El concepto mismo de ‘población vulnerable’, plantea en si mismo “todo un desafío” en cuanto a las coberturas vacunales y la optimización de la respuesta inmunitaria. Así lo aseguran desde la Sociedad Española de Epidemiología, que esta semana, en la séptima edición de la Jornada sobre Vacunaciones ha abogado por introducir en concepto de medicina individualizada y de precisión como medio para atender la alta variabilidad que presenta la población de riesgo ante los programas de vacunación.
La jornada, celebrada en el salón Ernest Lluch del Instituto de Salud Carlos III ha puesto sobre la mesa la cuestión de los grupos de riesgo. En su opinión, este grupo de población “plantea todo un desafío en cuanto a las coberturas vacunales y la optimización de la respuesta inmunitaria”. El concepto ‘población vulnerable’ ya constituye “un reto en sí mismo, puesto que aglutina una amalgama de patologías que, en muchas ocasiones no son comparables entre sí y a las que no se pueden atribuir los mismos riesgos infecciosos”. Por ello, el primer paso para mejorar las coberturas vacunales en estos grupos es conocer exactamente cuál es la población a la que se quiere llegar y cómo hacerlo, aseguran.
“Es aquí donde entra en juego el concepto de ‘medicina individualizada y de precisión’, ya que en los grupos de riesgo es necesario un calendario de vacunas ajustado a las características y los riesgos de cada uno de esos individuos”. En ese sentido, insisten en la importancia de individualizar la toma de decisiones para garantizar la inmunización de los pacientes inmunocomprometidos, y ponen en valor el papel del médico, que debe trasladar a sus pacientes la relevancia de estar correctamente vacunados. Y es que, tal y como han puesto de ejemplo, un individuo con VIH tiene un sistema inmune cuya edad inmunológica es 25 años mayor a su edad cronológica, de ahí que resulte fundamental que esté adecuadamente vacunado.
Además, son partidarios “de acercar estas consultas de inmunización a los puntos hospitalarios de atención frecuente de estos pacientes y mejorar los sistemas de información”. De esta manera, se podrá conocer realmente quién forma parte de la población vulnerable y mejorar la protección frente a infecciones de estos pacientes, que cobrará todavía más importancia de aquí a unas décadas. “La ONU alerta de que en 2050 morirá más gente por la resistencia bacteriana que por el cáncer, así que si no va a ser posible controlar las infecciones mediante los antibióticos será fundamental prevenirlas”, advierten.
Impacto vacunación
Durante la jornada también se ha hablado sobre el impacto de la vacunación antigripal en las neumonías, puesto que una de las principales complicaciones de la gripe es la presentación de neumonía adquirida en la comunidad. Se ha dado a conocer un estudio epidemiológico realizado en más de 5.000 pacientes que parte de la hipótesis de que la gripe favorece la presentación de neumonía en los pacientes con gripe grave, y que el antecedente de la vacunación antigripal reduce el riesgo de neumonía. Como conclusión, han señalado que la vacuna antigripal puede reducir la presentación de la neumonía con una efectividad del 16%, una efectividad “modesta pero muy interesante”. En cambio, empezar el tratamiento después de 48 horas puede ser un factor de riesgo.
En el encuentro también se ha abordado el control de la viruela del mono. Y es que, el papel de la vacunación frente a esta enfermedad ha sido muy importante en la consolidación del control del brote. Desde que comenzó el brote en España se han confirmado 7.647 casos en nuestro país, y se han dado más de 90.000 a nivel mundial. No obstante, poco a poco la incidencia de la enfermedad ha ido decreciendo y en septiembre de 2023 el número de nuevos casos notificados ha disminuido un 16,2% comparado con el mes anterior.
En España, la coordinación entre organismos ha sido una de las claves para abordar el brote de la viruela del mono, con colaboración y comunicación constante entre el Ministerio de Sanidad -y otros ministerios-, las Comunidades Autónomas, el Instituto de Salud Carlos III, las sociedades científicas y las ONG, teniendo estas dos últimas un papel muy destacado en la promoción de la vacuna.
En nuestro país se han administrado más de 50.000 vacunas de la viruela del mono, que en estos momentos cuentan con una efectividad del 79%. Más de 97% de ellas se han administrado a hombres, de los cuales el 93% tenían entre 25 y 59 años, que han resultado fundamentales en la consolidación del control del brote.
La reciente incorporación de determinadas vacunas en el calendario de vacunación a lo largo de toda la vida ha protagonizado la segunda mesa de la jornada. Los participantes en el encuentro han repasado las evidencias que sustentan la incorporación de la vacunación frente a la enfermedad meningocócica por serogrupo B, el estudio de eficiencia de la vacuna frente a herpes zóster en determinados segmentos de la población, o los beneficios de la vacunación frente al virus del papiloma humano, no solo en las niñas preadolescentes, sino también en los niños de la misma edad.
El meningococo B es la primera causa de enfermedad meningocócica invasiva en España, y la vacuna frente a este microorganismo comenzó a utilizarse en población infantil en el año 2014, aunque no existían datos concluyentes de su eficacia clínica y efectividad debido a su baja incidencia.
Por este motivo, para evaluar la efectividad de la vacuna en España se analizaron todos los casos de enfermedad meningocócica invasora confirmados en España entre octubre de 2015 y septiembre de 2019 en niños y niñas de edad comprendida entre 2 meses y 5 años. De hecho, fue la primera vez que en nuestro país se realizó un estudio de efectividad de una vacuna frente a una enfermedad de baja incidencia. Dicho estudio demostró que los menores de 5 años que habían recibido la pauta completa de vacunación frente al meningococo B presentaron un riesgo de padecer enfermedad invasiva por meningococo B un 71% menor que los no vacunados, entre otros beneficios.
En cuanto a la vacunación frente a herpes zóster en población mayor, se ha recordado que incorporar la vacunación sistemática RZV de las personas que cumplen 65 años en el año en curso se trata de una estrategia coste-efectiva.
Por último, con respecto a la vacunación frente al VPH en varones, han señalado que no solo confiere protección directa a los varones frente a la infección por VPH y las enfermedades relacionadas, sino que contribuye a disminuir la transmisión de VPH y, por tanto, aumenta la protección comunitaria, otorga una protección óptima a los hombres que tienen sexo con hombres y contribuye a disminuir las desigualdades de género en la prevención. Además, reduce la prevalencia de infección por los genotipos del VPH incluidos en las vacunas, disminuye la incidencia de la verrugas anogenitales y del cáncer de cuello uterino, así como la incidencia de lesiones precancerosas cervicales, vulvares, vaginales y anales.
Nicolas Gonzalez Casares: