Terapéutica

La humanización en EE.RR. en Farmacia Hospitalaria: está presente, pero es mejorable

Un trabajo publicado en ‘Farmacia Hospitalaria’ sobre la presencia de buenas prácticas dentro de los servicios indica que el cumplimiento medio de los estándares está entre el 40 y el 60%

La implantación de buenas prácticas de humanización en enfermedades raras (EE.RR.) en los servicios de Farmacia Hospitalaria (SFH) está presente en los centros sanitarios pero tiene un amplio margen de mejora. Así lo señala un reciente trabajo publicado en ‘Farmacia Hospitalaria’, la publicación científica de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH), donde se indica que, de forma general, el cumplimiento medio de los estándares alcanza entre el 40 y el 60%. Estos dados, a juicio de los autores “indica que la humanización está presente en los SFH, pero existe un amplio margen de mejora”.

María José Company Albira del SFH del Hospital General Universitario de Castellón y José Luis Poveda Andrés y María Dolores Edo Solsona del SFH del Hospital Universitario y Politécnico La Fe, de Valencia, son los autores de este trabajo que tiene por objeto, identificar las fortalezas y las áreas prevalentes de mejora para una atención más humanizada a los pacientes con este tipo de patologías.

El trabajo se ha realizado a través de un cuestionario enviado a 18 centros hospitalarios de cinco comunidades autónomas (Comunidad Valenciana (5), Madrid (4), Galicia (4) y Andalucía (5)), para valorar el grado de cumplimiento de los 61 estándares, incluidos dentro de las cinco líneas de actuación que presenta el Manual de buenas prácticas de humanización en la atención a pacientes con EE.RR.

La media global de estándares cumplidos fue de 31,1% y el cumplimiento total medio del 52,1%. En relación a las cinco líneas de actuación que contiene el citado Manual el cumplimiento fue desigual. Así, la línea 1, ‘Cultura de humanización’, tuvo un cumplimiento medio del 46,5%, la línea 2, ‘Empoderamiento del paciente’, del 47,4%, la línea 3, ‘Cuidado del profesional’, del 49,7%; la línea 4, ‘Espacios físicos y confort’ del 55,6% y la línea 5, ‘Organización de la atención’, del 63,8%’.

Del total de los 61 estándares, solo los 3 estándares se consideran cumplidos por el 100% de los centros: Se realiza atención farmacéutica a los pacientes con EERR, se proporciona información sobre la enfermedad y el tratamiento, y los roles de cada profesional están bien definidos.

En cuanto a las líneas estratégicas del Manual de buenas prácticas, la que tiene un mayor porcentaje de cumplimiento, es la línea 5, ‘Organización de la atención’. Esta línea estratégica recoge buenas prácticas relacionadas con los circuitos asistenciales y la coordinación entre diferentes profesionales y servicios, con el objetivo de facilitar el recorrido asistencial a los pacientes. La coordinación con el resto del equipo asistencial, la existencia de un gestor de turno, un sistema de cita flexible o la dispensación con entrega en proximidad al paciente son algunas de las actividades con mayor presencia en este ámbito.

La segunda línea con mayor cumplimiento es la línea 4, ‘Espacios físicos y confort’ que organiza el espacio físico organizar de forma más accesible y confortable el entorno hospitalario. Esta línea estratégica pretende minimizar barreras arquitectónicas, prestar atención a la señalización para facilitar la movilidad dentro del centro y mejorar la comodidad física, sensorial y ambiental de los espacios.

La línea 1, ‘Cultura de la humanización’, es la línea con menor cumplimiento medio y la que más variabilidad presenta. La implementación de una cultura de humanización es un proceso transversal en el que los valores de humanización impregnan a toda la organización. La información, formación, percepción y conocimiento sobre la humanización en la atención sanitaria es imprescindible para poder incorporarla a la actividad asistencial. Los planes de humanización y todas aquellas acciones dirigidas a dar visibilidad y situar la humanización como una cualidad a adquirir fomentan esta cultura.

El diferente desarrollo de planes de humanización en las CC. AA. Que participan en el estudio puede explicar, a juicio de los autores, la variabilidad en el cumplimiento. Los datos del estudio reflejan que un mayor cumplimiento de esta línea estratégica está relacionado con un mayor cumplimiento medio del total de buenas prácticas.

La línea 2, ‘Empoderamiento del paciente’, es la segunda línea con menor cumplimiento. El empoderamiento persigue que las personas adquieran un mayor control sobre las decisiones y acciones que afectan su salud y para ello necesitan desarrollar habilidades a través de la información, la formación y la comunicación. Dentro de esta línea estratégica se encuentran actividades inherentes a la atención farmacéutica que se han ido ampliando y adaptando a la evolución de la sociedad y de los pacientes cada vez más implicados en los aspectos relacionados con la salud y el autocuidado.

El menor cumplimiento de esta línea estratégica puede deberse al elevado porcentaje de estándares clasificados como excelentes (53,8%) relacionados con el uso de la tecnología y los nuevos modelos de formación dirigida a los pacientes y a su entorno.

Y finalmente la línea 3, Cuidado del profesional, presenta un cumplimiento cercano al 50%. Los profesionales sanitarios son el principal agente humanizador, pero a su vez también deben ser objeto de acciones de humanización con el objetivo de fomentar su motivación y participación. Son numerosos los estudios que evidencian la presencia del síndrome de desgaste profesional o ‘burnout’ en los profesionales sanitarios. “Promover el bienestar emocional, mejorar el entorno laboral y la capacidad de resiliencia de los profesionales, son también aspectos clave a tener en cuenta para lograr un mejor sistema de salud”, aseguran los autores.

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