Terapéutica

Sefap trata de transmitir tranquilidad a los pacientes tras la alerta por las nitrosaminas en algunos fármacos

Aseguran que, mediante la coordinación con los equipos de Atención Primaria, los FAP están intentando trasladar también a la población un comprensible y riguroso para evitar alarmas innecesarias en relación con la presencia de nitrosaminas en presentaciones de ranitidina.
Ángel Matáix, presidente de Sefap

La Sociedad Española de Farmacéuticos de Atención Primaria (Sefap) ha emitido un comunicado, en relación con la retirada en los últimos meses, por parte de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps), de todos los medicamentos que contienen ranitidina vía oral, debido a la detección de impurezas de nitrosaminas, para tratar de poner en contexto la alerta y transmitir tranquilidad a los usuarios de estos fármacos, en los que se habría generado, dicen, "cierta inquietud debido a su clasificación como sustancia carcinógena".

Aseguran que, mediante la coordinación con los equipos de Atención Primaria, los FAP están intentando trasladar también a la población "un mensaje adaptado y comprensible", con el objetivo de contribuir a difundir "una información unificada de rigor, que no genere alarmas innecesarias y siempre en el sentido de orientar a los pacientes a que nunca hay que dejar el medicamento sin haber consultado antes con su médico, ya que el cambio de fármaco no es urgente".

También aclaran que estas sustancias son ingeridas habitualmente por los humanos, bien de forma involuntaria o por encontrarse en aditivos y conservantes de los alimentos de nuestra dieta, y aunque el control creciente de las N-nitrosaminas se debe a que existen evidencias de que la mayoría de las analizadas (alrededor de 300) "poseen actividad tóxica, mutagénica y cancerígena", hacen referencia a la categorización de éstas por parte de la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer (IARC), organismo dependiente de la OMS, como carcinógenos categoría 2, "lo que quiere decir que hay pruebas limitadas de carcinogenicidad en humanos, pero sí suficientes en experimentación animal".

Más allá de esto, han querido trasladar también un mensaje de confianza en el trabajo de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps), "que somete a controles de calidad a los laboratorios fabricantes, tanto de los principios activos como de los medicamentos, e interviene de forma inmediata ante cualquier problema de calidad que se detecte, llegando a ordenar la retirada del medicamento del mercado cuando existe un riesgo para la salud". "Estos controles exhaustivos", añaden, "son los que han llevado hasta la retirada de los medicamentos que contienen ranitidina vía oral por el principio de precaución y protección", a los que se pueden sumar otras presentaciones a medida que los laboratorios vayan realizando sus análisis e informando a las autoridades.

Además, Sefap ha querido poner en valor la colaboración de los farmacéuticos con el resto de profesionales sanitarios de los equipos de Atención Primaria para el suministro de información sobre las mejores alternativas de tratamiento según los diferentes perfiles de población y patología, contribuyendo a asegurar la continuidad farmacoterapéutica.

Recuerdan, no obstante, que se ha recomendado "valorar la necesidad del medicamento y en caso necesario, tras evaluación de beneficio-riesgo, llevar a cabo el cambio a Inhibidores de la Bomba de Protones (IBP), como omeprazol, o, en caso de querer mantener un anti-H2, valorar la famotidina". Rita Puig Soler, farmacéutica de atención primaria de Vallcarca-Sant Gervasi (Barcelona) y miembro de Sefap, explica que de los distintos trabajos publicados hasta la fecha se extrae "la superioridad de los IBP en la prevención de la lesión gastrointestinal inducida por AINEs, una de las principales indicaciones de estos fármacos, en comparación con los anti-H2".

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