La mejora de la atención farmacéutica en el País Vasco compone uno de los diez bloques sanitarios en los que el Partido Popular del País Vasco ha desgranado su oferta para las próximas elecciones que tendrán lugar el próximo 21 de abril. Entrega domiciliaria, impulso de los genéricos o reforzar el papel de las oficinas de farmacia como dispositivo de proximidad, especialmente, para la atención crónica y dependiente, componen alguna de las demandas para el sector.
El PP vasco ha centrado una gran parte de su oferta electoral en el plano sanitario. Según explican fuentes de la formación liberal en el País Vasco, uno de los ejes de la campaña pasa por “ofrecer a los ciudadanos una administración realmente eficiente”, en la que los profesionales tengan “más voz, independientemente de su ideología política”.
En este contexto, la pasada semana el presidente del PP del País Vasco y candidato a lehendakari, Javier De Andrés, llamaba a “despolitizar” la dirección de la sanidad pública vasca. “Lo que hay que hacer es recurrir a profesionales. A personas que conocen qué es y cómo debe funcionar un hospital”, que es justo “lo que no se ha hecho en el conjunto de Osakidetza”, ha denunciado.
“El PP tiene otra forma de hacer las cosas. Primamos los criterios de los profesionales sanitarios a la hora de diseñar las políticas sanitarias y, desde luego, no impondremos ninguna ideología, ni ningún criterio político porque apostamos por una Euskadi abierta”, ha sostenido.
En el plano farmacéutico el PP lanza un total de nueve propuestas, todas ellas dirigidas en gran medida a ampliar el papel de la profesión en el plano asistencial. En ese sentido, el PP se compromete a implementar en las farmacias un nuevo servicio de dispensación de medicamentos con entrega domiciliaria para colectivos específicos.
Igualmente aspira a mejorar el acceso de la ciudadanía a los medicamentos del ámbito hospitalario “mediante la dispensación colaborativa entre servicios de Farmacia Hospitalaria y Farmacias Comunitarias evitando desplazamientos innecesarios de los pacientes al hospital”.
Así mismo reiteran su apuesta por “impulsar el uso de genéricos y biosimilares para lo cual también lanzará “campañas informativas para su mayor utilización en hospitales y centros de salud”. Dentro de ese ámbito informativo, el PP anuncia que pondrá en marcha programas de información de utilización y uso racional de medicamentos y “agilizaremos la incorporación de los nuevos medicamentos que aporten valor sanitario y reduciremos el tiempo de acceso de los pacientes a las nuevas terapias eficaces”.
En el ámbito de la farmacia comunitaria De Andrés asegura que potenciará la red, y asegura que el farmacéutico es “agente clave de salud desde un abordaje multidisciplinar coordinado con los diferentes niveles asistenciales, especialmente, la atención sanitaria con pro[1]puestas concretas de actuación”.
De esta manera, el programa del PP plantea “ampliar las competencias de las oficinas de farmacia, facilitando el acceso seguro de los farmacéuticos a la información clínica para alcanzar una coordinación con el resto de profesionales sanitarios y garantizar un mejor uso de los medicamentos”. En ese campo lo farmacéuticos tendrán “una mayor relevancia a los profesionales farmacéuticos para un mayor control de la adherencia al tratamiento de los pacientes, logrando una atención más cercana y aliviando la presión asistencial de los centros de Atención Primaria”. Igualmente, el PP reforzará “el papel de las oficinas de farmacia como dispositivo de proximidad, especialmente, para la atención crónica y dependiente”.
Una sanidad más ágil
El eje sobre el que giran todas las propuestas en el plano sanitario del PP pasa por “devolver a Osakidetza el liderazgo que tuvo y que vuelva a ser un referente en la atención sanitaria de calidad a nivel nacional e internacional”, y para ello plantean dar más peso a los profesionales sanitarios, y consecuentemente dotar de una “mayor implicación” en el diseño de las políticas sanitarias.
Igualmente abogan por el desarrollo de nuevos mecanismos para dotar las plazas de difícil cobertura y la reducción de los niveles de temporalidad. Para fomentar la contratación el PP es claro a la hora de plantear la suspensión de la exigencia del euskera y anuncia que, de ganar las elecciones “revisaremos la normativa de los perfiles lingüísticos y su valoración como mérito”.
