Los farmacéuticos comunitarios de todo el mundo pueden proporcionar intervenciones tempranas y significativas en una variedad de afecciones comunes debido a la accesibilidad de sus farmacias para los pacientes. Así lo asegura el nuevo informe de la FIP, ‘Pharmacist-led common ailments scheme’ en el que se recopilan los datos de 24 países, incluido España, sobre el papel que juega la farmacia comunitaria en la atención a las dolencias más comunes.
"Este informe de la FIP será invaluable para informar el futuro desarrollo internacional de atención de enfermedades comunes (comon ailment schemes, CAS) mediante el intercambio de evidencia y experiencias de países individuales", ha asegurado Sarah Dineen-Griffin, vicepresidenta de la Sección de Farmacia Comunitaria de la FIP.
El trabajo ha sido elaborado para aportar una respuesta ante “la creciente demanda mundial de atención sanitaria, atribuida principalmente al envejecimiento de la población y al aumento de la población”. En ese sentido destaca la importancia de gestionar dolencias comunes en los entornos de atención primaria de salud, y destaca “el papel esencial que los farmacéuticos pueden desempeñar en la prevención y tratamiento de dichas dolencias”.
Este informe busca proporcionar una comprensión holística del papel de los farmacéuticos en CAS, fusionando lo mejor prácticas y el avance de la atención al paciente a nivel internacional.
Los hallazgos del informe resaltaron la diversa cobertura de las condiciones elegibles, que van desde dolencias comunes hasta algunos tratamientos especializados como la anticoncepción hormonal de emergencia y los antivirales covid-19 y concluye que la atención farmacéutica “mejoró la calidad de vida del paciente y la comodidad del acceso a la atención, y redujo el número de médicos de cabecera (GP) cargas de trabajo y, desde el punto de vista económico, presentaba alternativas rentables”.
Sin embargo, también destaca que los desafíos operativos persistieron, particularmente en las inconsistencias en los requisitos de servicio y la participación de las partes interesadas, especialmente en lo referente a los marcos de remuneración en aquellos países que apoyan la implementación de CAS en la farmacia comunitaria.
Los principales hallazgos proporcionaron una visión transversal de CAS en varios países, mostrando la diversidad de estándares profesionales, marcos legislativos y mecanismos de remuneración.
A modos de conclusión la FIP considera que “se puede considerar que la implementación exitosa de CAS requiere una estrategia multifactorial, con áreas clave importantes para participación de los farmacéuticos: fomento de la confianza pública, participación de las partes interesadas y un marco de evaluación sólido respaldado por evidencia. Además de esto, fomentar un espíritu de colaboración con el equipo de atención primaria de salud”.
Igualmente considera que la implementación en desarrollo de CAS, debe ir acompañada de “un enfoque más amplio” dirigido a establecer un marco de evaluación sólido, respaldado por evidencia de estudios de evaluación de costos. Igualmente, considera que “es imperativo contar con evidencia sobre los posibles ahorros de costos gracias a la CAS antes de presentarla a los contribuyentes o a los gobiernos”. Dentro de ello, el informe aboga por “fortalecer la colaboración entre farmacéuticos y médicos generales es crucial, particularmente en el diseño procedimientos de remisión”.
Por otro lado considera esencial definir claramente protocolos sistemáticos, incluido un sistema rentable, así como garantizar la coherencia y la igualdad de acceso entre farmacias.
