Las diferencias entre lo reflejado en las guías clínicas y los casos que los especialistas en VIH se encuentran en la práctica clínica habitual fue uno de los platos fuertes de la 2ª Edición de la 'Reunión VIH: Punto de Encuentro', organizada por MSD con el patrocinio científico de Gesida.
Sobre este aspecto habló Esteban Martínez, consultor senior en Enfermedades Infecciosas del Hospital Clínic, Profesor Asociado de la Universidad de Barcelona y coordinador de la reunión, quien señaló que "los clínicos nos encontramos en el día a día algunas situaciones complejas que no siempre están avaladas por estudios científicos". Como ejemplo, citó a los pacientes con VIH de más edad o con otras patologías concomitantes, para cuyo tratamiento no se encuentran evidencias contundentes en las guías.
Jesús Troya, especialista en Enfermedades Infecciosas del Hospital Infanta Leonor de Vallecas (Madrid), señaló que "los pacientes seleccionados en los ensayos clínicos actuales difieren significativamente respecto a los que podíamos encontrar hace unos años". Aun así, admitió que existen algunas poblaciones peor representadas en los estudios que otras: "En la actualidad el tratamiento se inicia de forma cada vez más precoz. Esta situación ha llevado a que los pacientes en los ensayos clínicos de inicio tengan una inmunidad basal más favorable (en torno a los 500 CD4+) y sean minoritarios los registros por debajo de 200 CD4+. También en los ensayos clínicos se ha visto una baja representación de mujeres, una situación acentuada en los últimos años debido a que la mayor incidencia de los nuevos diagnósticos por VIH se da en la población de hombres que tienen sexo con hombres (HSH). Y, finalmente, los ensayos suelen excluir a los pacientes con edades extremas o comorbilidades importantes como los trasplantes, los cánceres y las infecciones oportunistas".
Simplificación del tratamiento
Además de estas cuestiones, los especialistas hablaron de la necesidad de avanzar en el tratamiento. Martínez, reconoció que "la eficacia de hoy en día es mucho mayor que hace 10 años, y no digamos que hace 20, cuando comenzó la denominada Terapia Antirretroviral de Gran Actividad (Targa) que cambió la historia del SIDA. Pero incluso con los actuales avances, el estándar de la triple terapia se empieza a cuestionar por la aparición de nuevos fármacos y el desarrollo de nuevas estrategias con menos fármacos". Y añadió: "Lograr reducir el número de antirretrovirales no sólo tendría importantes beneficios para el paciente, que necesitaría tomar menos medicación al día y tendría, por tanto, menos riesgo de toxicidad; sino que además podría mejorar adherencia y la eficiencia del sistema sanitario".
En esta línea, citó a los inhibidores de la integrasa y de la proteasa como opciones "que podrían asociarse únicamente con un segundo fármaco para convertir la triple terapia en una terapia dual", aunque admitió que se trata de un "campo muy reciente". En lo que respecta a los inhibidores de la integrasa, Troya, admitió que estos medicamentos, "cada uno con sus peculiaridades, consiguen aunar altas tasas de eficacia y buen perfil de seguridad evitando en parte los costosos peajes a los que se veían sometidos los pacientes con VIH".