Una iniciativa innovadora de la Unidad de Farmacia de Investigación Clínica Oncológica del Hospital Vall d’Hebron (VHIO) facilita el acceso a los ensayos clínicos a pacientes con patologías oncohematológicas en condiciones de seguridad.
A inicios del pasado año, esta unidad puso en marcha una nueva consulta para la atención farmacéutica específica a pacientes oncohematológicos candidatos a entrar en ensayos clínicos oncohematológicos.
La iniciativa se ha dado a conocer en el Congreso Europeo de Farmacia Hospitalaria, donde se ha puesto de relevancia la importancia de esta consulta, tanto para garantizar la seguridad del paciente, como para salvaguardar el resultado mismo de los ensayos, donde cualquier desviación, por mínima que sea, puede implicar el abandono del estudio por parte del paciente.
Eugenia Serramontmany, integrante del equipo farmacéutico y una de las personas que ha trabajado en la implantación de esta iniciativa, explica que el objetivo de la consulta es “proporcionar al paciente una atención más individualizada y orientada al ensayo clínico en el que va a entrar”.
En ese sentido indica que el circuito de la consulta, que se inicia a través del contacto telefónico o entrevista presencial, es “sintetizar la información que recibe el paciente, detectar sus dudas y resolvérselas, así como ampliar cualquier dato que necesite conocer”. Igualmente “hacemos también visitas de screening, que consisten en realizar una revisión exhaustiva de la medicación que toma el paciente para tratar otras patologías, detectamos interacciones que pueda tener con la medicación en investigación e informamos al médico sobre la necesidad de suspender determinados medicamentos o sustituirlos por otros equivalentes terapéuticos, con el objetivo de garantizar la máxima eficacia de la medicación en ensayo. Además, tenemos también en cuenta los periodos de wash out exigidos en el protocolo del estudio clínico”
Hasta el momento, “estamos bastante contentos con la confianza que han depositado los pacientes en nosotros”, asegura Serramontmany. Según explica, “damos a los pacientes un teléfono de contacto que está vinculado directamente a la consulta de atención farmacéutica y nos convertimos en una referencia para el paciente, tanto al inicio, como durante todo el ensayo”.
Una vez que el paciente ha sido ‘randomizado’ dentro del ensayo clínico, el farmacéutico continua su atención al paciente a través de entrevistas frecuentes “para conocer cómo se sienten, si han sufrido algún efecto adverso derivado de la medicación en investigación, hacemos recomendaciones dietéticas y de la vida diaria para asegurar que ningún factor reste eficacia a la medicación en ensayo”, explica la farmacéutica.
A veces, en la consulta médica no hacen tanto hincapié en estas cuestiones y “sin embargo en la consulta farmacéutica, los pacientes se abren un poco más, porque vamos más al detalle y aportamos más información sobre la medicación”.
La consulta comenzó a desarrollarse en enero de 2021 de manera gradual, iniciándose con los candidatos a estudios en fase 1, pasando posteriormente a los fase 2 y desde enero de 2022, a todos los pacientes incluidos en ensayos de estas patologías.
Por el momento no se conocen los datos de las últimas incorporaciones, pero durante los 8 primeros meses, cuando estaban incluidos todos los pacientes en ensayos fases 1 y parte de los pacientes en ensayos fase 2, “tuvimos un total de 8.500 pacientes que pasaron por farmacia y, de ellos, aproximadamente 1.200 pasaron por esta consulta”.
Serramontmany asegura que “estamos a tope trabajando en esto y estamos muy contentos”, tanto por cómo está funcionando el circuito, como por la respuesta del personal médico y de enfermería, que está siendo muy positiva”. La consulta es ya “un servicio más de Farmacia Hospitalaria”.
Actualmente, los integrantes del equipo “estamos recogiendo datos”, asegura esta farmacéutica, ya que “vamos a publicarlo para que se conozca la experiencia y se pueda implementar en otros hospitales”.
Los beneficios de esta prestación se centran “en la confianza que aporta al paciente durante el ensayo”, pero además permite “detectar interacciones”, ya que según indica Serramontmany “aproximadamente, cuatro de cada diez pacientes a los cuales les hacemos la revisión de la medicación habitual, les tenemos que hacer cambios por posibles interacciones con el fármaco del ensayo”.
Ello redunda en la robustez y potencia de los datos del ensayo y permite evitar desviaciones de protocolo que acaben provocando el abandono del estudio por parte del paciente, con la consiguiente falta de alternativas terapéuticas que esto pueda suponer. Y además, indica Serramontmany, aporta una dimensión a la profesión del Farmacéutico Hospitalario Especialista en Ensayos Clínicos, “que muchas veces parece que es un área más burocrática” y que, sin embargo, tiene también un importante papel clínico y mucho que aportar en la atención directa al paciente”.