Hace dos años, en 2019, el Hospital Universitario Virgen Macarena en Sevilla, puso en marcha el programa ‘Contigo MPS’ para realizar la administración extrahospitalaria de la terapia enzimática sustitutiva con galsufasa, en una paciente pediátrica con enfermedad de Maroteaux-Lamy. El objetivo fue acercar el tratamiento a su domicilio y mejorar así su calidad de vida.
Este es uno de los numerosos proyectos de atención domiciliaria y telemedicina, que se han puesto en marcha en los últimos tiempos, tanto en el hospital sevillano, como en otros centros y que marcan un punto de inflexión en el concepto de atención al paciente. Miguel Ángel Calleja, jefe del servicio de Farmacia Hospitalaria, del Hospital Virgen Macarena y expresidente de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria, asegura que los procesos de transformación y de la aplicación también de la telemedicina “estaban ahí”, pero la pandemia los ha acelerado.
En el caso del programa ‘Contigo MPS’ el objetivo fue acercar a una paciente pediátrica que vivía a 75 minutos del hospital la administración de un tratamiento seguro, reduciendo así la interferencia en su vida escolar y en la actividad de sus cuidadores.
Este programa se puso en marcha a través de la colaboración entre los servicios de Pediatría y Farmacia Hospitalaria, creando un sistema de administración ambulatoria nuevo dirigido a pacientes con una situación muy específica.
La mucopolisacaridosis tipo VI, también conocido como síndrome de Maroteaux-Lamy, es una rara enfermedad congénita del grupo de las mucopolisacaridosis. Está causada por deficiencia de la enzima Arilsulfatasa B y produce trastornos óseos múltiples, talla baja y defectos de visión por opacidad de la córnea.
Existen tratamientos enzimáticos sustitutivos, que habitualmente se suministran con frecuencia semanal en los hospitales. Acercar este tratamiento a su entorno “es fundamental para la calidad de vida del paciente”, asegura Calleja, quien además indica que este tipo de avances influyen también en la satisfacción del paciente. “Se percibe una mayor cercanía con el equipo, un contacto que redunda en confianza y aporta conocimiento”, asegura.
El caso de ‘Contigo MPS’, es uno de los ejemplos que muestran que “estamos ante un proceso de transformación”, que era necesario afrontar, pero que con la llegada de la pandemia de covid-19, “ha emprendido un camino de no retorno”, asegura Calleja. “Las nuevas formas de atención y los procesos de innovación en la atención farmacéutica han venido para quedarse” asegura este experto.
La transformación que se está experimentando en el conjunto del sistema sanitario “implica un proceso de adaptación” a nuevas formas que atención que implican una interrelación con los servicios, pero también, explica, una “integración entre servicios y niveles asistenciales”, además de con la farmacia comunitaria.
En tiempos de pandemia
La llegada de la pandemia de covid-19 provocó que los pacientes del servicio de Farmacia Hospitalaria del Virgen Macarena, tuvieran que pasar prácticamente de un día a otro a recibir tratamiento a través de telefarmacia, en total 5.000 pacientes, en su mayoría crónicos, que pasaron a recibir su medicación hospitalaria bien a través del centro de salud, bien a través de la oficina de farmacia, o incluso en su propio domicilio, según las preferencias y necesidades.
La atención se ha desarrollado “con normalidad”, asegura Calleja y el modelo se mantiene, “porque aporta muchas ventajas”, tanto en calidad de vida para el usuario, como en el contacto que se crea entre el usuario y un hospital que es capaz de acercarse y ser cercano al paciente.
Para ello es preciso adaptar la medicación, buscar sustitutos que permitan una administración más fácil y acercar a estos programas, “a todos aquellos pacientes a los que es posible “, generalmente a aquellas que toleran bien la medicación, con procesos crónicos y con conocimientos sobre su aplicación.
Conseguir que sea el hospital “el que va a ver a los pacientes en vez de que ellos vengan a nosotros”, implica un cambio en el modelo de organización y sobre todo en el empleo del recurso.
“No se trata tanto de tener más recursos, sino de entender que el recurso se tiene que emplear de diferente manera”, asegura el responsable del servicio farmacéutico. De la misma manera, asegura que es preciso extender la coordinación asistencial, no sólo entre los propios servicios hospitalarios, sino también entre niveles asistenciales, con Atención Primaria y las propias oficinas de farmacia, que juegan en este ámbito un papel muy importante.
De cualquier manera, para Calleja, la transformación y la entrada de la innovación son ya una realidad dentro de los sistema asistenciales, y ahora queda por delante darles la mejor forma posible, fuera ya del entorno de la pandemia, para proporcionar al paciente la mejor atención posible.