MSD organiza en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) la jornada '¿Qué transformación necesita el sistema nacional de salud?', y en ella se ha organizado una mesa, compuesta por representantes de sociedades científicas y de organizaciones políticas, que han dado sus recetas para hacer compatible el binomio innovación-sostenibilidad. Antes de la intervención de los expertos, en la inauguración del encuentro, Ángel Fernández, director general de MSD en España y Portugal, opinaba que "el conocimiento, la innovación, nuevos modelos asistenciales y las nuevas tecnologías tienen que incorporarse al SNS y tenemos que ver juntos cómo lo hacemos".
Dentro de las fórmulas con más apoyos en la mesa de debate destacó la modificación del enfoque a la hora de elaborar los presupuestos en sanidad, más de que todos coincidieron en la necesidad de elevar la asignación de fondos. Miguel Ángel Calleja, presidente de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH), habló de recuperar los "presupuestos históricos", en vez de los estáticos, que tienen en cuenta el impacto en términos de ahorro que la incorporación de la innovación puede tener en el futuro.
En una línea similar se expresó Carlos Mur, presidente de la Sociedad Española de Directivos de la Salud (Sedisa) quien opinó que a veces se olvida que "la sostenibilidad a medio y largo plazo puede venir de la innovación, por lo que hay que cambiar de concepción". En este sentido, recordó que la fórmula actual de elaboración de presupuestos, con periodicidad anual, es incompatible con la visión de "retorno a la inversión en innovación, más a largo plazo". "De esta forma es más difícil que el binomio case", concluyó. Su visión la compartió además Verónica Ordóñez, portavoz de Sanidad de Podemos Cantabria, quien animó a los decisores a "comenzar a elaborar presupuestos a largo plazo, ya que las innovaciones no tienen repercusión a corto plazo, sino más bien a largo".
Mejorar la evaluación
Junto a esta línea de pensamiento, cabe destacar la apuesta de Jesús María Fernández, portavoz de Sanidad del PSOE en el Congreso de los Diputados, por "mejorar la evaluación de las tecnologías, aplicando la efectividad comparada, en vez de compararlos con placebo". También se pronunció, a este respecto, Calleja, que llamó a "cambiar el proceso de fijación de precios de los medicamentos en España, radicalmente, dejando de pagar por cajas, y comenzando a pagar por servicios, por pacientes controlados, por resultados en salud, incluidos los percibidos por los pacientes".
El presidente de la SEFH también opinó que es fundamental "desinvertir para reinvertir". Y, en este sentido, defendió la promoción del uso de genéricos y biosimilares, y puso como ejemplo el retraso de España en este campo, como muestra, dijo, que estemos en una penetración del 10% del biosimilar de rituximab, mientras que en otros países de la UE están en el 60%. Esta apuesta por la promoción de los biosimilares fue apoyada también por la presidenta de Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), Ruth Vera, que también defendió la necesidad de hacer una mejor selección de los pacientes que se van a beneficiar de la innovación y el pago por valor, y por el portavoz socialista.
Por último, cabe destacar las propuestas de Alejandro Vázquez, del Grupo Popular, quien, de cara a compatibilizar innovación y sostenibilidad, llamó a una mejor "planificación", entendiendo este concepto como lo opuesto a "tener de todo en todos los hospitales. Hay que buscar más las sinergias. A los pacientes hay que garantizarles el acceso, no garantizarles que lo va a tener todo en la puerta de casa".
La cuestión de la financiación
También suscitó cierto debate la cuestión de la financiación. Todos los ponentes se mostraron de acuerdo con esta máxima, aunque las divergencias se dieron a la hora de definir el origen de los recursos. Fernández, del PSOE, opinó, a este respecto, que "si queremos servicio público de calidad y convergencia europea va a ser precisa una reforma fiscal". "Sin reforma fiscal no habrá dinero para sanidad ni educación, etc.". No obstante, advirtió de que si no se hace en coordinación con el resto de Estados miembro España corre el riesgo de que las empresas, entre ellas los laboratorios farmacéuticos, se deslocalicen, ya que uno de los impuestos que los socialistas parecen querer elevar es el de Sociedades.
Ordóñez, de Podemos, opinó que, antes de subir los impuestos habría que recuperar "los recursos que hay en el país y que se van por la puerta de atrás, y que, como consecuencia, no se están destinando a la sanidad". Dicho esto, coincidió con la necesidad de elevar algunos impuestos e incluso abogó por crear algunos nuevos, en la línea de lo que denominó "fiscalidad responsable", es decir, impuestos dirigidos a penalizar los malos hábitos.
En una línea más bien opuesta se situó el portavoz popular, Alejandro Vázquez, quien se preguntó "hasta dónde tenemos que aumentar los impuestos". "¿Tenemos que elevarlos tanto como para ponernos en gasto sanitario a nivel de la UE?", se preguntó, y abogó por una reforma fiscal "con equilibrio", rechazando cualquier medida "alocada" en este ámbito.