Los planes lanzados por el nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, han provocado un revuelo importante en muchos sectores de la economía, o la sociedad mundial, entre ellos el plano sanitario. Al anuncio conocido ya desde hace meses, del próximo responsable de la sanidad estadounidense, el ‘antivacunas’ Robert Kenedy Jr., el máximo mandatario estadounidense ha lanzado un nuevo dardo, esta vez contra la Organización Mundial de la Salud (OMS) a la que acusa de “una mala gestión” de la pandemia Covid y cuya organización amenaza con abandonar.
Desde la OMS la respuesta, por el momento muy medida pasan por hacer que Trump “reconsidere” su postura y apostar por el “diálogo constructivo”.
En una nota en la que la OMS ‘comenta’ las palabras de Donald Trump, el organismo evita entrar en el cuestionamiento sobre su eficacia en la gestión de la pasada pandemia; una cuestión que no solamente ha recibido las críticas del presidente norteamericano, sino que se centra solamente en la cuestión del abandono, de uno de los principales contribuyentes del organismo internacional, aunque no el más importante; China, desde hace años es el socio más ‘generoso’ de la OMS.
En clave oficial la OMS se limita a señalar que “esperamos que los Estados Unidos reconsideren su postura y esperamos entablar un diálogo constructivo para mantener la alianza entre los Estados Unidos y la OMS, en beneficio de la salud y el bienestar de millones de personas en todo el mundo”.
El organismo internacional hace un balance hasta histórico para motivar su postura. “Los Estados Unidos fueron miembros fundadores de la OMS en 1948 y han participado en la configuración y la gestión de la labor de la OMS desde entonces, junto con otros 193 Estados Miembros, incluso mediante su participación activa en la Asamblea Mundial de la Salud y el Consejo Ejecutivo”, señala la OMS.
“Durante más de siete décadas, la OMS y los Estados Unidos han salvado innumerables vidas y han protegido a los estadounidenses y a todas las personas de las amenazas para la salud. Juntos, acabamos con la viruela y juntos hemos llevado la polio al borde de la erradicación. Las instituciones estadounidenses han contribuido a la membresía en la OMS y se han beneficiado de ella”, indican.
Esta visión histórica del papel de EE.UU. en la Organización lleva también a plantear otros detalle importante y es que contando con la participación de muchos países, entre ellos, los Estados Unidos “la OMS ha implementado en los últimos siete años el mayor conjunto de reformas de su historia para transformar nuestra rendición de cuentas, nuestra relación costo-eficacia y nuestro impacto en los países”.
“Esta labor continúa”, aseguran desde la OMS, confiando que esta apuesta por la transparencia permita seguir generando confianza en los países y sobre todo, permitir mantener su “papel crucial en la protección de la salud y la seguridad de los habitantes del mundo, incluidos los estadounidenses, al abordar las causas profundas de las enfermedades, construir sistemas de salud más sólidos y detectar, prevenir y responder a las emergencias sanitarias, incluidos los brotes de enfermedades, a menudo en lugares peligrosos a los que otros no pueden acudir”.