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Una Guía para diseminar la cultura de la humanización y llevarla a la práctica

Ana Álvarez, coordinadora de la 'Guía de Humanización de los Servicios de Farmacia Hospitalaria' de la SEFH, explica en qué consiste este proyecto y cómo puede contribuir a avanzar en este campo.
Ana Álvarez, coordinadora de la Guía de Humanización de la SEFH.

La Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH) presentó recientemente la 'Guía de Humanización de los Servicios de Farmacia Hospitalaria'. Se trata del producto final de un proyecto que tiene su origen en el 62º Congreso de la Sociedad. Allí se fraguó el Plan que se presentó en noviembre de 2018, y que ha desembocado en la elaboración de esta Guía y en la impartición de talleres por servicios de Farmacia de toda España para tratar de extender su espíritu y sus propuestas.

Ana Álvarez, su coordinadora, explica que la traslación del Plan a la Guía tiene que ver con la vocación práctica del proyecto. "Al final, esto no es un plan estratégico, con sus objetivos estratégicos y sus acciones para cumplirlos. Pensamos que ese formato no iba a ser práctico para nuestro propósito", explica, dejando claro que, de lo que se trata, es de prender la mecha de la humanización en los servicios de Farmacia para que el fuego se extienda después al resto de unidades clínicas y, con ello, a todo el sistema sanitario.

"Cuando los servicios de Farmacia, al ser centrales y transversales, ponemos en marcha acciones, sabemos que vamos a tener que contar con otros servicios para llevarlas a cabo. Pasa algo parecido con la promoción de la seguridad. Si quieres impregnar tu hospital con una cultura de seguridad, no puedes ir por libre, puedes liderar, pero tienes que ir de la mano de otros servicios e incluso implicar a la Dirección", subraya. Y opina que con la humanización debería pasar lo mismo.

Volviendo a la Guía, ésta se estructura en tres partes bien diferenciadas. Una primera más filosófica, donde se justifica su elaboración, se explica la metodología empleada (algunas de ellas innovadoras, incorporando la visión de los pacientes) y se introducen los principios y valores de la humanización, entendida como respuesta a las necesidades reales de los pacientes, a partir de las propias consideraciones de éstos y aplicando la inteligencia emocional; una segunda, que viene a ser un diagnóstico general de la situación, en lo que respecta al grado de humanización de la atención en diferentes áreas terapéuticas (Oncohematología, Infecciosas, Enfermedades Raras, Pedatría y Paciente Crónico Complejo), incluyendo una transversal a todas ellas, y una tercera donde se proporcionan algunas herramientas para saber en qué punto está cada Servicio de Farmacia e ideas concretas, para que, con la ayuda de una matriz impacto-esfuerzo se puedan priorizar las acciones que mejor se ajustan a las capacidades de cada hospital.

Álvarez considera que no hay una parte más importante que otra, que todas son relevantes, cada una a su nivel, para poder avanzar de verdad en la humanización. Pensando en el jefe de Servicio de Farmacia que tiene que coger el toro por los cuernos e impulsarla dentro de él, opina que, "tan importante es la primera parte, que te hace pensar por qué quieres humanizar el Servicio", como la parte más práctica. "Quedarse en la parte final, la de las ideas, solo servirá para poner unas ideas aisladas en marcha, pero es importante disponer de la visión", añade.

Una vez que el jefe de Servicio esté empapado de la Guía, el dilema está en si lidera él mismo el proceso o delega en un responsable de Humanización. De hecho, en los talleres impartidos para explicar la Guía, la definición de responsabilidades para llevar el planteamiento a la práctica tiene su protagonismo. "Yo veo deseable que haya una persona, o varias, dedicadas a esto. Los proyectos de este tipo requieren que una persona los coordine y haga seguimiento", señala la farmacéutica especialista del Hospital Ramón y Cajal.

Pasando a la parte del diagnóstico, explica el por qué de la selección de esas cinco áreas terapéuticas. Los cinco perfiles de pacientes, o tienen "una especial relación con el Servicio de Farmacia", o "tienen mucha necesidad y podemos hacer mucho por ellos". El hecho de que estén asociados a Grupos de la SEFH da cuentas del interés que tienen para la profesión. En la investigación que realizaron para definir esos perfiles vieron que "hay particularidades" y otros aspectos "troncales, que coinciden", de ahí que se lanzaran a incluir un apartado transversal.  

De la teoría a la práctica

Finalmente, Álvarez se refiere a la parte más práctica, que sirve para que los servicios de Farmacia se ubiquen dentro de un continuo de humanización, a través del Perfil; para que tengan bien identificados los puntos de contacto con los pacientes, tanto dentro como fuera del hospital, a través del Blue Print, y para que dispongan de una serie de ideas (50 en total) de partida para poner en marcha desde ya, con la posibilidad de adaptarlas a su propio entorno.

La coordinadora de la Guía se confiesa incapaz de seleccionar una o varias ideas que debieran se puestas en marcha desde ya en todos los servicios de Farmacia, entendiendo que la realidad de cada hospital es distinta. Por eso, llama a utilizar la matriz de impacto-esfuerzo, que puede servir a hospitales grandes y pequeños a dimensionar su apuesta de acuerdo a sus capacidades. "Es una manera de ayudar a priorizar", confirma.

Por citar algunos ejemplos, la idea con menor relación de impacto-esfuerzo en la matriz sería la denominada 'Highlights', que consiste en disponer de un set de pegatinas de colores para identificar, dentro de la documentación que se entrega a los pacientes, la información más destacada. Y es que, "el exceso de información podría invisibilizar algunas instrucciones relevantes", reza el documento. En el extremo opuesto de impacto-esfuerzo está 'Así lo hace...', que se basa en la construcción de una historia por parte del paciente experto, y en relación con su tratamiento, para mostrar a otros cómo son sus prácticas, sus hábitos y las destrezas que ha desarrollado en el transcurso de su enfermedad. Entre sus principales beneficios estaría la reducción de incertidumbre y consiguiente ansiedad en personas a las que les toca vivir su misma situación y no tienen ninguna experiencia previa.

Con la presentación de esta Guía, Álvarez da por cerrado un primer ciclo de la andadura que comenzó en ese 62º Congreso de 2017. Ahora, espera que la SEFH le siga dando cobertura al proyecto y aliente iniciativas para poner en práctica las ideas que contiene la Guía. Entre otros aspectos, considera que podrían ser positivo proporcionar asesoramiento, seguimiento e incluso poder investigar para confirmar los beneficios de su aplicación. "Me gustaría poder analizar el impacto en resultados en salud, más allá del emocional, que podrían tener estas medidas", concluye.

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