"Uno de los grandes problemas que nos encontramos en el tratamiento del cáncer de próstata es que está poco caracterizado en comparación con otros. Principalmente, porque es un tumor muy heterogéneo". Así explica Fernando Gutiérrez, farmacéutico responsable de Oncología del Hospital Universitario de Canarias, la necesidad de la que surge el programa de personalización de tratamientos que han implantado en este centro.
El primer paso para su puesta en marcha de este método, desarrollado por cuatro farmacéuticos hospitalarios con la colaboración de tres oncólogos, un urólogo y dos especialista en Oncología Radioterápica, además de un académico de la Universidad de La Laguna, fue la revisión, por parte de los FH, de todo lo publicado sobre los marcadores genéticos que permiten predecir respuesta a un fármaco. "Con toda esa recopilación de marcadores del eje fisiopatológico del cáncer de próstata hemos desarrollado una metodología con biología molecular para identificar las mutaciones en el paciente", explica Gutiérrez.
Concretamente, ahonda, "el grupo ha desarrollado técnicas para la identificación de mutaciones tanto germinales como somáticas, estas últimas por biopsia líquida, que entraña una gran complejidad a nivel técnico. Ya tenemos desarrollado cómo identificarlas para ver resistencias a fármacos clásicos". Como ejemplo, señala las mutaciones en el gen CYP17A1, que condicionan la respuesta a la abiraterona.
En cuanto a la aplicación de estos métodos, este farmacéutico de hospital explica que los marcadores, una vez confirmado su impacto en la respuesta, pueden servir de herramienta al médico para una selección del tratamiento que garantice una mayor efectividad y eficiencia. "La idea es que, ante la existencia de alternativas similares para el tratamiento del cáncer de próstata, puedan ayudar en la toma de decisiones", afirma.
Por el momento, la revisión que se hecho está centrada en la influencia de estas mutaciones en la efectividad de los fármacos, pero Gutiérrez confirma que el grupo está pensando en "analizar también marcadores de toxicidad", ya que, sobre todo en quimioterapia, ésta puede resultar un inconveniente.
Ampliación a otros centros
Además de su aplicación en este hospital, y con la intención de dar robustez a las conclusiones obtenidas hasta ahora sobre la relación entre mutaciones genéticas y respuesta a los fármacos, la intención es abrir el proyecto a la participación de otros hospitales. Para ello se han servido de un premio obtenido en el último Congreso de la SEFH, con el que están financiando la estancia de farmacéuticos de otros hospitales para que aprendan las técnicas, las desarrollen en sus centros y contribuyan a confirmar lo que dice la bibliografía.
“Por el momento hemos recibido a farmacéuticos del Hospital Virgen Macarena y del Complejo Hospitalario de Santiago, que están ahora en fase de implantar estas técnicas en sus centros. En verano esperamos recibir a otros dos y, si nos queda financiación, ampliaremos a otros dos más. El objetivo es que poder tener una reunión a final de año para evaluar posibles problemas que les hayan ido surgiendo y ayudarles a que sigan con su implantación”, culmina Gutiérrez.
En lo que respecta al perfil de los farmacéuticos hospitalarios implicados en este proyecto, el farmacéutico del Hospital de Canarias subraya la importancia de la especialización. En su caso, los FH tienen, en mayor o menor grado, formación en biología molecular, más allá de la adquirida en su formación universitaria.