Política

Calidad y acceso mundial a la atención sanitaria: mejor pero sigue polarizado

Un estudio financiado por la Fundación Bill y Melinda Gates da fe de una mejora en acceso y calidad de la atención sanitaria en todo el mundo

Un nuevo estudio financiado por la Fundación Bill y Melinda Gates, con participación española, da fe de una mejora en acceso y calidad de la atención sanitaria en todo el mundo, y de que las diferencias entre países siguen siendo grandes.

Usando el índice HAQ, con una escala de 0 a 100, el trabajo indica que entre 1990 y 2015, casi todos los países y áreas geográficas dieron muestras de mejoría. No obstante, se mantienen las diferencias entre los países con índice HAQ más elevado y los que están en peor situación (94,6 frente a 28,6 en el año 2015).

De los 195 países analizados, 167 mostraron incrementos estadísticamente significativos en su índice HAQ desde 1990. Corea del Sur, Turquía, Perú, China y Maldivas fueron los que experimentaron mejorías más acusadas en todo el periodo.

Variaciones

Los patrones variaron por regiones y en función del desarrollo económico de los países. En los más desarrollados fue mayor el impacto del cáncer; en los de desarrollo medio las nefropatías, diabetes, enfermedades diarreicas e infecciones del tracto respiratorio inferior fueron las más significativas. En los países con menos recursos, el sarampión y el tétanos tuvieron mayor peso.

Si bien el índice HAQ creció de un promedio de 40,7 puntos en 1990 hasta 53,7 en el año 2015, el progreso no ha sido tal en términos de equidad, ya que las diferencias entre los valores mínimos y máximos de la escala son poco menos pronunciadas al final del periodo estudiado que en sus inicios: Decrecieron sólo de 21,2 a 20,1 puntos.

Por otro lado, los autores indican que, si en cada país y territorio se hubiera alcanzado el índice HAQ correspondiente a su nivel de desarrollo, la media mundial habría sido de 73,8 en 2015. No obstante, varios países (sobre todo en el África subsahariana y oriental) llegaron a puntuaciones similares o superiores a sus niveles de desarrollo, mientras que otros estados (también en el África subsahariana, pero además en Oriente Próximo y el sur de Asia) están a la zaga respecto al desarrollo económico de sus áreas geográficas respectivas.

Qué hacer

Esta ampliación del estudio GBD muestra el potencial de mejoría en el acceso y la calidad de la asistencia sanitaria en diferentes puntos del espectro de desarrollo económico.

En un entorno de avances sustanciales en el ámbito nacional, se dan aún patrones heterogéneos, lo cual sugiere que pocos países han alcanzado la situación óptima en términos de acceso y calidad en todo el sistema y de forma coherente en todas las áreas terapéuticas, escriben los investigadores.

Esta circunstancia se considera “especialmente evidente” en países de ingresos medios, muchos de los cuales han pasado recientemente por periodos de transición epidemiológica.

El índice HAQ, comparado con otras medidas de evaluación de los sistemas sanitarios como la cobertura de intervenciones sanitarias, podría servir de base para el progreso hacia una cobertura universal y a la identificación de prioridades locales que refuercen la calidad de la asistencia en todo el mundo.

Mortalidad evitable

Los autores planteaban en la presentación de su trabajo que una posible aproximación a la calidad y el acceso a los servicios sanitarios es medir las tasas de mortalidad por causas que podrían no haber acabado en deceso en presencia de atención médica efectiva (“mortalidad evitable”). Análisis previos de esta variable se han centrado en países de ingresos altos, y se han enfrentado a retos metodológicos diversos, según aclaraban.

En su análisis se emplean estimaciones de causas de mortalidad y factores de riesgo muy estandarizados, elaborados para el Estudio sobre Carga Mundial de Enfermedad, Lesiones y Factores de Riesgo (GBD) con el objetivo de mejorar y extender la cuantificación del acceso y la calidad a la atención sanitaria en 195 países entre 1990 y 2015.

Recurrieron a la lista de causas de muerte evitables más empleada, diseñada por Nolte y McKee, que contiene 32. Tuvieron en cuenta las variaciones en las causas por efecto de disparidades en los certificados de defunción usando la estandarización del estudio GBD.   Para aislar los efectos del acceso y la calidad en la atención, estandarizaron las tasas de riesgo y mortalidad específica por áreas geográficas y años, desechando los efectos ambientales locales y las conductas asociadas a riesgo con un componente también local.

 Entre los participantes españoles están investigadores del Hospital Fundación Jiménez Díaz –Madrid-, el Hospital Universitario Doctor Peset –Valencia-, el grupo de investigación CIBERSAM –Valencia- y el Instituto para la Salud Global de Barcelona.

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