No suele ser habitual que en un congreso de Oncología como el de ESMO, un trabajo de farmacia hospitalaria de resulte premiado. No obstante esto es lo que le ha ocurrido al Servicio de Farmacia del Hospital La Paz, que tiene integrado un farmacéutico en el servicio de Oncología.
El premio, además de la satisfacción para la Farmacia Hospitalaria del centro madrileño, supone un espaldarazo importante a la decisión innovadora tomada hace ya prácticamente dos años, de incorporar en el servicio de Oncología una consulta de farmacia. Su función, revisar la medicación, mantener el contacto con el pacientes para el seguimiento de la farmacoterapia y de ofrecer a los profesionales un recurso rápido y ágil sobre el uso de medicamentos en este tipo de pacientes.
El trabajo premiado, es un poster sobre ‘Administración concomitante de palbociclib e inhibidores de la bomba de protones (IBP) afecta los resultados clínicos en pacientes con cáncer de mama metastásico’. En él se da continuidad a un trabajo desarrollado en Italia hace año y medio, en el que se observó que había una alteración entre los inhibidores de la bomba de protones con un fármaco inhibidor de ciclinas que se utiliza muy frecuentemente en pacientes con cáncer de mama metastásico. “Se observó que los resultados en salud de estos pacientes, se veían drásticamente reducidos, por la toma de omeprazol junto con este inhibidor de ciclinas ”, explica el autor y responsable de la consulta oncológica, Javier Álvarez.
En el estudio se incluyeron 166 pacientes, de los cuales 80 recibieron omeprazol (un IBP) y 86 no. Y el resultado, según explica Álvarez fue que los pacientes que toman omeprazol “tienen cuatro veces más riesgo de progresar que los pacientes que no lo toman, ya que el omeprazol hace que el fármaco no se absorba en las condiciones adecuadas, al modificarse el pH gástrico”. Ello puede ser solucionado, explica, con la sustitución de este fármaco, tras consensuar con su oncólogo las posibles alternativas y comorbilidades del paciente.
El trabajo premiado es, a juicio de Alicia Herrero, jefa del Servicio de Farmacia Hospitalaria de La Paz, “ un ejemplo” de las mejoras objetivas que aporta una solución innovadora como “la incorporación del farmacéutico en el equipo asistencial oncológico y las mejoras que puede generar en el proceso farmacoterapéutico del paciente”.
Una incorporación, que en este caso es física, ya que Javier Álvarez tiene su consulta en Oncología, donde recibe una media de entre 40 y 50 pacientes al día. “Veo a todos los pacientes que salen del servicio, y necesitan un tratamiento oral, ya sea los que han recibido un nuevo tratamiento, como aquellos que están en continuación”. El servicio se gestiona de manera similar a la consulta del oncólogo. Cuando el paciente recibe cita para acudir al oncólogo, también la obtiene con el farmacéutico.
Las ventajas, según explica Álvarez, es fundamentalmente “la atención inmediata”. Así “podemos configurar o priorizar determinados pacientes que necesiten que se revise su farmacoterapia, que en ocasiones es necesario por la falta de adherencia o por cualquier otro problema de medicación”.
La relación con el equipo de Oncología “es progresivo”, explica Álvarez. “Cada vez es más habitual que los oncólogos nos pidan más información sobre medicamentos y su aplicación en cierto tipo de pacientes”. Según indica el farmacéutico “poco a poco para ellos la figura del farmacéutico sí que es una ayuda muy importante para su labor diaria”.
“Es bueno para el paciente y para el clínico”, afirma Álvarez. “Los propios pacientes nos llaman para hablar con farmacia y eso supone una descarga al profesional, da mucha confianza y permite detectar también más errores y mejorar el proceso asistencial”.
El nivel de satisfacción del paciente es alto. Herrero explica que el servicio de Farmacia está acreditado por la norma ISO y dentro de nuestra actividad de acreditación se encuentran la realización de encuestas a los pacientes. “Valoramos el antes y el después de la implantación de la consulta y el nivel de satisfacción del paciente fue del 90%”.
Alicia Herrero corrobora las palabras de Álvarez. “Es un éxito”, asegura, al tiempo que indica que “se están dando los primeros pasos para la especialización del farmacéutico en áreas clínicas para integrarse en los equipos asistenciales”.
“Aunque es verdad que la idiosincrasia de los hospitales es muy variada” y este modelo en un hospital donde en farmacia hospitalaria vemos 14.000 pacientes al año, no se puede aplicar a otros centros, “es el modelo de futuro, para centros como el nuestro”.
Herrero va más lejos e indica que es una forma de seguir la pauta que marcan muchos países anglosajones “donde muchos farmacéuticos están ya integrados en los equipos asistenciales y son prácticamente los que recomiendan la medicación en los equipos asistenciales, como especialistas del medicamento que son”.
“De cara a la sostenibilidad es importante. Lo que se hace, en este caso en Oncología, pero podría ser en cualquier otro área clínica, es que el farmacéutico aporta el medicamento más seguro y más eficiente para los pacientes, pero también la detección de interacciones, adherencia y otra serie de cuestiones”, asegura.
De cara al futuro Herrero asegura que la labor va a seguir siendo la de intentar integrar a los farmacéuticos en los equipos asistenciales y que sean los referentes en la farmacoterapia de los pacientes, para ello recuerda que es fundamental “la especialización del farmacéutico” y asegura que, sin ella, “esto es imposible”.
No obstante, desde Farmacia Hospitalaria ya se están planteando nuevos objetivos. “Queremos integrar también a los pacientes de hematología”, explica Herrero. “Ahora mismo por la actividad asistencial, Javier no los podría asumir, pero es un objetivo”.