados de cualquier otro interés que sea el interés general de la población".
Opinan, a este respecto, "que la lealtad y la colaboración entre partidos políticos e instituciones" son "elementos esenciales", por lo que llaman a alcanzar "un clima de diálogo y consenso para adoptar las mejores decisiones y estrategias en la gestión de la pandemia".
Igual que reclaman una mayor lealtad y colaboración entre partidos e instituciones, consideran fundamental "fortalecer y reforzar los mecanismos de coordinación entre las autonomías y el Gobierno del país, sin menoscabo de las competencias sanitarias", y, en otro plano, defienden también la importancia "del trabajo en equipo, la multidisciplinariedad y la flexibilidad en la gestión de los recursos sanitarios". "La respuesta a la pandemia y a otros desafíos sanitarios no podrán resolverla aisladamente una sola profesión o especialidad", concluyen.
De cara al abordaje asistencial, consideran necesario un protocolo nacional consensuado (sin perjuicio de actuaciones territoriales diferenciadas), basado en la mejor evidencia científica disponible en cada momento" y a la vez "flexible en función del avance del conocimiento". Deberá servir para abordar las medidas generales de prevención, el manejo de los pacientes infectados, las estrategias de rastreo de los contactos y la gestión de los centros sociosanitarios, así como establecer criterios comunes de actuación e indicadores comunes de evaluación.
Pero además de protocolizar actuaciones con base en el conocimiento ya existente, consideran que "el problema sanitario, social y económico originado por el SARS-CoV-2" solo podrá ser resuelto con herramientas terapéuticas y preventivas eficaces, para lo cual, es preciso disponer de "estructuras de investigación bien organizadas y dotadas de los recursos humanos y materiales". Consideran, en este sentido, que "en nuestro país, los recursos destinados a investigación son muy inferiores a los de países de nuestro entorno" y exigen "una planificación estratégica inmediata y en consenso con la comunidad científica", para incrementar esos recursos y, con ello, las posibilidades de éxito en dar con esas soluciones.