Terapéutica

Sociedades científicas reclaman una estrategia en medicina de precisión

La SEOM, la SEAP y la SEFH han elaborado un documento donde defienden que la elaboración de una estrategia adecuada de medicina de precisión puede traer beneficios para la salud, para la sostenibilidad del SNS e incluso para la economía del país.

Las sociedades españolas de Oncología Médica (SEOM), Anatomía Patológica (SEAP) y Farmacia Hospitalaria (SEFH), han elaborado un documento de posicionamiento donde defienden "la necesidad de establecer una estrategia nacional consensuada para el desarrollo de la medicina de precisión en nuestro país y facilitar su implantación en la práctica asistencial de forma equitativa y con garantías de calidad, eficiencia y garantía jurídica, contribuyendo además a la sostenibilidad del sistema sanitario".

Entre las medidas que debería incorporar la citada estrategia, destacan: concienciar a profesionales y población sobre su importancia actual y de futuro; extender la evidencia generada a todo el territorio; facilitar el acceso a la medicina de precisión a pacientes oncológicos, con enfermedades raras y otras mediante plataformas de secuenciación que abarquen todo el territorio; facilitar la generación de información sobre resultados en salud; proteger adecuadamente los datos personales con una legislación en línea con lo dispuesto por el Parlamento y el Consejo europeos; establecer redes de conocimiento para promover los descubrimientos científicos; propiciar, desde el punto de vista regulatorio, la realización de estudios académicos de predicción de respuesta; favorecer la disponibilidad de bases de datos validadas y accesibles con información genética, de estilos de vida, etc.; fomentar la formación de profesionales en la aplicación de la medicina de precisión, y potenciar su conocimiento en la universidad; situar al país como referente en medicina de precisión; desarrollar métodos de evaluación eficientes, y crear un observatorio que permita seguir la evolución de la estrategia en su dimensión médica, tecnológica, ética y reglamentaria, entre otras.

Para las entidades firmantes, la medicina de precisión es ya "una realidad en la práctica clínica asistencial" que ha modificado la forma de entender la medicina e incluso la clasificación de enfermedades. Entre sus principales logros sitúan el hecho de que "potencia la efectividad y eficiencia, ya que permite emplear las estrategias terapéuticas más apropiadas para cada paciente en función del mecanismo molecular subyacente de la enfermedad y las características genéticas individuales". Asimismo, "toma en consideración la variabilidad genética que determina el metabolismo de los fármacos y su farmacodinámica, junto a factores ambientales que también inciden en su disposición", evitando así, prosiguen, "la exposición a productos que no son útiles, reduciendo las posibilidades de efectos adversos, así como las complicaciones secundarias derivadas de tratar con fármacos ineficaces".

Y además de los beneficios de este nuevo paradigma para la salud de la población, la medicina de precisión resulta interesante, según las entidades firmantes, desde un punto de vista económico. Primero, por los ahorros que genera en tratamientos que no se aplican porque no van a dar resultado, y, segundo, porque permite "desarrollar un sector industrial de alto valor estratégico, sanitario, científico y económico". "La incorporación de nuestro país en un momento precoz nos brindaría la oportunidad de ser independientes tecnológicamente en un sector que será cada día más necesario, y además permitiría exportar conocimiento y tecnología. Todo ello representa una oportunidad económica sin precedentes en nuestro país, que requeriría de una fuerte inversión y de la movilización de todos los agentes implicados con el fin de conseguir soluciones tecnológicas innovadoras y una nueva forma de desarrollo económico", concluyen.

Algunos retos

No obstante, reconocen que hay retos que se plantean para que una iniciativa de estas características llegue a prosperar, y destacan, por un lado, los propios del ámbito ético-legal y regulatorio y, por otro lado, los organizativos y de conocimiento. En el primer bloque, resaltan la necesaria protección de la confidencialidad que se deriva de la recolección y el análisis de grandes cantidades de datos, así como la obligada garantía, mediante clarificación regulatoria, de que ninguna persona se va a ver afectada por una cesión de datos que le sitúa, por ejemplo, como candidata a desarrollar una enfermedad.

En el ámbito organizativo y de conocimiento, reconocen la relevancia de disponer de buenos sistemas de información, así como el desarrollo de nuevos roles profesionales dentro de la sanidad, como serían los bioinformáticos, que sepan manejar e interpretar la cantidad ingente de datos que generaría un sistema de estas características. Por eso también consideran imprescindible incorporar los contenidos de genética, farmacocinética, y ciencias ómicas en la formación pregrado, postgrado, etc.

 

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