Varios decisores y gestores sanitarios, que participan en el 'V Seminario sobre Gestión en Farmacia Hospitalaria para Directivos', celebrado en el marco de los cursos de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) con la colaboración de la biofarmacéutica UCB, han demandado evidencias más sofisticadas e iniciativas que demuestren el valor más allá del medicamento (value beyond the pill), un escenario en el que el Real World Data y el Big Data se posicionan como herramientas clave.
En este sentido, Miguel Ángel Calleja, presidente de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH) y uno de los directores del Seminario, ha explicado que "el sistema sanitario tiene que innovar en la forma de organizar la información, especialmente en el ámbito del medicamento, con el objetivo de pagar por el valor real que aportan a los pacientes y no solo por los resultados de los ensayos clínicos. Estos suelen ser insuficientes, ya que los pacientes frecuentemente no son como los de los ensayos clínicos, sino que tienen otras co-morbilidades. Además, la duración del tratamiento en enfermedades crónicas es muy superior, el seguimiento es menos exhaustivo y esto nos obliga a poner en valor los resultados reales en cada paciente".
Asimismo, Calleja profundizó en lo que, para él, es el valor real del medicamento, "que no significa el precio del envase, sino que debe medirse en función de aspectos clínicos, es decir, de las mejoras en la salud; humanísticos, o relacionados con la satisfacción del paciente, y económicos, para que la innovación sea sostenible", y señaló la obligada corresponsabilización de todos los actores "para conseguir la máxima efectividad de los medicamentos dentro de un entorno sostenible".
Calleja también se refirió al valor de los programas de soporte a pacientes, "que les ha permitido que las primeras administraciones, que son con las que más dificultades tienen, tengan una atención domiciliaria que les facilite el tratamiento y la adherencia y eso es también parte de la innovación del sistema", así como a experiencias de resultados en vida real que han permitido adecuar el precio del medicamento al valor percibido por el paciente.
Por su parte, Joaquín Estévez, presidente de la Sociedad Española de Directivos de la Salud (Sedisa) y también co-director del seminario, señaló que "las aportaciones del Real World Data y del Big Data conllevan retos muy importantes desde el punto de vista de la gestión sanitaria, como son la conversión de los datos y la información en conocimiento, la ciberseguridad en el entorno hospitalario, la utilización de sistemas informativos compatibles, la transparencia, la evaluación y la visión estratégica de su utilización".
Estévez añadió que “existen numerosos proyectos piloto en muchas comunidades autónomas y hospitales para atender al paciente hospitalario externo, si bien se debe dar el salto a la implementación global y estratégica, lo cual será posible adoptando el concepto de innovación de forma transversal, evaluando los proyectos que se realicen y, en base a resultados de calidad y eficiencia, decidir en qué se invierte y en qué no, sin olvidar que es prioritario actuar según las preferencias reales del paciente e incluyendo siempre al farmacéutico". Éste también se se refirió a los programas de soporte a pacientes, que "requieren la colaboración y coordinación del farmacéutico de hospital y el directivo de la salud en torno a los objetivos estratégicos del hospital”.
Un lenguaje común
Por último, Jesús Sobrino, director general de UCB Iberia, subraya que “tanto el Real World Data como el Big Data son las herramientas que nos van a permitir hablar un lenguaje común entre administración e industria y sobre el cual podemos parametrizar la innovación farmacéutica a lo largo de su ciclo de vida y plantear nuevos modelos de relación comercial que integre al máximo las necesidades reales del paciente a lo largo de su enfermedad".
A este respecto, citó los modelos de acuerdos de riesgo compartido (ACR) en los que UCB ha sido pionera en nuestro país. Hasta la fecha, UCB ha firmado 68 acuerdos de riesgo compartido en 10 comunidades autónomas. En el caso del acuerdo en artritis reumatoide, se está realizando un estudio en el que los resultados preliminares indican ahorros para el sistema nacional de salud de alrededor 1.050 euros por paciente tratado frente a un paciente no incluido en ARC. Sobrino opina que “pese a que estos acuerdos de riesgo compartido son fórmulas que están funcionando, debemos seguir innovando y explorando el universo de posibilidades que nos abren las distintas herramientas emergentes, como Big Data y RWE, que pueden también pueden ser de gran utilidad".