Política

¿Un modelo unitario para pagar la innovación? Los expertos lo descartan

La Comisión Europea acaba de publicar un informe elaborado por un comité de expertos sobre nuevos modelos de pago por medicamentos innovadores.

La Comisión Europea acaba de publicar un informe elaborado por un comité de expertos sobre nuevos modelos de pago por medicamentos innovadores. Los autores aseguran que es necesario un cambio en los actuales modelos de pago por la innovación y descartan la validez de un potencial modelo único para toda Europa.

“Es poco probable que un modelo único vaya a ser el óptimo en todas las situaciones”, escriben los miembros del  Panel de expertos sobre formas efectivas de invertir en salud (EXPH, por sus siglas en inglés). Según el grupo de trabajo, lo que sí puede y debe tenerse presente son varios “principios generales” que cada modelo diferente debería respetar a la hora de pagar por la innovación y decidir sobre el retorno de la inversión en productos farmacéuticos.

El primero es la aceptación de que el actual camino hacia el crecimiento de los precios no puede mantenerse indefinidamente. Esa certeza debe conducir a la búsqueda de nuevas estrategias para hacer que la innovación “que importa” se produzca, que los pacientes tengan acceso a ella y –por último- que los sistemas sanitarios sean sostenibles.

Recompensas más allá del precio

Aseguran que es necesario revisar el actual modelo de incentivos a la innovación a través de las leyes de patentes y exclusividad, recordando que “existen otros mecanismos para la promoción y la recompensa a las innovaciones de alto valor que pueden y deben ponerse en marcha”. En esa revisión habría que dar cabida a modelos de retorno que no necesariamente estén ligados al precio.

No se trata de que las alternativas sustituyan del todo al sistema de patentes, sino de que se empleen como estrategias más adecuadas para obtener ciertos tipos de innovación de mayor interés social en el contexto específico del mundo de la salud, matizan los autores. También sugieren que es posible –y menos complejo- sencillamente limitar la duración y el alcance de las patentes.

A modo de ejemplo, recuerdan la posibilidad de que los proyectos de I+D que cuenten con el apoyo de fondos públicos cumplan ciertas condiciones, entre ellas la obtención de licencias sin exclusividad, la obligatoriedad de compartir datos y de contar con planes de accesibilidad para los medicamentos resultantes. Esto permitiría que otras compañías aprovecharan el conocimiento generado –aunque sea en parte- con fondos públicos, estimulando la competencia en las fases de I+D subsiguientes.

Otra sugerencia es un cambio cultural hacia el pago por la adquisición de servicios (tratamientos), y no productos ('píldoras').

Ese sistema de incentivos debe estar diseñado de tal forma que los esfuerzos innovadores del futuro se concentren precisamente en las áreas más relevantes, de acuerdo con el informe.

Evaluación “sistemática” y comprensible

Además, en el diseño de modelos para recompensar a los innovadores será determinante desarrollar metodologías que midan el valor de los productos farmacológicos –valor social incluido- y darles uso de forma sistemática, en el contexto de la evaluación de tecnologías sanitarias (HTA, su acrónimo en inglés).

Este es considerado por los autores uno de los elementos clave en los modelos de pago más sofisticados. No obstante, la metodología –desarrollada en parte- tiene que ir acompañada de la debida identificación de los resultados más relevantes y debe poder exponerse de manera resumida y comprensible.

Otro aspecto importante será la estandarización que permita comparaciones, preferiblemente entre países. Es algo en lo que se ha avanzado gracias a la red EUnetHTA y al consorcio ICHOM. Ambas instituciones “pueden ser importantes” en este contexto, explican.

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