Faustino Blanco, secretario general de Sanidad, ha clausurado el XIX Encuentro de la Industria Farmacéutica con un discurso en el que ha reafirmado el compromiso del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social con situar al sector salud como uno de los puntales de la transformación hacia un modelo económico más basado en el conocimiento.
En este sentido, Blanco ha trasladado su idea de que "el gasto en salud sirve al desarrollo económico y a aumentar la productividad, además de mejorar la salud", y bien puede, a su juicio, "ser un motor de transformación económica". Y es que, en su opinión, "la Sanidad es un pilar para la economía de cualquier país".
Ha señalado, a este respecto, que campos como la biotecnología, la bioinformática y la biomedicina ofrecen ya "nuevas posibilidades de avance" y ha defendido que son "los países que los incorporan en su modelo económico los que mejor soportan las crisis económicas", a lo que contribuye el hecho de que basen su actividad en el conocimiento, la innovación, o la tecnología, etc.
En lo que respecta a la labor del Gobierno en todo esto, ha avanzado que la intención es la de "ofrecer un entorno estable y predecible para impulsar esa economía del conocimiento", partiendo de la idea de que "los beneficios de ese impulso serán para toda la sociedad, también para la iniciativa privada".
Siguiendo con las responsabilidades del Gobierno, Blanco recordó la importancia de la función de "financiar los servicios sanitarios", teniendo en cuenta, a este respecto, que el gasto sanitario público de España apenas cubre el 70% del gasto sanitario total, estando por debajo de otros países, lo que complica esa función.
La presión presupuestaria no cesa
Y más que se puede complicar si se tiene en cuenta, como dijo el secretario general, que todo apunta a que la presión demográfica va a traer consigo una presión, también, en el uso de recursos. El reto, en este sentido, es que la innovación, lejos de convertirse en una amenaza más, "sea eje de la sostenibilidad, en la medida que sirva para optimizar recursos".
Para ello, considera imprescindible "invertir eficientemente, en tecnologías y fármacos que aporten, así como desinvertir en las que no". "Hay que invertir en lo que la evidencia dice que es más útil", ha añadido, destacando el papel que pueden jugar ahí las sociedades científicas.
En este punto, ha abogado por una buena evaluación de tecnologías sanitarias "en pro de la efectividad y la eficiencia" y por una incorporación de la innovación "planificada, segura y coste-efectiva".