Más padres se niegan a vacunar a sus hijos contra la enfermedad, que es altamente contagiosa, anotan los expertos
Hasta el martes se habían reportado más de 50 casos en el brote, que comenzó en la tercera semana de diciembre. El condado de Orange y el condado de San Diego son los más afectados, cada uno con 10 casos reportados, según el Departamento de Salud Pública de California. El brote también incluye dos casos en Utah, dos en Washington, uno en Colorado y uno en México.
Los síntomas del sarampión pueden aparecer hasta tres semanas tras la exposición inicial, de forma que el periodo para las nuevas infecciones vinculadas directamente con el brote original en los parques de Disney ya ha pasado. Pero se siguen reportando casos secundarios en individuos que contrajeron la enfermedad de personas infectadas durante visitas a los parques. Las autoridades de Disney también confirmaron el miércoles que cinco empleados del parque que se disfrazan de personajes se han infectado, reportó Associated Press.
Y se ha ordenado a alrededor de dos docenas de estudiantes no vacunados del condado de Orange que permanezcan en casa para intentar contener la propagación del sarampión.
Los expertos de California explican el brote en términos sencillos.
"Este brote ocurre porque una cantidad crítica de personas están eligiendo no vacunar a sus hijos", señaló el Dr. Paul Offit, director del Centro de Educación sobre las Vacunas y médico a cargo de la División de Enfermedades Infecciosas del Hospital Pediátrico de California.
"Los padres no temen a la enfermedad" porque nunca la han visto, dijo Offit. "Y en menor grado, tienen unos temores sin fundamento sobre las vacunas. Pero el motivo principal es que no temen a la enfermedad".
El sarampión se declaró eliminado de Estados Unidos en 2000. Eso significó que la enfermedad ya no era nativa de EE. UU. El país pudo eliminar el sarampión debido a unos programas efectivos de vacunación y a un potente sistema de salud pública para detectar y responder a los casos y brotes de sarampión, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU.
Pero en los años que han pasado, una pequeña aunque creciente cantidad de padres han elegido no vacunar a sus hijos, debido en gran parte a lo que los expertos en enfermedades infecciosas aseguran que son temores erróneos sobre las vacunas infantiles.
En brotes anteriores de enfermedades prevenibles mediante vacunas, los investigadores han averiguado que hay más probabilidades de que ocurran en lugares donde hay aglomeraciones de padres que se niegan a vacunar a sus hijos, señaló Saad Omer, profesor asociado de salud global, epidemiología y pediatría de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Emory y del Centro de Vacunas Emory, en Atlanta.
Los llamados "rechazos de las vacunas" se refieren a exenciones a las vacunas escolares obligatorias que los padres pueden obtener en base a sus creencias personales o religiosas.
"California es uno de los estados con algunas de las tasas más altas de exenciones del país, y también tiene
aglomeraciones sustanciales de rechazos", dijo Omer. "Las percepciones sobre la seguridad de las vacunas tienen una contribución ligeramente más alta al rechazo de las vacunas, pero no son el único motivo de que los padres no vacunen a sus hijos".
Otros motivos incluyen la creencia de que sus hijos no contraerán la enfermedad, de que la enfermedad no es muy grave y de que la vacuna no es efectiva, anotó Omer.
En California, las exenciones a las vacunas han aumentado del 1.5 por ciento en 2007 al 3.1 por ciento en 2013, según un análisis de Los Angeles Times.
La legislación reciente hizo que las normas para las exenciones por creencias personales fueran más estrictas, al
obligar a los padres a que los médicos firmen los formularios de las exenciones. Pero Omer dijo que es demasiado pronto para saber los efectos de la nueva ley.
Un factor importante que contribuye a las continuas preocupaciones de los padres sobre las vacunas fue un trabajo fraudulento de 1998 que publicó, y del que luego se retractó, la revista médica The Lancet. El estudio sugirió falsamente un vínculo entre la vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubeola (SPR) y el autismo. Andrew Wakefield, autor del trabajo, perdió luego su licencia para practicar medicina por haber falsificado los datos.
Desde entonces, varias docenas de estudios y un informe del Instituto de Medicina no han encontrado
ningún vínculo entre el autismo y ninguna vacuna, incluyendo la SPR.
Los investigadores hallaron que los que rechazan las vacunas tienden a compartir similitudes.
"En general, son de clase media alta, tienen un buen nivel educativo (con frecuencia a nivel de postgrado) y tienen empleos en que ejercen cierto nivel de control", comentó Offit. "Creen que pueden buscar la palabra vacuna en Google y saber tanto, o incluso más, que cualquiera que les esté asesorando".
Omer añadió que datos recientes han mostrado que los casos de sarampión tienden a suceder en personas sin vacunarse de forma desproporcionada. "Cuanto más altas son las tasas de vacunación, más bajos son la frecuencia y el tamaño de los brotes", anotó.
Los efectos secundarios más comunes de la vacuna SPR son fiebre y ocasionalmente un sarpullido leve. Algunos niños pueden experimentar convulsiones por la fiebre, pero los expertos dicen que esas convulsiones no tienen efectos negativos a largo plazo.
Se ha determinado que el origen de la mayoría de brotes recientes fueron residentes de EE. UU. no vacunados. El año pasado, se reportaron a los CDC 644 casos de sarampión, la cantidad más alta de casos registrada desde que se declaró que la enfermedad había sido eliminada.
Casi la mitad de esos casos ocurrieron en Ohio después de que residentes de EE. UU. no vacunados viajaran a Filipinas y volvieran enfermos. De forma similar, más de la mitad de los brotes en la primera mitad de 2013 se originaron en residentes de EE. UU. que viajaron al extranjero y volvieron con sarampión.
El sarampión es una de las enfermedades humanas más contagiosas. El virus transmitido por el aire puede persistir en un área durante hasta dos horas después de que una persona infectada se marche, y más o menos el 90 por ciento de las personas sin inmunidad se enferman tras exponerse al virus.
Las complicaciones graves del sarampión pueden incluir neumonía y encefalitis, lo que puede conducir a sordera y daño cerebral a largo plazo. Se calcula que uno de cada 5,000 casos termina en un fallecimiento, según Offit.
"Si uno niño muriera de sarampión en el sur de California, creo que la gente comenzaría a vacunarse", planteó Offit. "Creo que para que no haya más brotes tendrá que haber más sufrimiento, hospitalizaciones y muertes. El miedo nos motiva, y no tememos lo suficiente a esta enfermedad".
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
FUENTES: Saad Omer, M.B.B.S., M.P.H., Ph.D., associate professor, global health, epidemiology and pediatrics, Emory University Schools of Public Health & Medicine & Emory Vaccine Center, Atlanta; Paul Offit, M.D., director, Vaccine Education Center, and attending physician, division of infectious diseases, The Children's Hospital of Philadelphia