El 84% de las empresas españolas del sector Salud y Biotecnología afirma haber incrementado su presupuesto en innovación durante el último año, frente a un 12% que se ha mantenido y un 4% que ha decrecido. Las principales preocupaciones de la industria a nivel español y mundial en materia de innovación están en consonancia, y es que el 46% prioriza reducir costes e impulsar la innovación y un 42% muestra inquietud en cuanto a la mejora de su sostenibilidad, cifra que contrasta con ámbito que afecta al 27% de las empresas a nivel global, suponiendo un gran contraste.
Estas son algunas de las principales conclusiones que arroja el V Barómetro Internacional de la Innovación de la consultora internacional Ayming, en el que más de 1.000 directores de I+D e innovación, directores financieros y directores ejecutivos de empresas de diversos sectores y magnitudes, de 17 países, han sido entrevistados para abordar el estado presente y futuro de la innovación.
En palabras de Carlos Artal, director general de Ayming España, “El sector Salud y Biotecnología ha de estar a la vanguardia, por lo tanto, es lógico que destinen una gran parte de sus recursos a implementar nuevas herramientas y tecnologías que permitan avanzar en procesos de investigación o experimentación de cara a un ámbito tan vital y su avance de cara a liderar proyectos pioneros”.
Y es que la industria española de Salud y Biotecnología prioriza su inversión en innovación para implementar nuevas herramientas y tecnologías (46%); fomentar cultura de experimentación (38%); investigar y comprender las necesidades de los clientes (35%); optimizar y agilizar los procesos y mejorar la sostenibilidad y la huella ambiental (ambas un 35%).
Cómo financia el sector la innovación
A diferencia de los datos reflejados en el Barómetro de la innovación del pasado año, en el que el 58% de las empresas del sector afirmaban decantarse por la autofinanciación y las subvenciones nacionales como método de financiación para proyectos de I+D (44%), por su intensidad y por su dificultad en materia de criterios técnicos, 2024 arroja datos con variaciones.
Las subvenciones nacionales se sitúan como la primera opción para financiar proyectos de I+D de las compañías españolas del sector Salud y Biotecnología, alternativa que se ha incrementado en 14 puntos respecto al año anterior. Por su parte, las deducciones fiscales a la I+D se posicionan como la tercera opción a la que el 50 % de las empresas españolas del sector acceden, creciendo también en 17 puntos.
A juicio de Carlos Artal “es alentador que un sector tan importante encuentre vías de financiación alternativas que no se ciñan únicamente a la autofinanciación. Es una evidencia que las subvenciones nacionales y regionales han sido un balón de oxígeno para la industria. Un ejemplo de ello es el PERTE para la Salud de Vanguardia, que pretende impulsar el desarrollo de proyectos de I+D e innovación tecnológica en el sector. Por otra parte, el crecimiento de las deducciones fiscales a la I+D demuestra que las empresas comienzan a conocer y entender un mecanismo vital en el esquema de incentivos fiscales español. De hecho, probablemente iremos viendo un incremento de este tipo de deducciones que, a día de hoy, aunque mejora, sigue siendo bajo simplemente por lo complejo que es entender estos procesos y la ejecución de la propia deducción”.
En este sentido, la innovación es una prioridad para el crecimiento y la competitividad de las empresas, especialmente en sectores como el de la Salud y la Biotecnología donde, además de los desafíos externos, existen barreras internas en este campo. Entre las más comunes destacan la falta de claridad en la estrategia de innovación (38%); el enfoque a corto plazo y la presión para obtener resultados inmediatos, así como la falta de habilitades o talento (35 % para ambas).
A juicio de Cristina Cortés, Grants Manager “Invertir en innovación es fundamental en sectores tan intensivos en I+D, como es el sector biotecnológico y de la salud. Para estas compañías la financiación pública juega un papel muy importante, por eso no sorprende que las subvenciones sean una de las herramientas más usadas por este sector y que solo el 50% aproveche las deducciones fiscales. Esto se debe a que las Biotech y empresas de salud muchas veces no pueden aplicar toda su deducción fiscal debido a la naturaleza de su actividad. En este aspecto, eliminar las limitaciones en la aplicación en cuota de la deducción o los requisitos para su monetización, resulta crucial.”
A juicio de Cristina Cortés, “La biotecnología se presenta como una potente herramienta para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Las empresas del sector deben aprovechar la ventaja competitiva y deben ejercer de efecto tractor para todo el ecosistema de la innovación como impulso de la innovación sostenible”.
El endurecimiento normativo, los objetivos marcados por la Unión Europea y el Plan Industrial del Pacto Verde están impulsando que la industria participe creando un entorno más favorable y fomentando prácticas que permitan a cada país, a la consecución de dichos objetivos. Según remarca Cristina Cortés “el caso del sector Salud y Biotecnología no es diferente y muchas de estas normativas entradas en vigor en España justifican las áreas en las que la industria invierte, como es el caso de materiales y embalajes sostenibles (52%) o la inversión en energías renovables (40%) por el incremento del coste de la energía”.