En el Simposio Internacional de Medicina Intensiva y de Emergencias (ISICEM) recientemente celebrado en Bruselas, el catedrático de la Universidad de París Djilali Annae ha recordado que uno de cada cuatro pacientes con septicemia fallece y que la mitad de quienes la superan viven con secuelas físicas o cognitivas. Su equipo trabaja con un nuevo biomarcador, ya disponible en el campo de oncología, que permite identificar a los pacientes más proclives a desarrollar la condición.
La investigación básica en este campo se ha traducido con relativa rapidez en una prueba que se puede aplicar en la práctica clínica diaria.
La NETosis es una forma específica de muerte celular que se caracteriza por la liberación de trampas extracelulares de neutrófilos (de ahí el acrónimo ‘NETosis’). La red (o trampa) sirve para atrapar y destruir bacterias y partículas de virus.
Aunque son un mecanismo clave de respuesta a las infecciones, las NET, en exceso, pueden provocar daños a los tejidos, promover formación de trombos, septicemia e incluso causar la muerte. Por eso, un método para detectar los niveles de NET por encima de lo normal es tan útil.
Mayor precisión que en oncología
El biomarcador se usa con éxito en casos de cáncer, pero su precisión para indicar el riesgo de septicemia es considerablemente mayor, porque los pacientes en riesgo tienen niveles “que se salen de las tablas”, ha explicado en el encuentro científico Jake Micallef, director científico de Volition.
Los niveles elevados de NET son una señal de alerta en diversos tipos de pacientes, incluidos los que tienen Covid, y la intención de los especialistas es utilizarlo para identificar y tratar a tiempo cada vez a más personas.
Hay 50 millones de casos de septicemia al año en todo el mundo, con 11 millones de muertes (el 42% de niños de menos de cinco años), y con secuelas en el 50% de los casos, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, que le atribuye el 20% de las mortalidad global.