Farmaindustria ha hecho públicos algunos datos de la Encuesta sobre Actividades de I+D que elabora cada año, de la que se extrae, según la patronal, un aumento del 8%, hasta los 1.085 millones de euros, en la inversión en investigación y desarrollo de la industria farmacéutica asentada en España en 2016, lo que supone, dicen, "el mayor incremento desde el año 2008, cuando comenzó la crisis económica". De esta forma, se confirma la tendencia positiva tras los incrementos registrados en 2014 (2,4%) y 2015 (5,7%) y se consolida el liderazgo de la industria farmacéutica como rama líder en I+D con el 21% del total.
En el desglose de los datos, se encuentra además un hecho relevante, y es que buena parte del incremento de la inversión en I+D está relacionado con proyectos de investigación desarrollados en colaboración con hospitales públicos y privados y centros de investigación, lo que se conoce como extramuros. En total, creció un 18% durante el ejercicio pasado hasta alcanzar los 492 millones de euros (el 45% del total), mientras que la inversión intramuros se mantuvo estable (apenas creció un 0,7%). Por comunidades, los hospitales y centros de investigación de Madrid (113 millones) y Cataluña (109,6) encabezaron los contratos. Asimismo, cabe destacar que 107,3 millones de euros fueron invertidos en centros extranjeros por empresas radicadas en territorio nacional.
En cuanto al destino de los fondos dedicados por la industria a I+D en 2016, más de la mitad (577 millones de euros) habría ido a la realización de ensayos clínicos. De ellos, 150,7 millones a investigación básica; 63,5 millones, a investigación preclínica, y 70,4 millones, a investigación galénica. Asimismo, las compañías invirtieron 106 millones en estudios postautorización, de farmacoeconomía y epidemiología y 55,1 millones a desarrollo tecnológico.
Crecimiento del 6% anual en la última década
Según los datos de la patronal, la inversión en investigación clínica habría crecido a un ritmo del 6,3% anual en la última década. Precisamente, consideran que este esfuerzo inversor es "una de las claves que explican que España se haya posicionado como uno de los países idóneos en Europa para albergar ensayos clínicos". También ha ayudado el hecho de que nuestro país haya agilizado los procedimientos de puesta en marcha de los ensayos, así como las infraestructuras, la implicación y alta cualificación de los profesionales sanitarios, etc.
Buena muestra de esta conversión de España en país de referencia para la realización de ensayos es el aumento de la investigación clínica en fases tempranas (fases I y II), que habría pasado de representar el 29% del total en 2006 al 33% diez años después, mientras que los ensayos de fase III suponen un 55,3% del total.