“Cada paciente es importante y urge buscarlos uno a uno para conseguir su eliminación; sobre todo, entre los usuarios de drogas”, esta ha sido una de las principales conclusiones extraídas del Simposium ‘¿Qué pueden aportar las adicciones a la eliminación de la hepatitis C?’, organizado por Gilead en las XLVIII Jornadas Nacionales y III Congreso Internacional de Socidrogalcohol.
El responsable de moderar el simposio ha sido Joan Colom, subdirector general de Drogodependencias de Cataluña y director de Programa PCAVIHV (Prevención, Control y Atención al VIH, las ITS y las Hepatitis Víricas), quien ha detallado cuáles son los futuros retos para lograr su eliminación.
En su opinión, de cara al futuro, es preciso “adoptar e implementar las medidas necesarias para disminuir la incidencia, la morbilidad y la mortalidad asociada a la infección por VHC y conseguir la eliminación de la infección como un problema grave de salud pública en el año 2030·.
En este sentido, ha apuntado que “es importante disponer de un Plan de Prevención y Control de la Hepatitis C, como es el caso de Cataluña, donde se articulan actuaciones clave, tales como la prevención de la incidencia a través de 3 estrategias: los programas de reducción de daños (programa de intercambio de jeringuillas + salas de consumo supervisado), los programas TAO (tratamiento con agonistas opioides) y el tratamiento utilizado como prevención en consumidores en activo y, por tanto, posibles transmisores de la infección”.
También ha destacado la importancia de “simplificar todos los procesos asistenciales, adaptando los circuitos a los pacientes en lugar de “adaptar a estos a la estructura sanitaria”, facilitando el cribado y derivación a tratamiento desde los propios centros de atención y seguimiento a las drogodependencias.”
El Simposio ha contado, además, con la participación de Luz Goretti Santiago, farmacéutica y coordinadora del Plan de Microeliminación de San Miguel Adicciones, en Tenerife. Los usuarios de drogas tienen una baja percepción de riesgo, escasa información sobre la enfermedad y un desconocimiento claro de las consecuencias a medio y largo plazo, además de no tener constancia de los avances en tratamientos.
“La vulnerabilidad y la multifactorialidad de la población drogodependiente nos obliga a plantear programas y planes acordes a las necesidades y adaptados a las circunstancias. Sin ellos sería imposible alcanzar objetivos. Nuestra intención es, en todo momento, mejorar y consolidar los procedimientos, intercambiar conocimientos y compartir experiencias con el fin de facilitar la implantación de protocolos en otros centros”, ha señalado.
Luz Goretti basa sus palabras en la experiencia adquirida en su centro y de su implicación en el programa HepCelentes -que tiene como objetivo la certificación de centros comprometidos con la eliminación de la hepatitis C-, siendo el suyo uno de los tres de España que ya lo han conseguido. Por eso, señala, para tener éxito en el plan de Microeliminación del VHC es necesario acercar al paciente al Sistema Sanitario, simplificar la vía del diagnóstico y dar mayor accesibilidad a los tratamientos, ya que solo así se conseguirá la curación de la Hepatitis C entre los usuarios de drogas y alcanzar, por ende, la eliminación.
Eliminación, 2030
El reto que plantea la Organización Mundial de la Salud (OMS) es la eliminación de la hepatitis C como importante amenaza para la salud pública para 2030, algo para lo que se tiene que haber diagnosticado al 90 % de los afectados y tratado al 80 % de ellos para ese año.
Se debe abordar eficientemente la prevención, el diagnóstico, el tratamiento y el seguimiento de los pacientes y, por ello, es necesario cuantificar la magnitud del problema, reducir la incidencia de la hepatitis C, promover el diagnóstico precoz en poblaciones prioritarias y prevenir la morbimortalidad y las complicaciones derivadas de la infección crónica por VHC.
En el caso de los usuarios de drogas, Miriam Álvarez, médico de drogodependencias y adicciones en el CCDA Ribera del Tinto, en Palos de la Frontera, en Huelva, ha expuesto su experiencia en la detección y eliminación de la hepatitis C: "aunque en España se ha avanzado mucho en la eliminación de la hepatitis C, sigue siendo un Problema de Salud Pública. Tenemos muchos pacientes por tratar aún y una parte importante por diagnosticar. Conocemos la alta prevalencia de esta enfermedad en determinados grupos de riesgo (adictos a sustancias) y es por ello que se presenta el cribado de los mismos como vía indispensable hacia la curación y eliminación del VHC”.
“Es prioritario diagnosticarlos, acercarlos a tratamiento y acompañarlos en todo el proceso, teniendo en cuenta las particularidades de estos pacientes (serán adictos antes, durante y tras el tratamiento)", añade, por eso se deben superar las barreras del infradiagnóstico y la insuficiente derivación de pacientes a tratamiento. Para ello es clave elaborar listados de potenciales pacientes, mantener un contacto presencial o telefónico y un registro sistemático de la información.
En una segunda fase, obtener un diagnóstico rápido en un solo paso gracias a la coordinación directa con atención especializada y la derivación para tratamiento. Acortar los circuitos y, además, integrar los tratamientos en las unidades asistenciales de drogodependencias, son solo algunas de las iniciativas necesarias para conseguir eliminar el virus de la hepatitis C.
En España desde la implementación del Plan Estratégico para el Abordaje de la Hepatitis C, se ha conseguido tratar a más de 150.000 pacientes1, y se estima que 76.0001 con la infección por el virus activa continúan aún sin tratamiento. La OMS tiene como objetivo lograr la eliminación de este virus para el año 2030 y España estaría a la cabeza entre los países que podrían lograr ese objetivo antes de esa fecha2, previsiblemente para 2024, siempre y cuando se recuperen las tasas de detección y terapia de los últimos años, sobre todo en las poblaciones con mayor prevalencia de la infección.