Terapéutica

110 mujeres con cáncer avanzado participan ya en el proyecto IMPaCT ‘Gemelas Digitales’

El objetivo es ayudar voluntariamente a crear modelos virtuales de la enfermedad en una investigación que no mejorará su propio tratamiento, sino el de futuras pacientes

En octubre de 2023 el proyecto ‘Gemelas Digitales’ lanzó un llamamiento para encontrar a 300 mujeres con cáncer avanzado de mama, pulmón o colorrectal dispuestas a ceder información sobre su enfermedad. Se buscaba su colaboración altruista: participando no mejorarían su propio tratamiento, pero sí, potencialmente, el de otras mujeres con cáncer en el futuro.

Al cabo de un año Miguel Quintela, director del Programa de Investigación Clínica del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), habla de una respuesta “muy satisfactoria”. Ya han sido seleccionadas 110 voluntarias, y las inscripciones continúan.

El destino de la información que aportan es crear modelos virtuales de las pacientes, con ayuda de inteligencia artificial. En esas gemelas digitales se podrá estudiar cómo va a evolucionar la enfermedad, qué tratamientos pueden resultar más eficaces en cada una y qué hábitos de vida contribuirán a un mejor resultado de las terapias.

Es una de las iniciativas de medicina personalizada más ambiciosas en España. Liderado por el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) y financiado con 2,5 millones de euros para tres años, este proyecto público de investigación llamado técnicamente High-definition oncology in women’s cancer (Oncología de alta definición en cáncer femenino) se enmarca en el programa IMPaCT (Infraestructura de Medicina de Precisión asociada a la Ciencia y la Tecnología) del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII).

Además del CNIO participan nueve hospitales, dos universidades y la Fundación CRIS contra el cáncer. Los datos relativos a las primeras 30 participantes seleccionadas se han presentado en el encuentro de la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO, por sus siglas en inglés), celebrado recientemente en Barcelona.

“Los consideramos muy satisfactorios, porque se han recogido más muestras de lo esperado y su calidad, y la de los datos, es muy alta”, explica Quintela, coordinador del proyecto. “El estudio tiene una complejidad muy grande en cuanto a la tipología tanto de muestras como de datos, y además implica la colaboración activa de las pacientes”.

Miguel A. Quintela. Crédito: Amparo Garrido / CNIO

El seguimiento de estas mujeres y la recogida de muestras biológicas –sangre, heces, orina, …– se realiza en hospitales colaboradores de toda España, pero las propias participantes registran a través de relojes inteligentes y de una aplicación datos relativos a sus hábitos y estados emocionales. Es una cantidad ingente de información que la inteligencia artificial ayuda a integrar.

La visión a largo plazo es convertir esos modelos virtuales sobre los que estudiar la enfermedad en asistentes activos del personal médico, “una especie de copiloto, con mucha más capacidad que nosotros de asumir y digerir la información”, afirma Quintela. “El tratamiento oncológico lo va a seguir dirigiendo el o la médico, nunca va a decidir la máquina, pero se trata de proporcionarle un copiloto para cada paciente, una herramienta más que ayude a resolver mejor cada caso”.

Para participar las mujeres han de ser adultas con diagnóstico confirmado de cáncer sólido que requiere tratamiento de primera línea, y que no hayan recibido tratamiento previo para metástasis. Entre otros requisitos, su cáncer debe estar en estadio tumoral avanzado sin posibilidad de tratamiento curativo.

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