Opinión

Sistemas de precio, evaluación y financiación de medicamentos

Artículo de opinión de varios miembros del Capitulo Español de ISPOR sobre la próxima edición de los 'Miércoles de ISPOR' en la que se analizarán sistemas de precio, evaluación y financiación de medicamentos.

Artículo de opinión de Jorge Mestre-Ferrándiz, Ana Becerro de Bengoa, Paloma González y Carme Pinyol, miembros del Capítulo Español de ISPOR.

Jorge Mestre

El miércoles 19 abril, tengo el placer de presentar online, una panorámica internacional sobre los sistemas de precio, evaluación y financiación de medicamentos, dentro del programa “Los miércoles de ISPOR”, organizado por el Capítulo Español de ISPOR.

Estoy convencido que el lector de estas líneas estará de acuerdo en que estamos en un momento clave en el mundo del ‘acceso al mercado’. Este acceso depende de muchas variables, es un tema (muy) complejo, pero el precio, la evaluación y la financiación de los medicamentos son clave en cuándo, de qué manera, y para qué pacientes, se utilizan los medicamentos. Y aquí es importante remarcar que no existe un medicamento ‘tipo’, ni tampoco ‘un modelo estándar’, que nos dé la solución mágica porque las decisiones de precio y financiación dependen de muchos factores.

Considerando los cambios que han acaecido y los que están en proceso en España en relación con la evaluación de medicamentos para determinar su precio y financiación, es relevante analizar cómo se hace en países de nuestro entorno, o similares, para así poder aprender y mejorar nuestro sistema. Pero sin hacer ‘cherry-picking’, como dicen los ingleses; es decir, coger un trozo del sistema de otro país y utilizarlo sin más en nuestro sistema porque en ese país ha funcionado bien.

Volviendo a las tres variables (precio, evaluación y financiación), en primer lugar, varios sistemas de regulación de precios se han utilizado, o se están utilizando y en diferente medida, para controlar los precios de manera directa o indirecta. Los modelos más tradicionales incluirían los precios internacionales de referencia, el control de beneficios y el cost-plus-Los primeros se utilizan en muchos países, el segundo de manera esporádica y el tercero se podría decir que casi nunca. Por otra parte, tendríamos modelos más novedosos y/o flexibles, donde el precio podría no sólo reflejar el valor del medicamento (dando lugar a los famosos ‘precios basados en valor’ o value-based pricing), sino también ser dinámicos y variar según la evolución de su valor con el uso de la práctica clínica. Además, cabe la posibilidad de pagar solo si el medicamento ‘funciona’ y en este caso, tendríamos los llamados acuerdos de riego compartido, o acuerdos de entrada contralada, entre otros términos. Asimismo, es cierto que, hasta la fecha, y quizás exceptuando EE. UU. (y eso es por otras razones), en la mayoría de los países, los precios evolucionan a la baja, independientemente de su valor o resultados en salud.  

Sobre evaluación, el modelo ‘coste por AVAC’ sigue teniendo mucho tirón, quizás cada vez más. Pero también hay países aún muy reticentes a utilizar esta métrica y abogan por sistemas de evaluación con una perspectiva clínica, normalmente asociado a un ranking de ‘utilidad terapéutica o clínica (relativa)’ y donde este ranking es un parámetro clave para determinar el precio. Pero no hay que olvidar que las nuevas terapias que están viniendo quizás necesiten unos modelos de evaluación diferentes al modelo de ‘coste por AVAC’ o de ranking, pensando en costes y beneficios más allá del efecto terapéutico del tratamiento en el paciente. Así, nos encontramos medicamentos huerfanos para enfermedades raras o minoritarias, terapias génicas que ofrecen la posibilidad de ‘curar’ la enfermedad con un solo uso o antibióticos para cuando aparecen las resistencias antimicrobianas, donde los modelos de evaluación más clásicos (y donde la evidencia de la eficacia suele proceder de un único ensayo clínico aleatorizado con pocos pacientes) deben de adaptarse. De hecho, la experiencia internacional muestra como estos modelos de evaluación han ido adaptándose.

Sobre financiación, hace ya varias décadas que se instauró el concepto de financiación selectiva en España. No es el lugar para analizar si nos gastamos mucho o poco en medicamentos, porque en parte, eso también depende de cuanto nos gastamos en sanidad o en otras partidas cubiertas por presupuestos públicos (educación, pensiones, …). Lo que nos atañe es evaluar si gastamos bien o mal y cómo podríamos obtener mejores resultados. Por lo tanto, los sistemas de precio, evaluación y financiación deberían perseguir una inversión en medicamentos eficiente, eso sí, teniendo muy claro que la ‘eficiencia’ debe ser uno de los criterios, pero no el único ni mucho menos, para determinar la inversión en medicamentos.


Jorge Mestre-Ferrándiz, Ana Becerro de Bengoa, Paloma González y Carme Pinyol son miembros del Capítulo Español de ISPOR

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