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Un PROA de antifúngicos orientado a la desescalada terapéutica y al tratamiento anticipado

Un equipo multidisciplinar del Hospital Clínic de Barcelona desarrolla un programa de optimización con el objetivo final de evaluar el consumo de estos fármacos, evaluado mediante DDD/100 estancias-día y DDD/100 altas-día y su coste

El servicio de Farmacia del Hospital Clinic de Barcelona, junto a los servicios de Infecciosas y Microbiología ha desarrollado un programa destinado a mejorar el consumo de antifúngicos en pacientes hospitalizados. El programa, que comenzó a implementarse en el mes de septiembre persigue dos objetivos: por un lado gestionar el tratamiento anticipado a los pacientes en riesgo de desarrollar infección fúngica y por otro promover la desescalada terapéutica en aquellos que ya lo realizan.

El origen del trabajo está en la beca Emili Letang-Josep Font que recibido Marta Albanell al finalizar su residencia como FIR. La beca, de dos años de duración aborda el trabajo en dos frentes. Por un lado, a través de tres servicios implicados, realizar una acción de anticipación a  todos aquellos pacientes críticos que están en riesgo de desarrollar una infección fúngica y “en base a unos algoritmos, ver quienes son candidatos a lo que sería iniciar un tratamiento antifúngico anticipado, en base al biomarcador β-D-glucano (BDG)”, indica M.Albanell. No obstante, esta farmacéutica indica que “la realidad es que en muchos casos, no te puedes anticipar; en esos casos orientamos las intervenciones a retirar de forma segura el tratamiento a aquellos casos en los que vemos que no tienen una sospecha de infección fúngica y se lo podemos retirar de forma segura”.

Además, el programa tiene una segunda parte orientada a promover la desescalada terapéutica de antifúngicos, facilitando el paso de equinocandinas a azoles. “Con ello pretendemos mejorar el uso de antifúngicos, apoyándonos en la evidencia científica de la desescalasa, ya que es una práctica que no solo mejorará el uso de antifúngicos en nuestro centro, sino que también, se espera que tengabeneficios clínicos en los pacientes”.

En suma, el proyecto persigue crear un PROA específico para antifúngicos. El estudio prevé, en el caso del tratamiento antifúngico anticipado (TAA) la revisión diaria los pacientes críticos candidatos y se solicitará un BDG en las primeras 48 horas junto con el  cálculo del Candida Score (CS) , para determinar aquellos pacientes que deban iniciar TAA. En estos casos, se prescribirá una equinocandina y se evaluará el BDG a las 72 horas.

Si en dos pruebas consecutivas con 72 horas de diferencia, del BDG resultan negativos y no hay evidencia clínica o  microbiológica de infección fúngica, se retirará el TAA. Si el BDG se mantiene positivo, se valorará desescalar a un azol. Posteriormente se seguirá a los pacientes a los 7 y 30 días de finalizar el TAA para evaluar curación clínica, estancia hospitalaria, aparición o sospecha de infección fúngica y mortalidad. También se evaluará el consumo de antifúngicos medido como DDD/100 estancias-día y DDD/100 altas-día.

En el caso de la desescalada terapéutica (DES) se identificará diariamente a los pacientes en tratamiento con equinocandinas. Entre el tercer y quintro día se evaluará la posibilidad de desescalar a un azol, según criterios predefinidos y sensibilidad antifúngica. Igualmente se analizarán curación clínica y microbiológica, duración del tratamiento, estancia hospitalaria, DDD para evaluar el ahorro económico derivado de la DES, y recurrencia y mortalidad a los 7 y 30 días de finalizar el antifúngico. Igualmente, se investigará la utilidad del BDG como biomarcador de DES.

El programa espera incluir 250 pacientes candidatos a TAA y 400 a DES, según explica la farmacéutica, “aproximadamente tenemos unos 7 al día”, si bien es preciso recordar que este tipo de pacientes críticos se mantienen a lo largo del año en los centros sanitaros. 

“Nuestro objetivo es que después de un año y medio de recogida de pacientes, se  evalue el consumo de antifúngicos, medido como DDDS, que es la forma que tenemos de evaluar el consumo de los antifúngicos y comparar  estas DDDS con las del año y medio posterior”, explica M.Albanell, quien recuerda que este proyecto es extrapoblable a cualquier centro.

“Es una forma de trabajar en equipo entre diferentes servicios. Para nosotros es una necesidad, porque en nuestro centro tiene consumo muy elevado de estos fármacos; quizás en otros centros, no necesitas crear un PROA exclusivo de antifúngicos y puedes crearlo uno conjunto de antifúngicos y antibióticos””, recuerda.

Igualmente la farmacéutica explica la importancia de la presencia de estos profesionales en el desarrollo de este tipo de programas: “Los farmacéuticos tenemos que promover un uso más racional de los fármacos antiinfecciososy podemos orientar nuestras acciones a ver hacia qué pacientes podemos retirar de forma segura estos antifúngicos y a qué pacientes se les debe mantener, porque tenemos al final el criterio y el valor crítico, siempre comentándolo con los especialistas clínicos y trabajando en equipo”.

“Al final del proyecto, cuando se analicen los resultados, podremos ver el impacto que ha tenido y si realmente ha sido beneficioso”; no obstante lo que si queda claro para M.Albanell es “la importancia de trabajar en equipos integrados y multidisciplinares; al final se necesita el apoyo de diferentes profesionales para tener una visión global de los pacientes”, asegura. 


 [MAF1]Esto creo que se puede quitar.

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