Terapéutica

Adherencia, un problema complejo a abordar de forma individual

La falta de adherencia es un problema complejo que varía con cada persona, cada tratamiento e incluso cada momento. A pesar de ello, hay técnicas para identificar a estos pacientes y herramientas en función de su perfil.
Mesa que abordó la adherencia terapéutica en el Congreso Sefac 2018

La adherencia es uno de los principales factores que influyen en la de los medicamentos. Por ese motivo es muy relevante establecer estrategias para afrontar cada situación de falta de adherencia en función de las soluciones más adecuadas.

Para analizar este asunto, Rob Horne, profesor de medicina del comportamiento, realizo una ponencia durante la mesa ‘Adherencia, ¿asignatura pendiente?, que ha tenido lugar en el VIII Congreso Nacional de Farmacéuticos Comunitarios que ha tenido lugar en Alicante. Durante su exposición explicó su visión acerca de este problema.

Rob Horne, profesor de medicina del comportamiento

Horne consideró “difícil de encontrar” soluciones eficaces: no obstante, se mostró convencido de que es posible “mejorar la adherencia” ya que no es una conducta fija. No obstante, aseguró que “hasta las mejores intervenciones tienen efectos reducidos y limitados en el tiempo”.

Este experto quiso empezar desechando mitos existentes. Según él, no hay enfermedades con más o menos probabilidad de adherencia, puesto que “hay enfermedades que amenazan la vida en las que hay poca adherencia”. Tampoco hay un “paciente incumplidor, no hay patrón sino respuesta variada” que afecta a “la mayor parte de nosotros en un momento dado”. Ademas, aseguró que la simplificación de la pauta no acaba con el problema, “ayuda, pero no lo resuelve”.

Los que no pueden y los que no quieren

Tal y como explicó, los pacientes tienen sus propias creencias sobre el mensaje, el propio medicamento, y los mensajes que le hacen llegar el mismo (amigos, médicos, farmacéuticos…). “El paciente puede confiar en el médico, pero a lo mejor no lo hace en el medicamento”, indicó. A pesar de ello, aseguro que en cada circunstancia y momento hay dos tipos de pacientes no adherentes, los que “no pueden y los que no quieren”.

Este experto considero necesario “enmarcar” los mensajes que el llegan a los pacientes en aspectos positivos ya que hay pocos pacientes que ven un medicamento cien por cien positivo y se pueden agarrar a cualquier creencia para no seguir adecuadamente el tratamiento. A este respecto, considero que “los prospectos no ayudan” ya que avisan de todo lo que puede salir mal, por eso pidió “desintoxicar el prospecto” tanto en el contenido, el canal y el contexto como se presenta. A este respecto aseguro que se necesitan “ayudas de comunicacion”.

En cualquier caso, consideró necesario que la intervención en cada paciente “sea a medida”. Por ese motivo, desde Sefac se ha desarrollado un modelo para realizar perfiles con pacientes que en una situación se comportan como no adherentes.

La encargada de presentar este estudio, realizado a través de sendos proyectos de investigación, fue Elsa López, docente e investigadora en Farmacia Asistencial y directora del Master de Dirección y Gestión en Farmacia Comunitaria y Atención Farmacéutica de la Universidad Miguel Hernández (UMH).

López quiso desechar el mito de que un paciente adherente es el que acude a retirar la medicación de la farmacia. “Uno de cada tres no son adherentes, son persistentes”, aseguró. Además, puso de manifiesto algunas variables que afectan a la adherencia. Entre ellas indicó el número de tratamientos, el tiempo de tratamiento, el cambio en la apariencia…

Ante todas las posibles causas de adherencia, la investigadora de la UMH aseguró que “el farmacéutico debe tener una caja de herramientas para abordar los problemas de los no adherentes”, pero como es posible para el farmacéutico cribar a todos los pacientes en busca de falta de adherencia, López explicó que han desarrollado una herramienta que “detecta con elevada precisión a los pacientes que tienen falta de adherencia o son persistentes”. Este proyecto, financiado por la Generalitat Valenciana, ofrece además herramientas adecuadas a cada perfil de paciente”. Se trata, de un proyecto que ya se está implantando en algunas farmacias y que tendrá sus primeros resultados en 2019.

La adherencia no es dicotómica

Por su parte, Montserrat Gil, farmacéutica investigadora del Instituto de Investigación San Joan de Deu de Barcelona negó que la falta de adherencia sea una variable dicotómica. Según ella, al menos hay tres perfiles de pacientes no adherentes que incluso se pueden dar de forma simultánea en un paciente en función de los distintos tratamientos que esté tomando. Según ella, hay pacientes confundidos, especialmente los plurimedicados, pacientes desconfiados que tienen mala relación con el sistema sanitario y busca información en fuentes no basadas en la evidencia y, por último, el paciente que banaliza, tomando algunos medicamentos y otros no. Según ella, “tiene falta de compromiso, es poco constante y caprichoso”.

Al paciente confundido le vendría bien los Sistemas Personalizados de Dosificación, así como técnicas educativas. Por su parte, al desconfiado le hace falta más información y medidas conducturales, mientras que al que banaliza también le hace falta información y medidas educativas.

En la mesa también participó el presidente de la Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria (SemFYC), Salvador Tranche, que aseguró que “la guía es muy útil e interesante, aunque tiene alguna pega”. En este sentido explicó que se “corre el peligro de estigmatizar al paciente con las definiciones de paciente desconfiado o que banaliza”. Tranche también incidió en el diferente comportamiento que tiene un mismo paciente en función de distintas circunstancias.

Centrado en la persona

El director general de Farmacia del País Vasco, Jon Iñaki Betolaza felicitó a Sefac por “centrar el problema en la persona”. No obstante, a pesar de asegurar que “está bien hablar de adherencia”, consideró necesario “dar un paso previo” con la revisión de la medicación, aspecto en el que tienen que estar todos los agentes. Para Betolaza está claro, “hay que empezar por ahí”.

Desde el Departamento Vasco de Salud están abordando esta materia trabajando directamente con profesionales, pacientes y oficinas de farmacia. A este respecto, aseguró que consideran a la farmacia como “un agente clave” del sistema de salud. “Es el último eslabón del tránsito del paciente hacia su casa”, explicó,

Por ese motivo, indicó que han tratado de dar una respuesta estratégica al tema de la adherencia, junto a la estrategia de seguridad y los programas de conciliación. Lo que se debe lograr es una comunicación “efectiva e instantánea” entre los profesionales para que todos trabajan “en colaboración”.

Con él coincidió Tranche, que explicó que actualmente se pone “mucho interés en la conciliación para detectar duplicidades o incompatibilidades”. Por ese motivo explicó que tienen “la mirada puesta más en la seguridad que en la adherencia”.

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